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La luz que entra por la ventana me despierta, es muy temprano. Me estiro perezosamente en la cama, pero algo no encaja, debería notar un bulto a mi lado, pero en cambio estoy sola, no me he dado cuenta de que Drake se ha levantado. Con un ojo a medio abrir aún, recorro la habitación y lo encuentro dormido en la otra cama. Lo entiendo, debe ser muy duro declararte a alguien, que te rechacen y tener que dormir con esa persona toda la noche. Me froto los ojos y me siento al borde de la cama. Drake está bocarriba con un brazo detrás de la cabeza y la sábana hasta la cintura.
Cojo el móvil para hacerle una foto. Sonriendo miro lo guapo que ha salido y deslizo el dedo por la pantalla para ver las demás. Aún no había visto las que nos hicimos junto al río, en la primera aparecemos con las cabezas juntas, sonriendo al objetivo; en le siguiente Drake saca la lengua y yo tengo los mofletes hinchados imitando a un pez globo, hay cuatro más en las que salimos poniendo caras raras y entonces llego a la última, Drake sonríe, pero mirándome a mi, y yo estoy riendo con los ojos cerrados. Es una foto preciosa. Decido ponerla de fondo de pantalla, dejo el aparato en la mesita y bajo a desayunar.

Asomo la cabeza por la puerta del salón y veo a Marie dormida en el sofá. No quiero despertarla así que voy a la cocina. Laura es la única que está allí, está sentada en un taburete junto a la isla situada en el centro de la habitación, cuando me ve sonríe. Le saludo, me hago un café y me siento en otro taburete a bebérmelo.
- ¿Qué tal la noche con Drakey?
- Normal –no entiendo con qué intención lo pregunta, pero no voy a darle detalles.
- ¿Normal? No creo que sea la palabra que más defina a Drake en la cama –me sonríe pícaramente.
- ¿Y tú que sabrás?
- Eh… tranquila, era una broma.
- ¿Y Lukas? –pregunto irritada. Ojo por ojo, diente por diente, bruja.
- Estupendo –y una sonrisa estúpida le cruza la cara.
- Pues que bien.
- ¿Sabes? Drake es genial, deberías darle una oportunidad –levanto una ceja en señal de desconcierto – Mira, se que él está hasta los huesos por ti. No pierdas el tiempo con Lukas, no le interesas.

Bueno, bueno, bueno pero esta ¿quién cojones se ha creído que es para decirme que es lo que tengo que hacer? Tengo que calmarme o acabará con la taza metida hasta la garganta.
- Mira –digo imitando su tono – Si a Lukas no le intereso, que lo diga él, eso lo primero y lo segundo, no eres NADIE para decirme a quien debo darle una oportunidad y a quien no. ¿Lo has entendido? Tú solo estás aquí porque Drake quería apartar a Lukas de mi lado, no eres más que una mera distracción.
- Ay, querida… Yo eso ya lo se, no creas que me duele. Lo que tú no sabes, es que una “mera distracción” puede llegar a eclipsar todo lo demás –deja su vaso en el fregadero y se va.

Dios dame paciencia, porque como me des fuerza la mato. Estoy tan nerviosa e irritada que se me cae la taza y se derrama la mitad del café. ¡Mierda! Mientras estoy limpiando aparece Lukas. El que faltaba, me están dando la mañana.
- Hola.
- ¡Hombre! Tu chica acaba de irse, corre a ver si la alcanzas y os vais los dos de la mano a tomar por culo.
- ¿Qué bicho te ha picado?
- Bicho no, víbora –le lanzo la bayeta al pecho y me voy. No tengo ganas de escuchar más tonterías.

Llego a mi habitación y veo a Drake sentado en la cama con mi teléfono en la mano.
- ¿Qué haces? –mi tono suena más brusco de lo que pretendía.
- Quería mirar la hora y he visto tu fondo de pantalla. Es una foto muy bonita.
- Si –resoplo y me dejo caer en el colchón.
- ¿Qué pasa, nena?
- Nada, no me he levantado con buen pie –me da un beso en la frente que, honestamente, me sabe a poco y se va.

He pasado toda la mañana en mi habitación, han subido Marie y Sarah pero no me apetece hablar con nadie, sigo furiosa y hasta que Laura no se marche no se me va a pasar. Pero ya es hora de comer, y mis amigos no tienen culpa de nada. Excepto Lukas, por aliarse con el enemigo.
- ¿Os apetece que pidamos unas pizzas?
- ¡Si!
- La mía sin carne –digo.
- Ay, Ry no podemos pedir una pizza especial solo porque tú seas vegetariana – dice Laura. ¿Acaba de llamarme Ry? Así solo me llaman mis amigos, estúpida.
- Pues nada, que os aproveche –le guiño un ojo cuando paso por su lado – No te atragantes…
- Ry, no le hagas caso, pedimos una cuatro quesos y la compartimos nosotras –me dice Marie.
- Vale, gracias –me da un azote en el culo y coge el teléfono para pedir la comida.

Estamos fuera esperando a que llegue el repartidor, Liam, Drake y Laura se están bañando y los demás estamos sentados en el porche. Obviamente ellos están pasándolo mejor, se ríen y se mojan unos a otros, nosotros solo miramos.
- ¿Qué pasa con Laura? –me pregunta Sarah.
- Es una arpía –digo.
- No te pases, no ha hecho nada –dice Lukas.
- Tu opinión no cuenta.
- Oye, ¿qué cojones pasa contigo? Después de una noche con Drake esperaba que, por lo menos estuvieras de mejor humor. Puede que no sea tan hombre quiere aparentar.
- Eres imbécil. No pasó nada, aunque eso no te incumba.
- Eso no es lo que dice Laura.
- Laura debería cerrar esa bocaza o usarla para lo único que se le da bien –murmuro.
- ¡No hables así de ella!
- ¿Por qué la defiendes, Lukas? ¡La conoces desde hace dos días! Nosotros somos amigos hace años.
- Si, amigos… –se levanta y se va. ¿A qué se refiere? ¿Ya no lo somos? Esto es absurdo…
- Déjalo, Ry –me dice Marie – El sexo le nubla la vista.
- Pero no lo entiendo, ¿Cómo puede ponerse de su parte? Apenas la conoce.
- No lo se…

Acaba de llegar el repartidor con nuestra comida y Sarah insiste en invitarnos. Nos sentamos en el suelo del salón a comer directamente de las cajas. La tensión es más que notable, nadie habla por miedo a desencadenar una pelea. Marie nota que aún estoy de mal humor por la conversación de antes y pone su mano en mi rodilla. Le sonrío.
- ¿Esta noche podríamos ir a alguna disco, no? –pregunta Laura.
- Claro.
- Hay una en el pueblo de al lado, es muy cool.
- Genial, pues habrá que ponerse guapos eh, chicos –dice Drake.

Nunca llores en veranoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora