24

12 1 2
                                    

Las chicas nos estamos cambiando dentro de la caravana y los chicos fuera. Por segunda vez, les tengo envidia, cambiarse aquí dentro las tres está resultando bastante complicado.
Me pongo una camiseta de tirantes, unos shorts y unas sandalias atadas al tobillo. Y el chaleco nuevo, es perfecto para esta noche. Me aplico un poco de máscara en las pestañas y soy la primera en salir. Los chicos están sentados en el suelo.
- Una menos, quedan dos.
- Ya estamos, tranquilos –nos riñe Marie.
En cuanto acaban cerramos el vehículo y nos dirigimos a la playa.
Hay un grupo en el escenario probando los micrófonos, la gente está alrededor esperando. Antes no me fijé pero hay unas casetas de lonas blancas en las que venden bebida y tonterías como anillos de goma con luces y cosas así. Pedimos unas cervezas y nos situamos entre la gente.
- ¿Emocionada? –Drake me sonríe.
- Mucho –doy saltitos de alegría y él ríe.

Al poco rato el grupo empieza a tocar, son canciones propias y se les da muy bien, me esperaba algo más cutre.
El ambiente es muy agradable, la multitud reconoce la música y canta, algunos bailan y todos bebemos. Enciendo un cigarrillo y acabo lo que me queda de cerveza, me separo de los chicos para tirar el vaso de plástico y cuando estoy de vuelta un chico me para. Es bajito y corpulento, viste una camiseta de tirantes y un bañador.
- Hola guapa, ¿estás sola?
- No, estoy con unos amigos –no me da buena espina.
- Qué pena, ¿no quieres venir conmigo?
- No, gracias –respondo bruscamente y le esquivo.
- ¡Tú te lo pierdes! –oigo que grita cuando estoy a unos metros. Pongo los ojos en blanco aunque es imposible que me vea.
Vuelvo con mis amigos y en el escenario el grupo se despide y sube otro. Su música es muy buena y más bailable. Lo estoy pasando realmente bien.

- Gracias por traerme –le digo a Drake desde el asiento del copiloto. Él conduce. Son cerca de las cuatro de la tarde, nos hemos despertado hace poco, ya que anoche volvimos tardísimo y dormimos dentro de la caravana.
- No hay de qué, nena –sonríe – lo pasé genial.
- Si, yo también –sonrío y pongo la mano sobre su pierna, la coge y la lleva a sus labios, le da un beso como hice yo la otra vez y vuelve a dejarla donde estaba.
- Hoy no deberíamos parar, chicos. Así llegaremos mañana temprano.
- Vale, voy a dormir un rato más y después te relevo –responde Liam.
- Vale –baja la música para que su hermano descanse y sigue conduciendo.
Cojo mi móvil y miro las fotos de anoche, en la mayoría salimos bailando o bebiendo. Espera, ¿eso es un sombrero? No se a quien se lo quité pero así como vino, se fue. La mayoría han salido borrosas pero no las elimino. Le envío una a mi madre en la que salgo sonriendo.  Su respuesta no tarda en llegar.

Qué guapa!!

Es de ayer, estuvimos en un festival en la playa :P

Que guay, pásame más.

Voy.
Le paso un par más y me despido de ella.

Al cabo de un par de horas Drake aparca en una gasolinera y les cambiamos los asientos a Liam y Sarah. Los que lo necesitan van al baño y a por botellas de agua y sándwiches.
Tras comerme uno, enchufo los auriculares al móvil, me los pongo y cierro los ojos.

Nunca llores en veranoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora