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- ¡¡Y… los All Whites ganan el partido!! -anuncia el speaker y todo el estadio estalla en gritos, silbidos y ovaciones.
- ¡SIIIIII! -subo los brazos, estoy pletórica, el equipo de Drake ha ganado el partido y además él ha anotado el último ensayo, sus compañeros lo alzan y se abrazan. Yo sigo aplaudiendo y saltando y entonces Drake corre hacia mí y me besa delante de todos. Es un beso largo y noto unos cuantos flashes en la cara.
- Te quiero -me susurra y se va con los demás al vestuario. Y así, como siempre, termino con cara de lela.

La cena de equipo es una auténtica locura, los chicos están pletóricos y no dejan de gritar y palmearse. Es contagioso y lo estoy pasando realmente bien, Drake me ha presentado delante de todos y, aunque me moría de vergüenza, todos son muy amables; incluso las chicas que están allí como yo. Conozco al hermano de Amanda, se parece físicamente mucho a ella, solo que más grande y con pene.
Después de cantar el himno como unas cien veces y abrazarse como animales, marchamos al hotel.

- ¡Nena, estoy tan contento! -me besa con fuerza cuando llegamos a la habitación.
- ¡Au! -me froto los labios mientras río – Me alegro mucho por ti.
- ¿Te ha gustado el partido? -me abraza.
- Claro.
- ¿Me vas a dar mi premio? -pregunta meloso mientras me besa el cuello. ¿Cómo negarse? ¡Qué cojones, yo no quiero negarme!
- Ajá… -paso las manos por debajo de su camiseta y le acaricio los músculos.

Una hora después seguimos abrazados en la cama con las piernas entrelazadas.
- ¿En qué piensas? -pregunta.
- En que si durmiendo te quedas sobre mí sin querer, moriría aplastada -suelto y él se ríe a carcajadas.
- ¿No te gusto?
- ¿Eh?
- Cómo siempre te metes con mi… tamaño -ahora soy yo la que ríe.
- A mí me encantan todos tus tamaños…
- ¿Va con doble sentido?
- ¿Tú que crees? -digo riendo.
- Entonces me haces el tío más feliz del mundo -sonríe orgulloso.
- ¡Qué fácil eres!
- Sí, solo te necesito a tí para ser feliz.
- ¡Y cursi! -río.
- Yo alagándote y tú metiéndote conmigo -hace un puchero.
- Es mi manera de decirte que te… -me callo de golpe.
- ¿Qué? -sube las cejas y yo me quedo en silencio un rato - ¿Es tu manera de decirme que me quieres?
- Puede ser -escondo la cabeza en su pecho.
- A ver -de un tirón me deja bocarriba sobre el colchón y me sujeta las muñecas – Dilo.
- No -intento esconderme pero no puedo.
- ¿Por qué? -ríe.
- Me da vergüenza… -y me pone mucho verte así. Pero eso no lo digo, solo me muerdo el labio e intento zafarme.
- No puede darte vergüenza decirme lo que sientes. Yo te quiero, y mucho. ¿No quieres que te lo diga?
- Claro que quiero…
- ¿Y no crees que a mí también me gustaría escucharlo? -vuelve a ponerse de lado y yo le imito, quedando cara a cara.
- Entiende que yo no soy como tú…
- La Riley que yo conocía era sincera.
- Esa Riley ya no existe…
- Sí existe, solo tiene miedo.
- ¿A qué? -me muerdo el labio, quiero que lo diga, quiero escucharlo.
- A sufrir, ¿acierto? -asiento con la cabeza – Nena, no puedes evitar sufrir, la vida es cómo es. Nadie puede evitar que le rompan el corazón, igual que no se puede evitar el dolor cuando muere un ser querido. Es ley de vida, estamos hechos para amar y a la vez para sentir dolor, no hacerlo sería antinatural.
- Vaya… -suspiro.
- Solo quiero saberlo. ¿Me quieres?
- Sí.
- Vale. Me encantaría oírtelo decir, pero esperaré a que estés preparada -me besa en la frente y me abraza. Con la cabeza cobijada en su cuello pienso en que si el karma existe, he tenido que hacer algo excepcional para merecer a alguien como Drake.

Nunca llores en veranoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora