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JOSELYN

Esta vez había podido cambiarse su traje lleno de sangre, su hijo le había dado un vestido de seda celestes que tanto había añorado usar lejos de trajes opacos de Nephilim, sabía que lo que estaba haciendo estaba mal pero era su hijo necesitaba la compañía de su madre y aunque fuera el hombre que terminaría con la humanidad del planeta ella estaría a lado suyo siempre, porque nadie es más importante que sus hijos.

— Joselyn tu hijo espera por ti.

Miró hacia la puerta, unos de los sirvientes de la Reina Seelie, un muchacho de poca edad está esperando por ella, tiene el semblante serio y ha mostrado desagrado al lugar, pero por ser solo un peón tiene que mantenerse al margen.

— Iré enseguida, Merliot.

Volvió a su vista al espejo, no podía creer que había apuñalado a Luke por la espalda, a su esposo, estaba por traicionar a toda su familia por la seguridad de su niño ¿Estaba haciendo lo correcto? Suspiró y caminó hacia la sala para ver el cuerpo de la mujer vampiro en el piso, otra víctima más de las manos de Jonathan.

— ¿Qué sucedió aquí?

Observó con horror en el centro de la sala arreglando su traje estaba Jonathan y a su lado la Reina Seelie con una sonrisa, la primera amante de Jonathan, su primera mujer.

— No hay que confiar en los vampiros, —dijo Jonathan—ven madre.

Mientras avanza hacia él pudo observar a un lado de la sala, encadenados, están los Nephilim del instituto, sus compañeros, con los que estuvo una vez en el círculo y después del perdón convivieron como si nada hubiese pasado, ahora estaban por enfrentar su última hazaña.

— De esta no te vas a librar—dijo Maryse— mis hijos te matarán Joselyn Fairchild.

Paró de caminar y la miró, Maryse Lightwood la mujer cuál tanto su ex marido confiaba, no podía entender cómo Valentine había puesto a esa mujer como su mano derecha después de lo de Luke, era una inútil para todo, si ella hubiese mantenido el margen frente a Jonathan podría tener una oportunidad de vida, su hijo podría tenerle piedad, pero esa mujer solo estaba provocando más rápido su muerte.

— Maryse Lightwood espero que estés disfrutando tus últimas horas de vida—dijo Joselyn con una sonrisa.

— ¡Juro por el ángel que la pagarás!

Sintió como su hijo se arrimaba detrás ellas y colocaba una jeringa en sus manos con lentitud, con un líquido negruzco nunca visto.

— Me cansé—dijo Jonathan— toma esto debes inyectar esto en su cuello y así no la oímos más.

Joselyn se tensó mientras respiraba con dificultad ¿Era capaz de matar a alguien más? había matado a los hermanos silencioso ¡Era una asesina! Pero nunca pensó en tener que hacer esto también con sus propias manos.

— Madre, hazlo—dijo Jonathan con firmeza.

Empezó a negar ¿Qué pensaría su hija de esto? Clarissa aún estaba de parte de los hijos de esta mujer, si ella hacia eso entonces significaba que le estaba dando la espalda a su hija también. Estaba cometiendo un error.

— ¡Ahora!— Gritó Jonathan.

Con miedo y su cuerpo temblando empezó a caminar hasta Maryse que empezó a moverse para huir mientras sus ojos se iluminaban por las lágrimas. Trato de repetir que era todo culpa de aquella mujer de haber provocado su propia muerte.

— Joselyn no— susurró Maryse.

Joselyn empezó a sentir la adrenalina aparecer en su cuerpo, ella había provocando el enojo en su hijo, ella tenía la culpa de esto, ella le había hecho ensuciar sus manos un poco más, ella no merece seguir con vida, será lo mejor para todos, hasta sus propios hijos.

Tú, mi maldita perdición ||Malec & Saphael|| (RESUBIENDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora