No me percate de nada más desde el momento en que Harry me estrecho entre sus brazos, el dolor se clava de nuevo en mi pecho, subiendo rápidamente por mis ojos… Ahora podía verlo con claridad, no eran lágrimas lo que salían de mis ojos, era oscuridad saliendo por mis ojos, pero algo aún más extraño sacudió mi sentido común haciéndome estremecer ¿Cómo puede estar Harry aquí? Aún no anochece y Harry esta aquí sosteniéndome.
. – ¿Cómo puedes estar aquí…?
. – No lo sé. También estoy muy sorprendido ante esto – Pareciera que leyera mis pensamientos – Vine porque había algo que me llamaba. Sentía que me necesitabas – Mi corazón dio un vuelco al escuchar aquellas palabras salir de él.
Levante mi mirada hacia él, Harry se quedo mudo y sorprendido al ver mis ojos. Cada vez era un poco más cálido, cada vez más dejaba atrás al ser oscuro en su interior, podía verlo en sus ojos, cuando lo conocí sus ojos eran verde musgo oscuro, con el tiempo me he podido perfectamente darme cuenta de lo mucho que ha cambiado.
. – Tenemos que salir rápido de aquí – Levanto mi rostro y me dio un suave beso en los labios.
. – Espera… Solo quiero decirle algo a mamá – Se sorprendió ante mi petición, me libero de sus brazos, me situé en la lápida ¿Cuando se fueron todos? Tanto tiempo pase de rodillas. Nadie se quedo conmigo. Esa idea me pega duro… ¿Tan poca cosa soy para todos?
Me acerque a la lápida ya puesta… Debí pasar mucho tiempo llorando en el piso pues no me percate de nada, la lluvia caía sobre mí, estaba completamente mojada hasta los huesos.
. – Mamá… Gracias por todo, prometo cuidar de todos así como tú lo hiciste – Me quede callada durante un segundo tratando de encontrar las palabras adecuadas – No te puedo prometer no amar a Harry… Perdóname – Del cielo se escucho un gran estruendo, al parecer mamá no estaba contenta con mi decisión.
