42

1.7K 184 4
                                    


Bajo el tren de un salto.

La mataron.

Camino unos pasos, alejándome de las vías.

No fue un accidente.

Llego a las afueras de Abnegación, casi corriendo.

Por ayudar a un divergente.

Mis piernas fallan.
Me tropiezo y pierdo el equilibrio, cayendo al suelo y embarrándome la ropa de tierra húmeda.

Las palabras de mi padre no dejan de repetirse en mi cabeza, como un eco.

Empiezo a llorar, y ya no paro.

Me duele que mamá no esté.
Pero me duele todavía más al saber que la asesinaron.

Alguien se arrodilla frente a mi, pero no alzo la cabeza.

Duele más al pensar que estuvo sola, agonizando hasta que la oscuridad se la llevó.

Una mano se posa en mi hombro. Es el abnegado de la otra vez.

Solo que ésta, no le grito ni lo desprecio, sino que tiro de él y lo abrazo.

El hombre se tensa, y aunque va en contra de sus normas, me lo devuelve y acaricia mi espalda para tranquilizarme.

Ella solo quería ayudar a alguien...

Grito furiosa contra su pecho. Mi voz suena rota, seca.

- ¿ No tienes alguna de tus bonitas lecciones de Abnegación para mi ? - río histérica a través de las lágrimas.

- Cuando se sufre - dice- lo mejor es sacarlo todo fuera. Desahógate, no te guardes nada. Si lo haces, poco a poco, te consumirá.

Le hago caso. Me levanto con la vista nublada y grito a los cuatro vientos todo lo que pienso.

De la Clasificación, de Alexander, del sistema de Facciones, de sus ideales, de las normas, de Jeanine Mathews, de los divergentes, de Luke y Nathan, de mi madre...

No me dejo nada.

ERUDITEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora