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- ¿Estás contenta de estar aquí de nuevo, nena? -Riley está tumbada de lado en el sofá, con la cabeza sobre mis piernas. Asiente en silencio - Te habría comprado flores por tu vuelta, pero no me ha dado tiempo.
Ella se encoje de hombros y sigue viendo la peli, que hemos alquilado por internet, es la típica comedia romántica y aunque las odio, no quería poner una de terror, no me parecía una buena idea.
La madre de Riley compró pizzas para cenar y me deja quedarme a pasar la noche, la verdad es que todo esto ha resultado más fácil para mí gracias a ella, no se cómo lo ha hecho pero ha conseguido evitar que me vuelva loco.

La respiración de Ry se ha vuelto más lenta y constante, se ha quedado dormida, así que con mucho cuidado me levanto y la llevo en brazos a su habitación, la dejo en la cama y vuelvo a bajar para recoger las sobras de comida y las latas de refresco vacías. En apenas quince minutos lo tengo todo hecho y vuelvo a subir.
Me encuentro a Riley acurrucada, durmiendo tranquilamente sin ninguna vía conectada a su mano ni esa horrible bata verde, y me parece la imagen más bonita del mundo, así que le hago una foto y le beso la frente con suavidad. Me tumbo a su lado y la abrazo.

Un mes más tarde

- Buenos días, nena -le beso el pelo y ella se despierta poco a poco. Cuando nuestras miradas se encuentran, sonríe - Vamos a desayunar.
Asiente con la cabeza y cuando me levanto, se estira ocupando toda la cama. Eso me hace reír, parece una estrella de mar, gira la cabeza y me sonríe. Voy abajo a esperarla.
En la cocina, Danna está tomándose un café.
- Hola cielo -me saluda - ¿Está despierta?
- Sí -sonrío.
- Bien, en un par de horas tenemos visita con el doctor Jhonnes -dice. Ry se visita con su psiquiatra cada semana.
- Vale, esperaré en mi casa.
- De hecho, me gustaría que vinieras con nosotras -me sorprendo, es la primera vez que me lo pide - Él cree que es buena idea, tú eres quien más tiempo pasa con ella.
- De acuerdo -acepto y ella sonríe.
- Buenos días cariño -dice mirando detrás de mí - ¿Has dormido bien?
Riley asiente con la cabeza y se acerca a darle un beso a su madre, seguidamente se sirve una taza de café solo.
Yo no puedo dejar de observarla, aunque ha ido a mejor, todos sus gestos y tics me recuerdan lo mal que está realmente; se rasca el brazo cada cinco minutos y siempre mira hacia abajo. Por no mencionar sus ojeras y la pérdida de peso. Diez quilos en un mes y medio.
- Hoy tenemos visita, y Drake vendrá, ¿de acuerdo? -le pregunta y ella asiente en silencio, como siempre.

Llegamos a un edificio de tres plantas con aspecto de nuevo, situado a unos metros del hospital. Las puertas automáticas se abren y entramos, aquí es todo muy moderno y blanco, excepto los sofás de la sala de espera en los que nos sentamos. Danna se acerca a la recepcionista y avisa de nuestra llegada. Poco después el señor Johnnes nos llama y pasamos a su despacho o sala de terapias... como se llame.
Es un sitio luminoso y acogedor, él se sienta en una butaca bastante usada y nosotros en el sofá de enfrente. Coge su cuaderno pero no le hace falta revisar nada, se acuerda bien de todo lo que concierne a Riley.
- Me alegra tu presencia, Drake.
- No hay de qué -miro a Riley y le cojo la mano.
- Bueno, ¿Qué tal estos días? -se dirige a Ry, pero ella no responde, en su lugar lo hace Danna.
- Todo normal, ¿verdad Drake?
- Sí, ha ido bien.
- Estupendo -apunta algo breve en su cuaderno - ¿Has tenido alguna pesadilla? -Riley niega con la cabeza - ¿Ataque de ansiedad? -niega - ¿Algún pensamiento negativo? -se queda quieta - ¿Riley?
- ¿Qué pasa? -le pregunto. Ella niega silenciosa y el señor Johnnes le tiende una hoja y un bolígrafo. Ry duda durante un momento y luego se inclina sobre la mesita de café y escribe. Suicidio. Cuando lo leo, se me para el corazón y siento que palidezco.
- ¿Igual que las otras veces? -asiente. ¿Cómo qué otras veces? No sabía nada... Debe notarse en mi cara mi desconcierto y el doctor me lo explica.
- Riley ha tenido algunos pensamientos suicidas, pero nunca ha llevado a cabo ninguno. Estamos trabajando en ello.
- Vale... -digo poco convencido.
- Bien, Riley ¿has tenido algún sentimiento nuevo? -niega - ¿Todo ha sucedido con normalidad para ti? -asiente - Bien.

Durante la última hora el doctor le ha formulado preguntas y ella ha contestado con la cabeza, de vez en cuando Danna intervenía. Cuando la visita está a punto de acabar, el doctor Johnnes le pide a Ry que espere fuera, quiere hablar con nosotros.
- Bueno, por lo que veo progresa lentamente, ¿no?
- Sí -responde Danna - Sigue preocupándome que no hable, doctor. Ha pasado más de un mes.
- Lo se, pero ha sido un suceso traumático muy difícil de superar, algunas personas dejan de hablar, otras incluso pierden visión por el estrés al que han sido sometidos... Es un proceso lento, hay que trabajar en ello y tener paciencia. Drake, se que esto también debe ser complicado para ti, Danna me dijo que tú eres quien más rato pasa a su lado, ¿qué notas?
- La veo triste, es decir, no es la misma. Intenta aparentar que está bien, pero no lo está, tiene tics nerviosos que antes no tenía y le cuesta mucho sonreír. Y a perdido mucho peso...
- Ya -apunta en el cuaderno y vuelve a mirarme - ¿Y tú cómo te sientes?
- Yo... no lo se. No he tenido tiempo para pensar en mis sentimientos, pero evidentemente lo llevo mejor. Ella fue la que se llevó la peor parte, creo que se siente culpable.
- Sí, su sentimiento de culpa es muy fuerte, cree que podría haber evitado todo lo sucedido. Por eso te he hecho venir, quiero que sepas que es posible que a ella le cueste tener sentimientos hacia ti, o probablemente los reprima involuntariamente, ella puede pensar en vuestra relación como el desencadenante de su agresor.
- ¿Quiere decir que no me quiere?
- No, seguramente te quiere, pero ahora su cerebro no funciona con normalidad y como consecuencia no puede llevar ninguna relación, ni amorosa ni social, con normalidad. Solo te pido que tengas paciencia y que pase lo que pase, la trates de una manera calmada, es posible que un grito o algún gesto violento le haga recordar aquel suceso, y eso no es lo que queremos.
- Por supuesto.

Nunca llores en veranoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora