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Mientras nos secamos, ya solos, Drake no deja de mirarme, y me incomoda. Nunca me ha visto con tan poca ropa, ¿creerá que estoy gorda? ¿Qué tengo las caderas demasiado anchas? Para ya, por ahí no vas bien amiguita, me auto recrimino. Levanto la barbilla y con los brazos en jarra le pregunto qué cojones está mirando.
-A ti.
-Ya, ya se que me miras a mí. Te pregunto si tienes algo que decir, que si no lo tienes, quites esa puñetera expresión de la cara.
-¿A que viene eso?
-Viene a que se el cuerpo que tengo y no hace falta que tu me lo recuerdes mirándome de esa forma.
-Creo que te estás equivocando –responde con una sonrisa burlona.

Mierda, no me miraba de esa forma, me miraba de ESA forma. Me tapo con la toalla y me voy corriendo a la habitación a vestirme. Allí está Marie.
-¿Qué hacíais? ¿Un polvete acuático?
-Anda calla, boba. No hacíamos nada –levanta las cejas con escepticismo – Vale, a ver, puede y digo PUEDE ser que si no nos hubieses interrumpido nos hubieramos besado.
- Ooooh… ¡Drakey y Riley sentados en un árbol, se dan besitos! –mientras canta va dando saltitos infantiles.
-Shh… Calla –digo, pero no puedo aguantarme la risa.

Hemos acabado las dos revolcadas en el suelo de tanto reír y me duele la barriga.
-Estás loca.
-Pero me quieres.
-Cómo no te voy a querer.
-¿Sabes? Te voy a contar algo muy serio –dice y yo me temo lo peor, ya estoy pensando las diferentes formas de esconder un cadáver y cuántos años de condena podrían caerme por cómplice– A veces, veo alguna chica y… me gusta ¿sabes?
-¿Quieres decir que eres homosexual? ¿O... bisexual?
-No lo se, lo segundo quizás.
-Guau –respondo asombrada – Te quiero igual, ¿vale? Para mi no cambia nada. Pero estoy impactada –río suavemente.
-Gracias, Ry –creo que nunca la había visto tan seria.
-Y... ¿Te has besado con alguna chica?
-No –dice incorporándose – ¿Puedo besarte a ti? Es decir, ya se que solo te quiero como amiga, no siento nada más, pero necesito saber si… me gusta.
-Joder Marie... –¿Qué hago? No quiero ofenderla pero... – No se, esto es muy fuerte – una risa nerviosa sale de mi boca.
-Lo se, pero no puedo pedírselo a Sarah.
-¿Y si vas a un… bar? O algo así.
-No quiero experimentar con una desconocida –dice en tono lastimero - Por fa, Ry... Venga...
-Vaaale – dejo caer los brazos.
-¡Bien! –parece una niña a la que le han dado un caramelo.

Me incorporo y nos quedamos cara a cara, sentadas hasta que ella da el paso y me besa. Primero labio contra labio, y después abro la boca dándole permiso. Me dejo llevar, le cojo la mano, ella la acaricia y se inclina más hacia mí. Tras un par de minutos nos separamos pero aún nos cogemos de las manos, ella tiene las mejillas sonrojadas, y las dos respiramos entrecortadamente.
-Guau…
-Si…
-Yo me he puesto muy cachonda, ¿y tú? –dice Marie, haciendo despliegue de su delicadeza habitual.
-Pues… no se, joder ha sido… intenso, pero no creo que sea lo mío. ¿Y ahora?
-Ahora… ¿Follamos?
-¡Si hombre! –respondo riendo y veo que ella hace lo mismo, por suerte esa última parte era broma – Venga, culo gordo, vamos con los demás.
-Vale, princesa –dice burlándose de mi y me da un azote en el culo con el que casi me tira por las escaleras.
-¿Dónde están Liam y Sarah?
-Han ido a comprar algo.
-Y a follar en el coche.
-Qué incómodo.
Me siento en el sofá y mientras los demás hablan sobre el tema, Drake se sienta a mi lado y me pasa el brazo por encima de los hombros.

-¿Qué te pasa? Tienes las mejillas sonrojadas –me las toco y las noto calientes.
-N-nada, Marie y yo… arriba nos estábamos riendo y eso.
-Ya veo –dice divertido.
-Oye, ¿tú te besarías con Liam?
-¿Eso te pone?
-No, a ver, por experimentar y esas cosas...
-No.
-¿Por nada del mundo?
-A ver, ¿hablámos de un besito y ya está?
-No, no, no, hablo de un bue beso, no juntar las bocas.
-Ah, entonces no. Lo siento, princesa pero los tíos no me ponen nada. ¿Por qué? ¿Tú si?
-No, a mi Liam no me gusta.
-Con una tía, quiero decir.
-Pff… Bueno no se, depende, p-puede que con una amiga, de risas y eso, por hacer la gracia, no se, quizás –digo poniéndome más roja aún de lo que ya estaba.
-Ya… de risas –me mira suspicaz. Es imposible que lo sepa pues acaba de ocurrir, pero con lo mal que miento seguro que se lo imagina – Pues si eso te mola, yo me sacrificaría por ti y… ya sabes.
-Si claro, tu lo que quieres es montarte un mènage á trois –digo riendo.
-¿Pues sabes qué? Me moriría de celos –me susurra al oído y se levanta, dejándome con la piel de gallina.

Vuelve tras unos minutos y señala a Lukas y Laura que están hablando.
-Se llevan bien.
-Si, oye ¿tú y Laura…?
-No, que va sus padres y los míos son amigos de toda la vida. A Laura llevo viéndola desde que teníamos dos años. Es como una prima.
-Ya…
-¿Por qué? ¿Sigues pensando en hacer un trío? Seguro que a ella no le importa…
-¡Qué dices! Anda… –le digo dándole un codazo.
-Toma, te he traído una Cola y tabaco.
-Hablas como mi futuro marido –le digo batiendo las pestañas de manera exagerada.
-Voy preparando el anillo, entonces –se ríe – Por cierto, Marie acaba de contarme una cosa muy, pero muy interesante…
-¿Qué? –mierda, ¡será bocazas!
-Pues me ha dicho, que antes cuando estabais arriba, de risas y eso, os habéis besado -sonríe de manera estúpida.
-No puede mantener la puta boca cerrada… Mira, piensa lo que quieras, pero ella me lo ha pedido y, joder, le he dicho que si y punto.
-¿Y te ha gustado?
-Si –respondo sonrojándome.
-Joder, nena –me susurra, provocándome un cosquilleo – Eso es muy interesante.
No respondo, trago saliva y le miro a los ojos. Esos ojazos grises, que me miran con las pupilas dilatadas, y que cada vez tengo más cerca.
-¡Ya estamos aquí! –grita Sarah mientras entra por la puerta. Liam viene detrás, con las manos llenas de bolsas.
-Aparte de ropa, ¿has comprado algo más?
-No –responde orgullosa.
-Estupendo –dice Marie sarcásticamente.

Nunca llores en veranoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora