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MAGNUS

Iba caminando detrás de Alexander, habían podido localizar a Jonathan y a Joselyn y ahora caminaban hacia aquella dirección, sintiéndose tan nervioso, ese revuelto en su estómago se debía a la preocupación que tiene por su niño de ojos zafiro, el podría protegerse y matar a cuantos demonios, pero estaban sus padres allí y si ellos no estaban bien Alec se olvidaría de todo y se derrumbaría y no era el mejor momento para que le sucediera eso, pero conocía lo bastante a Alexander para saber qué sucedería, se sentiría perdido y no podría continuar, iba a luchar para controlarse pero terminaría tirando su arma para caer de rodillas al piso.

— Alexander...

Amaba llamarlo por su nombre, era tan relajante sentir como su boca pronunciaba cada sílaba y eso también lograba causar una emoción en el ojiazul.

— ¿Qué sucede Magnus?

Alec no lo miraba, seguía mirando al frente sin dejar de caminar.

— Puedes mirarme, odio hablar con tu espalda— responde Magnus.

—Quiero terminar esto rápido—dijo Alec mirándolo sobre su hombro— ¿Podemos hablar después de que esto termine?

— Está bien— suspiró—solo ten cuidado.

Siguieron caminando pero Magnus seguía sintiéndose preocupado, miró sobre sus hombros y vio que no era el único, Raphael trataba de hablar con Simón pero el vampiro menor trataba de evitar sus preguntas, cuando llegaron al lugar frente a las dos puertas, el brujo miro a todos era preocupante saber que iba con adolescentes Nephilim y que a pesar de todo entraría allí era peligroso. Escuchó la respiración contenida en Alexander y cómo movía su mano izquierda para abrir la puerta, su Parabatai a su lado alzaba una de sus espadas serafín al igual que la pelirroja, ya era la hora.

Las puertas se abrieron par en par mostrando una sala sangrienta, no se fijó como Jonathan estaba en el centro de ella abrazado a la Reina Seelie, no se fijó como Joselyn estaba también a su lado con una sonrisa cínica, claro que no, solo podía ver el cuerpo de Camille, su antigua amante, tirado en el medio de la sala y como Maryse, la madre de Alec y Hodger estaban agonizando en el suelo, sus caras ya no tenían el color de su piel sino que estaban rojas como si se estuviesen quemando.

— ¡Madre!

Magnus colocó su brazo impidiendo que Alec entrará e hiciera algo impulsivo, podía sentir como en su garganta se formaba un nudo.

— Al fin se dignan a llegar—dijo Jonathan— creí que tendría que mandar a mis demonios a buscarlos.

El brujo no solo había perdido a un antigua amante la cual había arruinado una parte de su inmortalidad robándole el sentimiento de amar, ella seguía siendo una amiga de siglos.

— Mató a Camille—dijo Raphael.

Se adentraron más a la sala despacio para no caer en alguna trampa.

— ¿Dónde está mi padre?—preguntó Alec.

Magnus apoyó su mano temblorosa en el hombro del pequeño ojiazul sintiendo como estaba tenso y cómo luchaba por no correr a él y matarlo.

— ¿Tú padre?— preguntó Joselyn— Robert ven aquí.

El padre de Alec apareció en la sala portando espadas, situándose a lado de la madre de Clarissa, era parte de toda la traición también.

— Papá ¿Qué estás haciendo?

El hombre miró a Jonathan y este sonrió, una sonrisa que causaba todo más que calma.

— Dile Robert—dijo Jonathan—dile a todos ellos cómo te sentiste al matar a Hodger.

Alec trató con dificultad, pero no se movió.

— ¿Qué estás haciendo Joselyn?— preguntó Luke con amargura.

Magnus observó a la mujer, no se veía cuerda sino que se veía igual de perturbadora que su hijo, seguía sonriendo como si no le importará que la mitad de su otra familia estuviera aquí para detenerlos, solo ya estaba perdida.

— Apoyando a mi niño—dijo Joselyn—Luke ven únete conmigo ya no pueden contra nosotros, y te necesito a mi lado.

— Nosotros estábamos en contra de esto ¿Qué vas a hacer? ¿Vas a matar a tu propia hija por estar en tu contra?

El brujo podía escuchar el temblor en la voz del licántropo, como si estuviera dando cuenta que era una lucha de la cual no podía ganar, como si tuviera que decidir qué hacer.

— Tengo una mejor propuesta—dijo Jonathan—tú, estúpido subterráneo puedes venir a mi lado, al igual que Clary, siempre tendrás un lugar a mi lado.

— Lo matarás— señaló Magnus— como hiciste con Camille, como hizo tu padre cuando era joven, eres igual a tu padre Jonathan, un Nephilim desquiciado.

Sintió como la mano de Alec lo agarraba del brazo.

— Deja de hablar brujo— vociferó Jonathan— te mataré y lo voy a disfrutar como hice con esta subterráneo.

— Querido cuñado—bromeó Jace—si piensas luchar como lo hacías en la sala de entrenamiento me cabe decir que perderás.

Magnus escuchó como el Nephilim gruñía.

SIMÓN

Estaba escondido atrás de Raphael, ver a Jonathan había hecho que su temor aumentara, no podía verlo sin dar un pequeños grito de terror ¡El maniático había matado a su padre! el vampiro mayor lo agarró de la mano y lo miró dándole a entender que todo estaría bien, Simón aprovechó a decirles algunas palabras por las dudas que todo se terminará y que el plan fallará.

— Raphael—susurró Simón— infiel, estúpido impostor, mírame.

Vio como el mayor sonreía y lo miraba.

— ¿Nunca superarás eso?

— Solo quiero decirte que si salimos de acá, te haré sufrir—dijo Simón— y te amo, no lo olvides.

— Estás pensando en ayudar a Jace ¿Cierto?

Simón lo miró sorprendido.

— ¿Qué?

— Harás una locura con Jace ¿O me equivocó?

— No me pienses parar—dijo Simón— estoy decidido a hacer esto.

— ¿Sabes que puedes morir?— susurró Raphael— Acaban de matar a la mujer Lightwood, no pienso verte muerto.

El vampiro apretó su mano con fuerza.

—No pienses escaparte de mí, bebé—añadió.

Tú, mi maldita perdición ||Malec & Saphael|| (RESUBIENDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora