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CLARISSA

Estaba en una sala, los marcos de fotos eran de oro brillante y las fotografías eran de colores apagados, en las orillas de la habitación habían estanterías con libros que estaban por decorativo y una alfombra gris rodeando el suelo para cubrir la madera, el sillón negro opaco resaltaba en el medio de la sala y una mesa ratonera en medio contenía material para servir el té. Clarissa estaba feliz porque iba a poder ver a su padre, cual tanto extrañaba, quería abrazarlo y llorar por todo lo que le había extrañado y aunque quisiera negarlo necesitaba un abrazo que la hiciera sentir mejor, Jace no había venido con ella, ¡Jace había elegido a Alexander antes que a ella! Y estar separado de él, era una tortura.

Se sentó en el sillón esperando que Jonathan regresara de la búsqueda de su padre y suspiró con angustia ¿Habrá hecho buena elección? Joselyn, su madre, iba a quedar sola, con ello ahora hacía que ella pasara su mano por la cara con frustración, su madre se iba a sentir desilusionada de esto. Los pasos resonaron sobre el pasillo y Clary estaba que moría de la emoción al saber que vería a su padre después de años sin hacerlo.

La puerta se abrió mostrando a dos figuras casi de la misma estatura, aún lado Jonathan qué la miraban con atención y a su lado Valentine con una sonrisa casi forzada que la chica no notó, ella se lanzó a sus brazos para abrazarlo con fuerza sollozando como hacía en su niñez pero Valentine estaba tieso y no respondía al abrazo como aquel tiempo.

— Vamos, el té se va a enfriar— dijo Jonathan.

Que había caminado hasta el sillón, Valentine se separó dejando a Clary desilusionada viendo como su padre se sentaba a lado de su hijo, ella caminó hasta el sillón incómoda quedando frente a ellos, el silencio inundo la habitación, Clary miró con atención a su hermano, su postura decidida al servir el té cuando días atrás se escondía para que nadie lo viera hacer sus acciones, sus ojos al mirarla, esos ojos que eran verdes ahora eran negros como lo de Valentine, no era su hermano.

— Hermanita— susurró Jonathan con una sonrisa—cuéntale a padre como dejaste a Jace por mí.

Valentine los miró con sorpresa, como si no supiera lo sucedido.

— Yo necesitaba ver a papá— balbuceó Clary.

Jonathan endureció la mirada y la sonrisa desapareció, se estiró hacia atrás para apoyarse en el sillón mientras la mirada con atención, todo el ambiente había cambiado junto a ese chico.

— ¿Y a mí no?—preguntó Jonathan.

Clary asintió reiterada veces, se sentía intimidada y su padre no hacía nada para parar aquello.

— Te propongo algo Clarissa—dijo Jonathan.

El chico se levantó para caminar hacia ella que se disminuyó en el sillón mirando a su padre cual le devolvía la mirada sorprendido y después miraba a Jonathan, ninguno de los dos entendía que estaba sucediendo.

— Cásate conmigo— prosiguió Jonathan.

— ¿Qué?— preguntó Clary sorprendida— ¡No!

— No te estoy preguntado.

Y fue donde Clary comprendió dónde se había metido, estaba en problemas por terca y Jace no vendría a ayudar como lo había dicho.

RAPHAEL

Estaba dejando a Magnus en la cama cubriéndolo con una manta, después del desmayo todo quedó en silencio y después un hubo un poco de gritos histéricos por parte de Simón y de Jace por la situación, pero él ya estaba un poco acostumbrado a esos momentos donde el brujo sacaba toda su magia o hacia algo que lo agotara y ¡pum! un posible desmayo se aproximaba, pero nadie entendería porque aquel hombre inconsciente lo hacía. Comenzó a mirarlo por un instante, mientras recordaba que le debía la vida a este brujo.

— ¿Qué tanto lo miras?

Raphael volteó con una sonrisa tierna, viendo a Simón con los labios fruncidos y brazos cruzados.

— ¿Celoso?—preguntó Raphael yendo hacia él.

— No somos nada— se defendió Simón.

Raphael colocó una mano en su corazón o donde tendría que estar y arqueo una de su ceja para fingir estar afectado aunque era para darle más drama a la situación.

— Me has ofendido—dijo Raphael— te he salvado tantas veces ¿Eso para ti no es nada?

— Me las debes, ya que...— dijo Simón siendo interrumpido.

— He acabado con tu vida.

Se dio vuelta al darse cuenta que la charla se volvió más seria ¿No era mucho que el mismo Simón le dijera su terrible acto? ¿No notaba lo que él sentía por él? ¿El beso no significo nada? Al parecer era el único que tenía sentimientos. Pero lo entendía, es decir, fue una persona que le hizo mucho daño, acabó con su vida, pero por egoísmo y de sentimientos que surgieron cuando lo vio aquella noche, quiso hacer esto y ser correspondido, cuando la situación no podía ser así, tenía que entender a la otra parte.

— Yo no quise decir eso—dijo Simón.

Sintió como el menor trató de acercarse a él.

— Nadie quiere decir eso— repitió Raphael—pero lo hacen y duele.

Raphael comenzó a caminar hacia la puerta para quedarse en el umbral y verlo de reojo, no tendría porqué enojarse por una verdad pero de todas formas lo hizo.

— Cuida a Magnus— ordenó Raphael.

— Pero...

— Es una orden polluelo— dijo Raphael enojado— te lo estoy ordenando.

Y se fue por la puerta, dejando a un Simón triste, pero no podía tener vulnerabilidad por aquel rostro, primero debía encargarse de guardar todos sus sentimientos donde nunca tendría que haber salido, menos a un reciente mundano.

Tú, mi maldita perdición ||Malec & Saphael|| (RESUBIENDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora