(83)

1.1K 130 7
                                    

RAPHAEL

Siempre había querido ocupar el lugar de Camille aunque lamentaba lo que le había pasado a la mujer vampiro, ahora estaba sentado frente a muchos de sus chicos escuchando como se quejaban y hacían un gran debate sobre la vida que llevarían y las decisiones que estaba por tomar a convertir un mundano que ya había sido vampiro.

— No puedes hacer esto— dijo Tom— esta noche tenemos que ir a Pandemónium y tú cómo nuestro líder tienes que ir.

Estaba reclamando algo tan ridículo, eso hacía extrañar estar en casa de Magnus y hacer lo que quisiera con Simón sin estar soportando que chiquillos le hablaran así.

— He dicho lo que tengo que hacer, son mis asuntos— vuelve a repetir Raphael.

— Eso es ridículo Raphael— dijo Tom— nosotros no te importamos, te importa más ese mundano que tú clan.

— Polluelo, cállate— dijo Lilit—solo estás celoso de que Raphael amé a otra persona que no seas tú.

Toda la sala empezó a reír y Raphael solo sonrió, su vieja amiga jamás se guardaba algo si podía decirlo.

— Eso es mentira.

— Raphael irá y hará lo que tiene que hacer—dijo Lilit— y si tienen algún problema hablen ya, no a espalda como miedosos.

Toda la sala quedó en silencio cuando se escuchó de aquel comentario.

— Ahora todo a alistarse, esta noche vamos a ir a Pandemónium y vamos a portarnos como corresponde aunque nuestro líder no esté— vuelve a hablar Lilit— ¿Entendido?

Todos los vampiros asintieron y salieron del lugar, Raphael pudo ver a Tom mirarlo con un poco de molestia pero al final terminó por salir, quedando él y Lilit.

— Ese Tom es mucho problema para todos nosotros— dijo Lilit— me alegra que estés aquí Raphael, aunque por esas razones Camille haya muerto.

— No será un problema está vez, de eso estamos seguros— dijo Raphael.

Se había levantado de su lugar para mirar a la chica que era una cabeza más pequeña que él.

— Esperemos​ que todo funcione bien y vengas con Simón— dijo la chica antes de irse— si pudo venir y hacer que tú caigas a sus pies en unos minutos entonces ya me agrada.

Raphael sonrió viendo como la muchacha se iba, ya faltaban unas pocas horas para volver a estar junto a su chico, serían ellos dos y nadie más.

SIMÓN

— ¿Quién es el niño más lindo del mundo?

Aún no podía dormirse, su cuerpo se había adaptado a su otra vida y mirando a Rafael junior al parecer eran dos que no querían dormir. Para ser un bebé tenía las energías de un niño grande, le hablaba con voz infantil mientras escuchaba la pequeña risa entrar a sus oídos, estaba feliz al saber que iba a poder adoptar a un niño ¡Cómo su hijo! Se casaría con el chico que amaba y podrían formar una familia, muchos escalones que avanzó con rapidez. Miró al niño bostezar, ya era hora de dormir, Simón lo acostó sobre su pecho y empezó a cantar la canción que su madre solía cantarle cuando era pequeño.

—"Los cochinitos ya están en la cama, muchos besitos les dio su mamá, y calientitos los tres en pijama, dentro de un rato los tres roncaran. Uno soñaba que era Rey y de momento quiso un pastel, su real ministro le hizo traer, quinientos pasteles nomás para él...

El bebé bosteza una vez más.

—...Otro soñaba que en el mar, en una barca iba a remar, más de repente a embarcar, se cayó de la cama y se puso a llorar. Los cochinitos ya están en la cama, muchos besitos les dio su mamá, y calientitos los tres en pijama, dentro de un rato los tres roncarán...

Otro bostezo más se escuchó en aquel lugar.

—...El más pequeño de los tres, un cochinito lindo y cortés, ése soñaba con trabajar, para ayudar a su pobre mamá y así soñando sin descansar, los cochinitos pueden jugar, ronca que ronca y vuelve a roncar, al país de los sueños se van a jugar."

Escuchó al pequeño respirar con pesadez y su cuerpo quedó relajado, el niño ya se había dormido, se levantó mientras lo cargaba y lo colocó en su cuna improvisada con cuidado de no pisar a Alec que se había dormido en el piso al lado del sillón donde Magnus y el pequeño Max descansaban.

Cuando vio que Rafita no se había despertado y que no había pisado a su amigo Nephilim, caminó hasta la ventana y sacó el celular de Alec que había pedido prestado antes de que se durmiera, había a una persona que debía llamar y contarle cómo estaba, quería no preocuparla y estaba seguro que se sentiría feliz a escucharlo y darle las noticias, pero no le contaría la verdad de que se había convertido, marcó el número, se lo sabía de memoria, se colocó el celular en el oído y tuvo que apoyarse contra la pared por qué su corazón que había empezado a latir con rapidez y la respiración lo hacía ahogarse.

— ¿Hola?

No se había dado cuenta de lo que tanto extrañaba escucharla.

— Mamá—dijo Simón balbuceante.

Hubo un silencio y después el ruido de algo rompiéndose del otro lado de la línea, como un vaso.

— Simón ¿Bebé eres tú?

La voz de su madre parecía un hilo de voz, casi a un sollozo.

— Si soy yo—dijo Simón— creí que debía llamarte y decirte que las noticias eran falsas, no estoy muerto.

— ¿Dónde has estado? No volviste más después de esa fiesta, trate de localizar a tus amigos pero nadie sabía de ti ¿Dónde estás? Me dijeron que estabas muerto, desaparecido, pero no le creí, sabía que no era verdad.

Simón se mordió la uña de su pulgar con nerviosismo.

— De eso quiero hablarte—suspiró Simón— estoy en la ciudad.

— Dime donde está e iré a buscarte ahora mismo.

— ¡No!—dijo Simón— ¡Aún no! Tengo algo que contarte y mañana a la noche iré a casa para que podamos hablar, te extraño mamá pero espérame hasta mañana ¿Entendido?

Se escucharon más sollozos por parte de ella.

— ¿Estás metido en las drogas? ¿Estás en problema Simón?— preguntó la mujer— sabes que podremos salir de esto, te ayudaré a salir de esto.

—No, estoy bien—dijo Simón tratando de calmarla— solo espérame hasta mañana, tengo noticias que darte.

Miro hacia donde estaba Rafael junior y sonrió estaba seguro que su madre se alegraría de las noticias.

— Está bien, te esperaré— susurró la mujer—te amo mi niño.

— Te amo mamá.

La llamada se terminó y Simón no pudo evitar llorar, la había extrañado, ahora podrían estar juntos de nuevo y podrían continuar un poco con su familia, su madre sería una buena abuela y él podría verla por un tiempo si lograba controlar su transformación, sabía que le iba a agradar también a su esposo y viceversa.

— Todo volverá a ser lo de antes—dijo Simón.

Que miró por la ventana mientras dejaba elevar sus comisuras.

Tú, mi maldita perdición ||Malec & Saphael|| (RESUBIENDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora