Dueño de tus letras

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Liam

La verdad es que anoche no pude dormir.

Tuve los ojos cerrados mientras daba vueltas en la cama intentando soñar algo pero los ruidos provenientes del otro lado del pasillo me lo impedían, ni me molesté en salir a ver que pasaba porque el cansancio y la preocupación pudieron más que mi curiosidad.

La conversación que tuve con mi abuelo cuando regresé a casa, no me dejó nada tranquilo. Pienso que hice mal en comentar con él las actitudes fuera de lugar que está teniendo Evan, pero no tengo claro qué le pasa, y a la única persona a la que escucha mi hermano mayor es a nuestro abuelo, sólo él puede bajarlo a tierra de golpe, y necesita eso.

No sólo siento que me oculta cosas, sino que me preocupa la forma en cómo me evita desde que lo encontré en una situación tensa con Chloe y Annie en la puerta de la cocina cuando terminó mi fiesta de bienvenida. Me inquieta que no me soporte la mirada. Tenemos diferencias, pero lo quiero, crecimos juntos compartiendo todo. Sólo espero no estar compartiendo la misma chica.

Las cosas que vivimos ayer en el club son confusas, decidí hablar con Annie para aclararlas. Ella trabaja en nuestra empresa, así que salí de mi casa en esa dirección.

Al cruzar las puertas de la entrada principal de nuestro edificio, me comunicaron que Graham Harding, mi abuelo, había sorprendido a todos viniendo luego de mucho tiempo, y que ahora mismo se encuentra encerrado con Evan en la sala del directorio.

Al subir, pase por ahí, y se escuchaban dos voces discutiendo fuertemente. Elegí no meterme, mi prioridad ahora es preguntarle algo importante a Annie.

Caminé hasta donde se encuentra su oficina y entré sin avisar.

Ella me miró extrañada, le sonreí y parece que eso la relajó un poco. Mi posible cuñadita tiene un cuerpo increíble, pero no me gusta para mi familia, Evan merece alguien menos calculadora.

Annie:- ¿Hace tanto tiempo que no pisas la empresa que te perdiste?

Liam:- Uh, que humorcito eh... ¿mala noche? cinco minutos de tu tiempo conmigo y puede que cambien muchas cosas.

Annie:- Tentador, pero estoy realmente ocupada Liam. Conoces la salida ¿no?

Liam:- Hay miles de lugares en los que prefiero estar en este momento que acá soportándote pero necesito hacerte esta pregunta... ¿Sabes qué está pasando entre tu novio y mi novia?

Giró los ojos en blanco, y se acomodó con las manos el pelo a un lado.

Annie:- Ya me encargué de esos dos, no tienes nada de qué preocuparte ¿Viste la última edición de nuestra revista favorita de sociales?

Liam:- No.

Annie:- Cuando lo hagas te quedarás muy tranquilo, lo que sea que te preocupa sobre ellos te aseguro ya no va a seguir pasando.

Me guiñó un ojo y siguió revisando unos papeles. Decidí irme en silencio.

Me dió a entender que ella también desconfía de Evan y Chloe, mis celos no están injustificados.

Lo mejor será aclarar las cosas con él, defrente.

Me dirigí hacia la sala del directorio para buscarlo pero no habían rastros de Evan ni de mi abuelo. Entonces cambie de rumbo hacia su oficina.

Estaba por tocar la puerta pero noté que estaba semiabierta y reconocí a mi hermano hablando con su mejor amigo. Tomé una actitud muy infantil, me quedé escuchando su conversación desde afuera.

Brody:- ¿Puedes calmarte hermano? Lo que le acabas de decir al viejo Graham cambia todo, si sigues así, las cosas van a empeorar.

Evan:- No, no puedo ¡¿Entiendes que me mintió?! ¡Me miente todo el tiempo! Para todos es la chica perfecta que salvó a mi hermano, pero a mí, en lo personal, me miente, me hizo sentir un total idiota.

Brody:- Si vine a verte amigo, fue para ayudarte a pensar una solución, la vas a recuperar.

¿Recuperar? ¿En qué momento le perteneció? Nada de esto tiene sentido. No voy a aceptar esto, Chloe es mía.

Salí a toda velocidad en un auto de la empresa hacia su departamento. La cabeza me explotaba.

Cuando llegué a destino, me tomé un minuto para calmarme antes de tocar su puerta. Por más sospechas que tenga y esté muy celoso, no tengo pruebas contundentes para acusarla de nada.

Respiré profundo y presioné el timbre.

Ella abrió de inmediato, tan sólo verla me devolvió el alma al cuerpo.

Estaba hermosa, como siempre. Algo despeinada y aún en pijama, me despertó ternura verla así.

La abracé sin pensarlo. Ella se rió en mi hombro, la solté y noté que tenía unos sobres en la mano.

Liam:- ¿Y eso?

Chloe:- Ahm no lo sé, simplemente comenzaron a dejarlos debajo de mi puerta, son anónimos, y el despistado de mi conserje dice nunca haber visto quién los trae. Estos dos los encontré esta mañana.

Empezó a caminar hacia el sillón de la sala y la seguí adentro cerrando la puerta detrás de mí.

Chloe se sentó y me acomodé a su lado, seguía sin soltar los sobres, abrió uno, leyó en silencio la tarjeta que había dentro con una sonrisa, hasta se mordió el labio inferior al llegar a la última palabra.

Liam:- ¿Te gusta lo que dice?

Chloe:- Son citas de mi libro favorito. La que acabo de abrir dice: "Me enamoré como se enamoró el sol de la luna, aún sabiendo que nunca podrían estar juntos. Pero soy un guerrero con alma de poeta, que luchará contra la distancia para ser el dueño de tus letras"... en el lugar donde debería ir la firma siempre hay un pétalo de rosa azul.

Reconocí esas palabras, se me vino a la mente la historia, recuerdo vagamente que alguien me prestó ese libro, no lo leí, me pareció muy largo, pero me contaron que era sobre una pareja que intercambiaba cartas sin conocerse.

Liam:- Son las cartas que él mandaba a la chica que amaba.

Esas palabras escaparon de mi boca, creo que quise impresionarla haciendo parecer que sabía sobre lo que hablaba.

Ella se quedó mirándome a los ojos, casi sin pestañear, una sonrisa se volvió a dibujar en su rostro.

Chloe:- Liam, yo te conocí gracias a ese libro, sé que no te acuerdas pero... ¿tú eres el que me mandas estas cartas?

Pasé en seco. Chloe me miraba de una forma diferente, creo que le brillaban los ojos, quisiera que me mirara de esa manera para siempre. Sin pensarlo mucho, en medio de mi desesperación por no perderla, mentí.

Liam:- Sí, fui yo, pero no sabía que era tu libro favorito.

Chloe:- Si no estuviera tan confundida, te besaría.

Liam:- Si me dejas probar esos labios te aseguro borrar cualquier duda...

Me acerqué lo más que pude, seguí hablando casi rozando su boca.

Liam:- y... si me dejas formalizar lo nuestro ante todos, prometo luchar todos los días para hacerte feliz.

Me quedé ahí, rogando por dentro que ella fuera la que iniciara el beso esta vez.

Chloe terminó con la poca distancia que había entre su boca y la mía, disfrute cada segundo unido a ella, al separarnos me dijo que aceptaba mi propuesta.

Amor a Segundo Riel ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora