- Date la vuelta.
- ¿Para qué?
- Me tengo que cambiar.
- ¡Pero si ya te he visto en bragas! Anda, no seas tonta.
Resoplo, le doy la espalda y me quito la camiseta, los pantalones y el sujetador, y me pongo la camiseta del pijama lo más rápido que puedo. Me siento en la cama y le miro. Está tumbado sobre la cama de Marie, en calzoncillos, con los brazos cruzados de la cabeza. Está para hacerle un puñetero monumento.- ¿Me trenzas el pelo? Como el otro día.
- Si, ven –me siento al borde de su cama y él, a mi espalda, pone una pierna en cada lado. Me desenreda el pelo con los dedos y me hace una trenza de raíz.
- ¿Dónde has aprendido a hacer esto? –pregunto tocándome el pelo.
- Mi prima pequeña se queda a dormir cada dos semanas.
- Ah…
- Bueno… ¿te vas a tu cama? –me empuja con las piernas.
- Vale, tranquilo, ya me voy –me levanto pero de un tirón vuelvo a estar en la suya.
- Venga, si eres buena dejo que duermas conmigo, pero nada de tocamientos sin permiso –me río y ruedo hasta quedar a su lado. La cama es lo suficientemente amplia como para que quepamos los dos y sobre espacio.
- Seré buena, lo prometo.
- Lo se.Nos quedamos apoyados en un costado, cara a cara, sin tocarnos, a excepción de su mano, que acaricia mi muslo. Ese gesto me provoca escalofríos, la piel se me eriza. Suspira y vuelve a mirarme a los ojos. Su mano sube hasta llegar a mi brazo y continúa acariciándome.
Noto que se me cierran los ojos a pesar de que apenas deben ser las doce y estoy rozando el sueño profundo, cuando unos gemidos llegan desde otra habitación. Mierda. Tienen que ser de Lukas y Laura, seguro.
- Estupendo, no voy a poder dormir en toda la puñetera noche.
- ¿Por el ruido o por que es Lukas?
- ¿Qué? – la pregunta me sorprende.
- Ya me has oído. Laura no te ha caído bien desde el primer momento, y ella no ha sido antipática contigo. Así que tú dirás.
- No tengo nada que decir. No todo el mundo puede caerme bien.
- Y qué me dices de lo otro.
- Lo que haga Lukas no me importa.
- Pequeña a mi no me mientas, dime por que es ¿te gusta o simplemente quieres que siga babeando por ti hasta que te canses?
- Eso que acabas de decir es horrible. No se como puedes pensar así de mí.
- No me malinterpretes es que simplemente no entiendo qué es lo que te gusta de él. Es guapo, vale. ¿Qué más?
- Pues… –no se qué responder.
- Ya decía yo. Ahora piensa, ¿realmente te molesta que se esté acostando con otra?
- No se. No debería.
- Pero lo hace -no es una pregunta.
- Estoy confundida, eso es todo.
- Se como aclarar esto -y sin esperar respuesta me besa y yo... le correspondo. Es un beso corto y dulce, sus labios son carnosos y suaves.- Esto lo cambia todo –suspiro.
- ¿Por qué?
- Tenemos una amistad, los amigos no se besan –me río.
- Pues nosotros si –sonríe – Aunque… podemos dejar de ser solo amigos.
- No creo que pueda cruzar esa línea...
- Riley –está hablando en serio, hace años que no me llama por mi nombre – No se si puedo seguir así. Hace tiempo que siento algo por ti, lo habrás notado, como todos. Llevo un año sin estar con nadie porque no puedo olvidarte. Te miro y me muero, nena.
- Drake, yo… no se que decir, estoy muy confundida. Necesito pensar.
- Te entiendo, pero entonces necesito que esto no vuelva a pasar, no puedo besarte sabiendo que no eres mía.
No contesto, tiene toda la razón.- Ya es tarde, princesa. A dormir –me da un beso en la cabeza y cuando me doy la vuelta me abraza.
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Nunca llores en verano
RomanceUn verano puede no ser nada, o cambiar toda una vida por completo. No hablo de grandes viajes que llenan el alma ni amores fugaces que siempre recordarás. No. Hablo de algo más profundo, algo que cala muy hondo. Soy Riley y este verano viviré algo...