Me he quedado sola en el salón, enciendo un cigarrillo y enciendo la tele. Genial, están dando una película de terror y acaba de empezar. Voy corriendo a la nevera a por una cola y me acomodo en el sofá.
Marie llega a mitad de la peli y se sienta a mi lado a verla hasta que acaba. Me encantan las películas de miedo, sustos y sangre. Cuanto más terrorífica, mejor.
Drake y Laura llegan justo cuando termina y les ayudamos a descargar las bolsas. Al parecer también han pasado por casa de ella, pues ha traído una bolsa con ropa. ¿Pensará quedarse todo el tiempo que pasemos aquí? Menudo morro…
- Eh, nena. ¿Podemos hablar?
- No, Drake no estoy de humor –es una excusa, lo que realmente me pasa es que no quiero hablar con él. Sigo sintiéndome traicionada.
- Por favor, Riley… –en unos días aquí me ha llamado más veces por mi nombre que en los últimos años.
- Está bien –suspiro y salimos al porche.
- Toma –me pasa un cigarrillo – Por donde empiezo…
- Tú dirás.
- No quiero que Lukas siga aquí.
- ¡¿Cómo?!
- Eso, quiero que se vaya a casa. Está siendo un capullo y ni siquiera está con el grupo, no se divierte, se pasa el día solo… Por no mencionar lo de la otra noche.
- Aquello está olvidado por mi parte. Y sobre lo demás… Quizás le sucede algo, tiene problemas… no se, pero no puedes echarle sin más. Ni siquiera le has preguntado porque está así.
- No hace falta, se lo que le pasa, es obvio.
- ¿Qué?
- Está colado por ti –dice y yo pongo los ojos en blanco.
- No empieces, Drake. Te estás volviendo paranoico, Lukas es mi amigo, no siente nada más allá. Y hablando de personas que sobran… ¿qué hay de Laura?
- Laura es una vieja amiga.
- ¿Los viejos amigos se besan? ¿O se acuestan? Porque entonces yo no entiendo nada…
- No me he acostado con ella.
- ¡Pero sí os besasteis!
- Nena…
- No, nena no. Os vi en la discoteca, y Lukas también. No hace falta que te expliques, no estamos juntos así que no me debes nada. Simplemente estoy decepcionada, después de todo lo que dijiste aquella noche… ¡Nos besamos, Drake!
- Deja que…
- ¡No! No quiero oír nada. No soy una más, no te vas a acostar conmigo y echarme por la mañana. Creí que éramos amigos, y después de aquella conversación llegué a plantearme tener algo contigo, pero ya no. No quiero volver a hablar sobre esto ni sobre nosotros, a partir de ahora mantén las distancias conmigo, ¿de acuerdo?Me levanto triste y enfadada y cuando estoy a punto de entrar giro la cabeza.
- Por cierto, no vuelvas a llamarme nena o princesa. Para ti soy Riley, a secas –y con rapidez entro a casa y subo las escaleras directa a mi habitación.Al parecer me quedé dormida tras hablar con Drake, pues cuando me despierto el reloj marca las ocho de la mañana. Me espera un día intenso. Marie está en su cama dormida. Cojo el teléfono y en silencio salgo, bajo las escaleras y voy fuera. Lo enciendo y el jodido aparato me devuelve la imagen de Drake y yo en el río. Siento que ya no debe estar ahí y la cambio por una de mi madre. Marco su número y espero.
- Hola cariño.
- Hola mami, ¿Cómo estás?
- Bien cielo, ¿y tú?
- Bien –le miento pero no cuela.
- ¿Seguro? ¿Ha pasado algo?
- Bueno… nada importante, solo he discutido con Drake.
- ¿Quieres que vayamos a buscarte?
- No, no te preocupes. Además hoy vamos de acampada.
- ¡Qué divertido!
- Si.
- Oye, eres una brujita mala –ríe.
- ¿Por qué? –me río.
- Mike me lleva de viaje… ¡y tú lo sabías! No me lo dijiste.
- Claro que no, era una sorpresa. Te lo pasarás genial.
- Si, me ha hecho muchísima ilusión. Mike está aquí, pongo el manos libres.
- ¡Hola Mike! –digo riendo.
- ¡Hola guapa, gracias por mantener el secreto!
- Nada, nada… Pasadlo bien.
- Gracias cielo –es mi madre – No vamos mañana, no podré llamarte…
- Lo se, no te preocupes, estaré bien. ¡Mike mímala mucho!
- Eso está hecho, ¡pásalo bien con tus amigos! Volvemos en cuatro días, te llamaremos entonces. ¡Un besazo, guapa!
- ¡Un beso Mike! –oigo un sonido, mi madre ha quitado el manos libres – Mami, disfruta mucho, te lo mereces.
- Gracias mi niña, te quiero mucho, ¿lo sabías?
- Y yo a ti, te hecho de menos…
- Pronto hablamos –cuelgo, la conversación me ha dejado un sentimiento agridulce.
Entro en casa y todos están ya despiertos, desayunamos y subimos a cambiarnos. Como ya está todo listo en apenas quince minutos ya estamos subiendo a los coches.Después de algo más de una hora llegamos a nuestro destino. El sitio es increíble, hay un pequeño lago con el agua cristalina, el suelo es llano y recubierto por una fina hierba que desprende un olor increíble y todo está rodeado de pinos. Inhalo fuertemente y el aire puro me llena los pulmones. Deberían embotellar este olor y venderlo como perfume, yo lo compraría.
- En marcha.
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Nunca llores en verano
RomanceUn verano puede no ser nada, o cambiar toda una vida por completo. No hablo de grandes viajes que llenan el alma ni amores fugaces que siempre recordarás. No. Hablo de algo más profundo, algo que cala muy hondo. Soy Riley y este verano viviré algo...