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SIMÓN

— Rafael junior—lo retó Simón.

Los niños, mejor dicho Rafael junior había empezado a jugar con su mejillas haciéndole sufrir incentivando a qué Max, cómo lo había bautizado Izzy al pequeño brujo, lo agarró del pelo haciéndole doler, ambos niños lo habían utilizado como objeto de juego.

— Dejen de lastimarme— volvió a decir Simón.

Pero solo recibió las risitas divertidas de los pequeños al hacer tales travesuras.

— Saben, son muy traviesos para mi agrado—dijo Simón con una sonrisa.

Pensó en Raphael e imaginó que hubiese pasado si no hubieran tenido esa ruptura y no lo hubiese cambiado por otros chicos ¿Se casarían? ¿Tendrían hijos? Aunque ahora que lo piensa si nada esto hubiera pasado no tendría a estos pequeños con él

— Estás haciendo un gran trabajo—dijo Izzy— ¿Los mundanos tienen algún entrenamiento con los bebés mundanos?

— No, los bebés mundanos te eligen a ti— respondió Simón aguantando una sonrisa—tienen poderes.

— ¿En serio?— preguntaron todos al unísono.

— Claro que no—río simón—solo tienen que agradarles.

— Nunca entenderé—dijo Jace.

ALEC

Mientras escuchaba discutir quién entraba al portal primero él mismo trataba de matar los demonios Raum que se le acercaba porque las otras dos personas no tenían conciencia de lo que sucedía.

— Raphael entra ahora mismo—dijo enojado Magnus.

— No dejaré que peleen ustedes solos— contestó el vampiro.

El Nephilim estaba muy ocupado para mirarlos y gritarle uno que otros insultos, en cambió siguió lanzando una flecha detrás de otra y aunque recibía la ayuda de Magnus, cada vez venían más.

— Raphael entra ahora o juró por el ángel que voy a incrustar una flecha en tu pierna si te sigues comportando así

— No lo harías—dijo Raphael.

Alec se dio vuelta con rapidez apuntando la pierna derecha de Raphael para largar la flecha, el vampiro lo miró sorprendido y después a su pierna lastimada.

— ¡Lo hiciste!— gritó Raphael—me lastimaste.

Vio como Magnus lo tiraba dentro del portal y después le dirigía una mirada, unas de las manos del brujo se alzó largando chispas violetas que rodearon su cuerpo.

— Vamos garbancito.

El ojiazul camino rápido hasta él agarrándole de la mano y entrando juntos al portal.

MAX

El pequeño corrió hacia la sala donde Hodger tenía su escritorio, sabía muy bien que arriba de su escritorio había un teléfono que podía llamar directo a Idris, lo agarró temblando, había posibilidad de qué no lo ayudarán o vinieran a castigar a todos, pensó en lo que haría su hermano mayor y como llevaría este tema, así que agarro con seguridad el teléfono y lo colocó en su oído, era difícil controlarlos.

— ¿Qué está sucediendo Starkweather?— contestó una voz femenina.

— Soy Maxwell Lightwood—dijo Max nervioso—estamos bajo ataque.

— ¿Qué haces pequeño? sabes que no estamos para bromas de infantes.

Max se empezó a desesperar, esto no era una broma.

Tú, mi maldita perdición ||Malec & Saphael|| (RESUBIENDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora