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La voz de Alexander retumba en la biblioteca entre los bostezos de los demás.

- La Iniciación de Erudición tiene tres etapas. La primera, aprender, así de simple. Estudiareis una serie de datos y volúmenes y se os examinará sobre esos contenidos. En la segunda etapa llevareis esos conocimientos a la práctica, trabajareis en el laboratorio. Sobre la tercera etapa no se os puede informar, pero es la más difícil. En ella escogeremos a los ocho mejores iniciados.

El silencio se hace por un instante, y de repente, todos estamos bien despiertos.

- ¿ Y qué pasa con los otros cuatro ? - pregunta la chica de Cordialidad tragando saliva.

- Serán descalificados. Como ya sabéis, está prohibido regresar a vuestra Facción de origen, así que viviréis como abandonados- explica tranquilamente, como el que acaba de decir que ha visto a un veraz decir algo cierto.

- ¿ Esto pasa todos los años ?- pregunto confundida. No recuerdo haber oído hablar de la descalificación.

- No, son nuevas normas. Las Iniciaciones de todas las Facciones se van a volver más estrictas a partir de ahora - se encoje de hombros, y el chico del tatuaje se cruza de brazos indignado.

- Deberíamos haberlo sabido.

- Si tienes miedo, y crees que vas a fracasar, será mejor que te largues ahora - espeta Alexander con frialdad, y tras hacer una pausa, nos dice - A veces, la inteligencia consiste en saber dónde están nuestros límites, y cuando es el momento de retirarse.

(...)

Observo el índice que nos han dado a cada uno como si fuera mi enemigo.

1. Álgebra

2. Matrices

3. Programación lineal

4. Restricciones

5. Límites y continuidad

6. Derivadas 

7. Optimización de funciones

8. Integrales

9. Probabilidad

10.Tablas de contingencia

11. Fórmula de Bayes

12. Variable tipificada 

13. Inferencia estadística 

Son bastantes cosas que aprender en un solo día, en nueve horas, para ser exactos, pero me las apañaré.

Todos los iniciados se han sentado en el mismo sitio, en un círculo, pero no puedo concentrarme escuchando sus risitas y cotilleos. Así que me levanto y busco un lugar de la biblioteca que esté vacío.

Me siento en el fondo, donde no hay casi nadie.

Cojo un papel y empiezo a hacer ejercicios relacionados con la teoría que debo aprender. 

Resuelvo los cinco primeros puntos sin problema, pero comienzo a atascarme cuando llego a las derivadas. Hay tantos símbolos y operaciones que no logro centrarme en calcularlos y todo lo que puedo ver es un gran amasijo de letras y números.

Suspiro y trato de concentrarme, descifrando poco a poco lo que conozco y rodeando lo que no.

Cuando he hecho lo máximo que he podido, me levanto y me doy una vuelta por la biblioteca, buscando algún libro de matemáticas aplicadas.

Me sé las secciones de la sala de memoria, de la cantidad de veces que he estado aquí, así que no me cuesta llegar hasta los libros que necesito.

Silbo en voz muy baja distraídamente mientras recorro con la vista los nombres en los lomos de los libros, buscando alguno que mencione algo de derivadas.

Me sigo moviendo hacia la izquierda sin despegar los ojos de la estantería, hasta que choco con el hombro de alguien.

- Ay - decimos a la vez, levantando la mirada.

- Lo siento - sonríe al ver que soy yo. Como el abnegado que era, es el primero en disculparse - ¿ Problemas ?

- Nada que no se pueda solucionar - me encojo de hombros estirando el brazo para agarrar el tomo que quiero de la fila de arriba. Lo miro de reojo y le pregunto - ¿ Por dónde vas ?

- Derivadas - contesta sacando un par de libros con la cubierta azul oscura - Acabo de terminarlas.

No me he preocupado demasiado con la competencia, he compartido clases con los nacidos en Erudición y sé que soy mejor que ellos.  No es vanidad, es la pura verdad.

Pero no se me ocurrió tener en cuenta a los transferidos. Nunca pensé que alguno de ellos pudiera siquiera igualarme.

- ¿ Has resuelto todo hasta el número seis ? - me sorprendo.

- Excepto algunas matrices. No se me dan muy bien - confiesa con una sonrisa amable.

Me lo pienso un momento. 

Confío en mí misma, en mi inteligencia, pero hasta yo necesitaré ayuda alguna vez.

Y él parece ser un buen candidato.

- Hagamos un trato- le propongo cruzándome de brazos, y Caleb alza una ceja a la espera de que continúe- Yo te echo un cable con las matrices y tú me devuelves el favor explicándome las derivadas.

ERUDITEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora