Por una noche

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Mi mejor amigo estaba distinto, sus ojos no reflejaban nada bueno.

Podía ver que estaba realmente afectado por haberme visto cerca a Evan, pero no encuentro las razones para que me mire de esa manera.

Lucas:- ¿Me vas a decir qué está pasando o tengo que comenzar el peor juego de adivinanzas? ¿Quién es ese tipo?

Chloe:- Es Evan Harding... ¿Por qué me hablas así?

Me intenté acercar y él retrocedió.

Lucas:- No me parece que esté en coma si viene a buscarte hasta aquí para besarte.

Chloe:- Sólo pasó ¿Si? Liam es el que estaba en el hospital, Evan es... su hermano mayor.

Lucas:- No sé qué juego estás jugando, pero me hago a un lado Chloe.

Levantó ambos brazos en señal de cansancio, se dió la media vuelta y comenzó a caminar de vuelta al estudio.

Tomé aire para encontrar fuerzas, estoy harta de lidear con las emociones de los demás cuando no tuve tiempo ni de procesar las mías.

Chloe:- Lucas, no te entiendo.

Mi mejor amigo respondió a lo lejos mientras caminaba dándome la espalda.

Lucas:- Tienes suficientes hombres en tu vida Diamond, cuando vuelvas a ser mi ballerina de siempre, ya sabes dónde encontrarme.

No tengo ganas de seguir peleando con nadie ni de tratar de entender a Lucas.

Sólo sé que necesito desaparecer entre las sábanas de mi cama comiendo un buen gellatto de pistacio.

Regresé a casa caminando en la lluvia, cada pequeña gota refrescaba mi mente.

Al llegar a mi departamento me sentía con la cabeza más despejada.

En medio de la sala deslicé la ropa mojada por mi cuerpo hasta que tocó el piso, fui en busca de mi seco y cómodo pijama.

Me metí a mi cama con el pequeño envase de gellato de pistacio que saqué de la heladera. Al sentir la primera cucharada derretirse en mi lengua, cada músculo de mi cuerpo se relajó automáticamente.

Así, no puedo seguir viviendo, mañana iré a la fiesta en casa de los Harding a ponerle fin a esta situación. Estoy determinada a hablar con Evan sobre el beso, y a decirle toda la verdad a Liam.

Lucas siempre ha estado ahí para mí cuidándome, aunque no pueda poner el dedo ensima de los motivos que tiene para estar tan raro conmigo últimamente, sé que no lo voy a perder. Lo buscaré después de la fiesta cuando todo vuelva a estar en orden, me debe una larga conversación.

Estaba perdiendo mi lucha contra el sueño, cuando escuché el timbre de la puerta sonar dos veces.

Me levanté de mi caliente cama, muy de mal humor. Al abrir la puerta vi a Bivian con varias cosas en las manos y una gran sonrisa.

Chloe:- ¿Por qué todos los Harding saben dónde encontrarme? Esto debe ser una broma ¡que salgan las cámaras!

Bivian:- ¡Qué carácter! Vine para asegurarme que aceptes esto, es de parte de mi hermano ¿Me vas a dejar pasar o no?

Giré los ojos y la hice entrar hasta mi habitación.

Bivian me enseñó un vestido largo y elegante que Liam había escogido para mí, junto a unos zapatos de taco del mismo estilo.

Traía una nota de parte de él que decía:
"Un nuevo vestido, para un nuevo comienzo. Te espero mañana, espero aceptes ser mi princesa aunque sea por una noche".

Bivian me explicó que es la forma que tiene Evan para tratar de acercarse a mí, porque se dió cuenta de lo mal que me puse cuando supe que él había perdido sus recuerdos conmigo.

Cada palabra de Bivian me hacía sentir cada vez peor, pero no pude evitar querer ver a Liam e intentar seguir con lo que empezamos en el tren.

Conocerlo fue casi mágico, los dos leyendo el mismo libro, comunicándonos con carteles de un vagón a otro, pero ahora todo eso se dañó con un enredo de accidentes, sentimientos encontrados y malos entendidos.

Evan desordenó cualquier lógica que tenía sobre lo que pensé que podía sentir por alguien. Con él no distingo entre las ganas de odiarlo y las ganas de tenerlo muy cerca, ni entre lo que está bien y lo que está mal.

Bivian se despidió de mí, y me quedé a solas con el vestido.

Color blanco, de seda, pegado al cuerpo, mangas largas de una tela transparente color menta con pequeños cristales que formaban siluetas de flores. El mismo diseño iba en el borde del escote, y en ambos lados de los costados del vestido.

Los zapatos eran de un taco delgado no muy alto, con el mismo diseño de la tela del vestido con los cristales y una cinta color menta que envolvía mis tobillos.

Si me pongo esto, sólo me falta la tiara y el castillo. ¿Qué clase de fiesta de bienvenida para Liam están planeando? ¿Quiénes son estas personas, los Kennedy's?

Dejé de lado mis dudas, apagué todas las luces y comencé a contar las horas para volver a esa casa para terminar con todo lo que no debió empezar nunca.

Mientras me quedaba dormida, las palabras de Liam en esa nota, "aunque sea por una noche", guiaban mis sueños.

Amor a Segundo Riel ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora