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Vuelvo a abrir la enciclopedia de biología por la parte de los animales marinos.

La guerra destrozó toda la naturaleza que nos rodeaba, así que la mayoría de animales o bien murieron, o huyeron en busca de un lugar mejor.

Las únicas criaturas que he visto son aves rapaces y como mucho algún pequeño mamífero que se esconde entre los árboles.

- ¿ Vas a quedarte aquí a dormir, iniciada ? - doy un respingo por el susto, y me tapo la boca justo a tiempo para no gritar. Alzo la mirada y veo a Alexander de brazos cruzados apoyado en la estantería próxima.

Por mi mente no pasa desapercibido lo atractivo que es.

- Quizás debería de traerte un saco - continúa, fingiendo estar reflexionando y yo suelto una carcajada.

- Estaba dando un último repaso- le explico enseñándole la página que estaba leyendo.

- Animales marinos.

- Sip - confirmo recalcando mucho la "p" del final, y volviendo a centrar mi atención en las hojas- ¿ No sería fantástico verlos alguna vez ?

Él me muestra una sonrisa enigmática y me tiende la mano.

- Ven.

Confundida, la acepto y me pongo en pie.

Dejo que me arrastre por los pasillos desiertos de Erudición, y trato de ignorar las sensaciones que tengo al estar en contacto con su piel.

Tras unos diez minutos, bajamos unas escaleras y entramos en una habitación oscura.

Alexander enciende la luz.

- ¿ Dónde estamos ? - pregunto extrañada. Nunca he estado en esta habitación- Espera, ¿ eso es un proyector de antes del Cataclismo ?

Abro los ojos como platos y me acerco a él, tocándolo suavemente como si fuera oro. 

Mamá decía que antes de la guerra, la gente se reunía en un lugar llamado "cine" para ver vídeos que contaban historias interesantes. 

Alexander me suelta la mano asintiendo, y se agacha para meter un viejo disco en el proyector.

- ¿ De dónde lo has sacado ?

Nunca he visto una película. Las únicas imágenes en movimiento que he visto son las de las cámaras de seguridad.

- Lo encontré tirado a las afueras de Erudición. Tuve la suerte de que aún funcionaba cuando lo rescaté del barro- sonríe y saca dos gafas de sol de una pequeña cajita blanca- Toma, ponte esto.

- No hace sol - alzo una ceja poniendo cara de pócker.

- No son de sol - rueda los ojos- son gafas para ver en 3D.

Me encojo de hombros sin saber a lo que se refiere y me las pongo igualmente.

Él apaga la luz, y presiona unos cuantos botones del proyector. Con un chirrido, la película comienza.

Pero entonces me doy cuenta de que no es una película. Es un vídeo, un vídeo de un gran acuario de los de antes de la guerra.

- No puedo enseñarte animales marinos reales, pero espero que esto te sirva - sonríe dulcemente y yo me tiro a abrazarlo emocionada.

- ¡ Es genial !

Me separo cuando me doy cuenta de que el abrazo está durando demasiado, y vuelvo la vista hacia la pantalla sonrojada.

Observo con los ojos como platos a unos pequeños pececillos de color naranja con unas pequeñas franjas negras y blancas acompañados de otros de color azul con aletas amarillas.

Esto me recuerda a un cuento que me contó mi padre cuando era pequeña, creo que se llamaba "Buscando a Nemo".

Los pelos se me ponen de punta cuando la imagen cambia y aparece un tiburón blanco.

De repente, gira bruscamente hacia mi y se lanza para pegarme un mordisco.

Yo me sobresalto y retrocedo asustada.

- Eh, tranquila - ríe Alexander acariciándome el brazo - Es solo un vídeo, no pueden tocarte.

Asiento relajándome y suelto una risa por lo tonta que he sido.

Gafas 3D. Menudo invento. Antes del Cataclismo no estaban tan atrasados como siempre me los he imaginado.

Camino hacia delante, y traspaso la figura del tiburón con mi mano. Parece tan real...

La imagen vuelve a cambiar, y se ven millones de anémonas en el fondo marino.

- Y bien, ¿ te gusta ?

Asiento embobada sin apartar la mirada.

Hay tantos colores diferentes y vivaces...

- Es increíble - desvío mi atención a su rostro y trago saliva al ver que se acerca poco a poco.

Sé que es demasiado rápido, que ni siquiera le conozco, pero a una parte de mi le da igual.

Así que cierro los ojos y le doy a mi cuerpo lo que quiere.

Lo beso.

ERUDITEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora