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Ya hemos comido y están todos relajándose en el salón excepto Sarah, Marie y yo que estamos en la habitación. Honestamente no me apetece salir esta noche, y aunque no quiero aguarles la fiesta a los demás, lo comento porque se que ellas dos me entienden.
-Si quieres nos quedamos nosotras en casa.
-A mí no me importa.
-Gracias chicas pero no. No quiero ni que os quedéis sin salir ni que esa arpía me ponga a caldo sin estar yo presente.
-Como quieras -Sarah sonríe amablemente.
-Por cierto, ¿Qué tal anoche con Drake?
-¡Es verdad! No me has contado nada...
-Pues solo nos besamos. Luego él se declaró pero no pude contestar. Chicas estoy muy confusa, hace nada solo le veía como un amigo, ¿cómo puedo estar planteándome tener una relación con él?
-Ry, él lleva mucho tiempo colado por ti, Liam me lo contó.
-Lo se... Pero no creo que pueda.
-¿Y por qué no arriesgas? Puede que ganes.
-¿Y si no? Perderé un amigo, afectaría mucho al grupo. Me afectaría mucho a mí.
-Nena, míranos a Liam y a mí, también nos arriesgamos a perdernos, y lo volvería a hacer, es lo mejor que me ha pasado nunca.
-Eso es diferente, vosotros empezasteis cuando apenas éramos un grupo. No erais amigos, no tenías nada que perder.
-Bueno, tienes algo de razón, pero creo que aunque lo vuestro salga mal, sois adultos y podréis manejar la situación.
-No se... -suspiro y me enciendo un pitillo.

Laura aparece por la puerta.
-Empezad a arreglaros, nos vamos en hora y media. Por cierto... vamos a un sitio con clase, así que... esforzaros. Dentro de vuestras posibilidades - guiña el ojo y se va.
-¡Qué estúpida!
-Es un sitio muy cool, ladies -Marie se levanta y hace gestos exagerados - Por Dios, arreglaos, aprended de mí. Oh, Lukas ¿qué se siente al estar con alguien como yo? ¡Debe ser fabulous!
Sarah y yo estallamos en carcajadas y Marie sigue poniendo morritos y mesándose el pelo exageradamente.
-Voy a por mi ropa y nos vestimos -Sarah sale de la habitación aún entre risas.
-Tendréis que prestarme algo otra vez -digo.
-No te preocupes, no es problema -dice Marie.

Tras probarme tres vestidos y dos conjuntos he decidido ponerme unos vaqueros oscuros ajustados de cintura alta y un top negro con la espalda descubierta, todo de Marie, y unos tacones altísimos color crema con la suela roja de Sarah que -intuyo- deben ser carísimos.
Marie se ha puesto un vestido negro hasta las rodillas con transparencias y para rematar, unas sandalias de tacón.
Sarah se ha puesto una falda corta negra, un top con los hombros descubierto de color blanco y unos stilettos.
Me ha maquillado con un poco de base con color, ojos ahumados, máscara de pestañas y labios rojos, y me ha recogido el pelo en un moño de bailarina, dejando toda mi espalda al descubierto. Con lo que llevo puesto se ve mi tatuajes y eso me encanta, la mano de Fátima de mi nuca, y como el top es sin mangas, se ve también el del brazo, en la cara interna de la muñeca, el nombre de mi madre. Al principio me costó mucho convencerla, pero finalmente ella se tatuó lo mismo, pero con mi nombre. Lo acaricio y un sentimiento de amor me cruza el pecho. Le he contado más cosas a ella que a nadie nunca. Es mi confidente y todo un ejemplo a seguir. Solo espero ser tan buena madre algún día como lo es ella.
-Solo han pasado unos días. Está bien -Marie intuye lo que pienso e intenta animarme.
-Lo se, hablé con ella antes.
-Bien. Por cierto -se acerca y me susurra - estás buenísima.
-¡Tonta! -me rio - Vamos, nos estarán esperando.

Bajamos al salón, todos están listos excepto Laura, que sigue vestida con unos shorts, una camiseta sin mangas y unas sandalias de playa.
-¡Vaya, Laura! Ya sabía que vamos a un sitio con clase, pero no esperaba verte tan elegante -dice Marie con evidente sarcasmo, y me esfuerzo por contener la risa.
-Ja-ja, tengo que pasar por casa, no tengo ropa aquí.

Drake se ha vestido con una camisa blanca y unos pantalones negros. Dios, está tan guapo que quita el hipo.
-¡Vamos!

Nunca llores en veranoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora