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-... Y ella es Riley.
-Eres más guapa aún de lo que me dijo -me dice mientras me da dos besos en las mejillas - soy Laura.
-Encantada.
-Bueno, ¿qué queréis ver? Podemos ir por la parte antigua, ver el río y comer en un bar.
-Tú mandas -dice Drake.
-En marcha, entonces. 

Empezamos a andar, con Laura y Drake al frente, Liam y Sarah de la mano, y Marie y Lukas detrás. Me quedo rezagada, no me apetece hablar con ninguno, tengo una estúpida rabieta sin motivo. Me tendría que haber quedado en casa. Estamos andando por las calles y me doy cuenta de que hemos llegado a la zona antigua, ya no hay joyerías ni boutiques exclusivas, sino tabernas pintorescas y casas blancas con tejados de madera oscura. El suelo está formado por piedras desiguales y cuesta un poco andar. Los balcones y ventanas lucen flores de colores vivos que desprenden un olor estupendo. Seguimos caminando hasta llegar a una zona más verdosa y puedo oír el río. Paramos y sacamos algunas fotos.

-Hazte una conmigo -me susurra Drake al oído, provocándome tal respingo que casi tiro el móvil al agua.
-Vale, hazla tú.

Coge el teléfono, en la pantalla aparecemos los dos, yo medio despeinada y él estupendo. Nos sacamos una intentando parecer decentes, y otras varias haciendo el tonto, poniendo caras y riendo.
-Toma -me lo devuelve, me da un beso en la frente - Y no te quedes tan atrás, que te echo de menos.

Se va a hablar con los demás y me doy cuenta de que Lukas está mirándome fijamente, y no se porque pero me sonrojo.

Ya son las tres de la tarde así que nos sentamos en la terraza de un restaurante, de la zona alta del pueblo, aunque yo prefería comer en una de las tabernas del casco antiguo, y nos traen la carta.
-¿Todos hamburguesas? -dice Laura
-No, yo no como carne. Una ensalada por favor -pido.
-Para beber Cola todos.
Toma nota y se marcha retirando las cartas. Hemos venido a un restaurante carísimo para comer hamburguesas, no lo entiendo. Si ya estaba malhumorada, ahora más. Enciendo un cigarro y alguien me lo quita de la boca.
-¿Qué haces?
-Fumar -dice Drake con una sonrisa estúpida en la cara.
-Pues vale -me enciendo otro irritada.
-Riley, ¿Qué te ha parecido el pueblo? -dice Laura mesándose el pelo.
-Muy bonito, sobretodo la parte antigua, y el bosque también.

Nos traen la comida y hablamos - o hablan - de lo cambiado que está Pineswood, de la comida y de la casa del lago.
-¿Vendrás esta noche, Laura? -pregunta Drake.
-Claro -responde y mi enfado crece. ¿Para qué quiere que venga, por Lukas o para pasar la noche con ella? Sea cual sea la respuesta, me molesta.
-¿Tenéis alcohol?
-¿Tú que crees?
-Bien, bien -ríe.

Llega la tarde y volvemos a casa. Subo a mi habitación ignorando al resto, me quito la ropa, me pongo el bañador y bajo descalza. Oigo a Marie, creo que me habla, pero me hago la sorda, salgo - corriendo más que andando - y sin pensármelo dos veces me meto en el agua. Nado hasta llegar a la zona más profunda. Buceo y chillo debajo del agua. Creo que también lloro, pero el lago se traga mis lágrimas. Algo más calmada me coloco boca arriba, flotando y miro el cielo. Paso varios minutos así, hasta que oigo un chapoteo, ¿qué coño es eso? Rápida vuelvo a una posición vertical y giro buscando el origen del ruido. Nada. Mierda. Vuelvo a oírlo, esta vez más cerca. Estoy muy asustada, y noto algo que me agarra de la pierna. Chillo e intento zafarme pero no puedo. Joder, joder, joder, me voy a ahogar. Sea lo que sea me suelta. Pero no puedo ver que es. De pronto sale Drake a flote.

-¡Joder tú eres tonto! ¡Imbécil! -chillo aún con el corazón a mil y dándole puñetazos en el pecho.
-¡Perdón! ¡Ah! No me pegues.
-Que susto me has dado. Mierda, pensaba que me moría.
Se ríe y me coge las piernas para que queden enroscadas en su cintura, paso mis brazos por su nuca y me quedo así, apoyada en su hombro durante un rato, hasta que me calmo. Levanto la cabeza y nos quedamos cara a cara.
-¿Por qué ha venido Laura?
-Es una amiga.
-Ya, claro.
-¿Qué pasa? No estarás celosa... - sonríe.
-Ya te gustaría.
-Es una amiga, Ry. Y había pensado presentársela a Lukas. Puede que congenien y así él deja de seguirte como un perrito faldero.
-¡Qué dices!
-Serás la única que no se ha dado cuenta, te mira y se le cae la baba.
-Eso no es así, y si lo fuera, ¿a ti que coño te importa?
-Pues me importa, y mucho. Te quiero solo para mí.

No se que responder, nuestras caras están cerca, muy cerca. Puedo oír su respiración entrecortada, y él la mía, cada vez más rápida y superficial.
-¡Eh! ¡Tortolitos! Hora de salir del agua.
-Hostia, Marie que oportuna -dice Drake entre dientes.

El grito de Marie ha causado curiosidad, por lo que veo, pues detrás suyo están todos. Me separo de Drake y mientras nadamos hacia la orilla y los demás nos miran con una sonrisa burlona en la cara, Lukas entra en casa bruscamente.

Nunca llores en veranoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora