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SIMÓN

Analizaba el lugar, tenía que haber algo por donde pudieran huir y llevarse a los niños con él, no podían quedarse ahí cuando Jonathan quería hacer con ellos algo no muy bueno; volvió la vista a los pequeños, Rafael junior como lo había bautizado estaba durmiendo, se veía tan sereno y tranquilo aunque le estuviera esperando la muerte, pero de igual manera le recordaba a Raphael a estar en un asunto así.

Le amargaba recordar en estos momentos a Raphael, imaginando que estaba con otra persona en su cama y dedicándole frases de amor que sabían ser dedicada a él, nunca se había puesto a pensar como hubiese sido su vida si jamás se hubiera cruzado con el vampiro mayor, había girado su mundo, fue quién le hizo pensar que después de la transformación no estaba solo y no era tan terrible como lo pensaba, el vampiro le había dado su amor y lo amaba tanto que se alejó de él para su protección, eso es lo que hacen las personas cuando aman ¿O no? Él amaba con todo su corazón a Raphael tanto que no le importaba que había acabado con su vida mundana y que lo había separado de su madre.

Dirigió su vista al otro bebé, este niño tenía su pulgar en su boca y en su brazo izquierdo un muñeco de lana, el cual lo abrazaba con fuerza, era tan inocente, los dos tan inocentes que necesitaban ser salvados.

— ¿Qué sucede pequeño? ¿No puedes dormir?— preguntó Simón.

Nunca había sido un gran encantador de los niños, pero ahora no sabiendo cómo sería su destino y el de los pequeños, había decidido pasar tiempo con ellos y que sus últimos momentos fueran buenos ¿A dónde estaban sus padres? ¿Jonathan los había matado? El pequeño niño empezó a sonreír y a agarrarle los pelos con sus pequeñitas manos, haciendo que Simón empezará a sentir lástima al verlo tan ignorante a lo que le rodea.

— Lo siento pequeño, lo siento tanto—susurró Simón—quiero sacarlos de aquí, pero no puedo, no sé qué hacer...

Vio como el pequeño hacía unos pucheros y sus ojos se iluminaban, la pared frente a ellos, la parte central, se empezaba a desintegrarse y a cambiar de un azul brillante, Simón tardó segundos para darse cuenta que era un portal ¡Un portal como el de Magnus Bane!

— Es un portal—dijo Simón tendiendo al bebé frente a él— ¡Es un portal!

El bebé empezó a reír, era tan igual a Magnus, tanto que podría ser su hijo, solo que sabía que los brujos eran estériles, así que era nula esa posibilidad.

— Vamos a salir de acá—dijo riendo—Voy a salvarlos.

MAGNUS

Estaba ya cansado y enojado, estaban caminando y no sabían por dónde iban y Alexander estaba tan concentrado en encontrar el rastro de su familia que no prestaba atención a sus piropos o chistes, todo estaba tan serio y tenso.

— ¿Saben cómo se dice Simón en otra palabras?—preguntó Magnus.

Nadie le contestó, dejando que hable solo.

— Le dicen Sheldon—contestó Magnus riendo—saben por qué S de Simón y Heldon.

— Cállate Magnus— comentó Raphael.

Magnus alzó los brazos y empezó a quejarse, era injusto hacerlo callar cuando estaba explicando su chiste, cuando quería hacer que el ambiente sea más ameno.

— Bueno, vamos a hacer esto más fácil—dijo Magnus—ven mi pequeño garbancito.

— ¿Qué quieres hacer Magnus?— preguntó Alec.

Algo que les gustaba era ver a Alexander avergonzado por culpa suya, el Nephilim tenía la piel tan blanca que cuando se avergonzaba su piel se ponía de un color carmesí y sus ojos se iluminaban, todo tan lindo.

— Ven acá mi garbancito—dijo Magnus con picardía.

Vio como Alec bajaba el arco y se acercaba a él dejando escapar un suspiro.

— ¿Qué vas a hacer?—preguntó Raphael.

— Trataré de usar mis poderes en Alexander para encontrar a su familia más rápido—dijo Magnus.

Alec lo miró con admiración porque no sabía que los brujos podían hacer tales cosas.

— No sabía que podías hacer eso—dijo Alec.

— Hay muchas que debo enseñarte, ven acércate.

El brujo lo agarró de la remera para ver a Alec de cerca, el Nephilim era una obra de arte por donde lo mirara, podía notar la belleza que irradiaba, miró sus labios ¿Cómo un Nephilim podía tener unos labios así? Le agarró de la cara y buscó sus labios hasta poder besarlo como estaba deseando desde hace rato, Alexander le respondió a aquel pedido, al separarse Magnus sonrió esto iba a poder saciar un poco su necesidad.

— ¿Funcionó?—preguntó Alec avergonzado.

— No, no ha funcionado—dijo Magnus con una sonrisa.

No había funcionado porque no era así para localizar una persona, había creado todo esto para probar los labios de su pequeño niño de ojos zafiros.

— ¡Magnus!—Dijo Raphael enojado.

Raphael se había dado cuenta de la farsa.

JACE

Estaba frente al grupo por si acaso algo aparecía a atacarlos, él estaría dispuesto a luchar para que no le pasara nada a la familia de su novia y a Izzy, que había prometido protegerla.

— Creo que algo va mal aquí —dijo Izzy.

El Nephilim rubio giró la cabeza para mirar a su hermana menor, el collar que llevaba en su cuello no dejaba de parpadear y ella lo sostenía en su mano con preocupación ¿Cuántos demonios habría en el lugar? ¿Y por qué todavía no llegaban a atacarlos? Algo iba mal, de eso estaba de acuerdo. Sentía miedo por Alec, no quería que nada le pasara y no podía hacer nada porque se había ido con los otros.

— No te preocupes Izzy— ánimo Clary

Jace volvió la vista adelante y sostuvo la daga con fuerza, todavía no podían encontrar a Simón ¿Y si estaba muerto? ¿Y si todo esto era una trampa? Quería darse vuelta y llevarse a todos de nuevo a la casa, que estuvieran bien, pero era Simón, un amigo de su Parabatai y si Alec quería venir y salvarlo Jace lo apoyaría, porque eso hacían ellos. De un momento a otro el pasillo empezó a temblar, trató de mantener el equilibrio y se sostuvo de una de las paredes dirigiendo la mirada a los demás.

— ¡Clary!

Clary había caído al piso mientras los cuadros de las paredes empezaban a caer haciéndose pedazos en el piso, Izzy estaba igual que él sosteniendo en una pared, miró a Luke que estaba tirado en el piso y no se movía ¿Dónde está Joselyn? Cuándo el pasillo dejó de moverse corrió hasta Clary qué estaba lastimada por los vidrios de los cuadros, se agachó y la ayudó a sentarse.

— ¿Clary estás bien?— preguntó Jace.

Que acarició la mejilla donde estaba lastimado.

— Sí, estoy bien.

Miró a Izzy para preguntar lo mismo.

— ¿Estás bien Izzy?

Vio cómo Izzy caminaba hasta Luke y lo revisaba, pudo escuchar un grito por su parte.

— ¡Jace ven!— le gritó Izzy— ¡Jace!

Jace corrió hasta ella y se agachó para ver qué sucedía, Luke parecía estar desmayado solo que había un charco de sangre bajo él.

— Ayúdame a darlo vuelta—le dijo Izzy.

Jace obedeció, Luke era muy pesado y le costó hacerlo pero cuando lo logró prefirió nunca haberlo hecho, en la espalda del licántropo había una daga incrustada, Izzy comenzó a sacarlo con dificultad y después la observaba como si lo estuviera analizando.

— Es plata.

Estaba vivo aún, pero muy débil para poder continuar.

— ¡Luke!—sintió el grito de Clary detrás de él.

Pero ¿Dónde estaba Joselyn?

Tú, mi maldita perdición ||Malec & Saphael|| (RESUBIENDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora