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Volvemos a entrar y subimos para sentarnos en los sofás. Allí están Sarah y Liam, nos sentamos cerca pero respetando su espacio.

Lukas me pregunta si quiero beber algo pero niego con la cabeza. Nos quedamos un rato así, sin saber qué decir, simplemente escuchando la música, que ha pasado de latina a electrónica. Sarah y Liam se van.
- Nos hemos vuelto a quedar solos –dice Lukas por encima de la música.
- Si
- ¿Quieres bailar?
- No, no estoy de humor. Sinceramente quiero volver a casa.
- Pronto se cansarán y podremos irnos.
- Si… Pero me refería a mi casa, con mi madre.
- ¡NO! –grita demasiado y me sorprende – Quiero decir, este tenía que ser un verano estupendo, ¿no? ¿Por qué quieres irte? Estúpido Drake, va a joderlo todo…
- Lukas, cálmate solo ha sido un comentario, ¿Vale?
- Si, si, claro… Vale –coge una botella de alcohol que hay sobre la mesa y bebe directamente de ella. En menos de un minuto se la ha terminado toda.
- No deberías beber tanto.
- Qué lista eres, Ry –parece que se le ha subido rápido – Dios, no sabes lo guapa que eres, Drake no te merece. ¡Es un estúpido! -sigue hablando pero no logro escuchar lo que dice, la música está muy alta y no vocaliza bien. Solo espero que no me vomite encima.
- Me encantan tus tatuajesss, ¿tienes alguno escondido? –me toca la barriga – ¿Aquí? O quizás… más arriba –intenta volver a tocarme pero le aparto la mano de un manotazo – Mmm… Qué genio…
- Ya basta, Lukas. Voy a avisar a los demás, nos vamos –me levanto pero coge mi brazo y de un tirón me sienta en sus rodillas. El olor a alcohol es insoportable.
- No te vayas, princesa. ¿Así es cómo te llama él, no? –intento levantarme pero me agarra más fuerte – Nena… sí, también te llama así... –baja su dedo desde mi cuello hasta el canalillo y rápidamente me deshago de el.
- Seguro que con él no te resistías. ¿Esto es lo que quieres? Oh, no porque yo no soy Drakey, ¿verdad?
- ¡Para, Lukas! ¡Enserio, no tiene ni puta gracia, déjalo ya! –de repente ya no estoy en sus piernas si no de pie a un metro de él, alguien ha tirado de mí.
- ¡Oh, estupendo ya ha llegado el príncipe azul! El gran Drake… ¿Cómo has conseguido que se abra de piernas?
- Ya vale, Lukas. Vámonos a casa, has bebido demasiado –digo tristemente.
- Claro, nena. Vamos a casa, allí podrás tirártela a gusto, ¿eh Drake? ¿O prefieres a Laura? No puedes tenerlas a las dos –se levanta tambaleándose.

Drake gruñe y empuja a Lukas tan fuerte que al caer vuelca el sofá. Se acerca a él con los puños cerrados e intento pararlo.
- Drake, déjalo. Está muy borracho –le agarro el brazo que ya tenía levantado a punto de impactar sobre la cara de nuestro amigo. Esto es de locos.
Lukas parece que se ha quedado inconsciente tras la caída, y entre Liam y Drake lo levantan y llevan fuera, rápidamente lo tumban en el coche y me piden que vaya a buscar a los demás. Encuentro a Marie en la pista y a Sarah en el baño. ¿Y Laura? Por mí puede quedarse toda la noche en la discoteca, pienso mientras la busco entre la gente en la pista, en los sofás, en la barra… Cuando estoy a punto de entrar otra vez en el baño, sale de la puerta de al lado. ¿El baño de... chicos?
- Nos vamos.
- ¿Ya? Qué pena… Lo estaba pasando genial –me guiña un ojo y se marcha hacia la salida.

Arranco el coche, pero no se el camino de vuelta así que dejo que Liam pase delante y lo sigo.

Llevamos media hora en carretera, a punto de llegar a casa cuando Sarah me pregunta qué ha pasado. Suspiro. No tengo ganas de hablar sobre ello y sacudo la cabeza, parece que lo han captado y ninguna vuelve a abrir la boca en lo que queda de viaje.
Estoy tan agotada tanto física como mentalmente que en cuanto Sarah abre la puerta de casa, voy hasta mi habitación, me quito la ropa y me echo en la cama.
Estoy prácticamente dormida, pero alcanzo notar como Marie se tumba a mi lado y me abraza.

Nunca llores en veranoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora