Mi vida, se ha vuelto una extraña rutina.
Levantarme, desayunar, ir a la estación de trenes, hacer audiciones, almorzar sola en alguna cafetería que encuentre en mi camino de regreso, ensayar, ducharme, leer y dormir. Nada emocionante.
Sólo agradezco haber podido ahorrar lo suficiente como para poder vivir sin trabajar un tiempo y enfocarme en obtener un puesto en alguna academia de danza decente.
A mi divertida rutina diaria, no puedo dejar de agregar el encontrarme a Liam en el tren del frente en la parada tres casi siempre.
Nuestra interacción se ha limitado a miradas, y sonrisas.
Ya no lo veo con ningún libro en la mano, y aunque yo siempre traiga uno conmigo parece no notarlo.
Ninguno de los dos se ha animado a bajarse del tren para conocernos, pero pienso cambiar eso. Hoy no tengo audiciones, así que decidí hacer algo productivo y poco común en mí. Voy a bajarme en la tercera parada y conocerlo de verdad.
Lo primero que hice fue preparar un cartelito, en una hoja de cartón escribí en letras grandes con plumón negro: "Soy Chloe, bájate del tren".
Espero funcione, y no me deje parada en la estación como una ridícula.
No suelo hacer este tipo de esfuerzos para conocer a un chico, pero no puedo dejar de pensar en él desde que lo ví con mi libro favorito entre las manos. Creo que significa que podemos tener mucho en común, cosa que no me ha pasado antes con los chicos con los que he salido en el pasado. Tal vez esto funcione. Claro, todo depende de que si él está interesado en conocerme o no. Supongo que hoy lo averiguaré.
Me paré frente al espejo para evaluar cómo me veo. Ser bailarina te hace estar muy pendiente de tu cuerpo y de estar acorde para cada situación, por más simple que parezca.
Me puse una chompa de manga larga, cerrada y holgada, tejida en punto cruz, color blanco, con la abertura del cuello grande a modo que un lado siempre cae descubriendo parte de mi hombro derecho.
Abrigué mis piernas con unas leggins negras y mis pies con mis botas al tobillo del mismo color.
Mi usual moño alto, lo solté dejando caer mi pelo castaño oscuro en ondas hacia el lado izquierdo.
Me quedé satisfecha con lo que ví. Mis ojos pardos se aclaran con los colores que reflejan mucha luz, así que con esta chompa resaltan de mi cara bastante, no necesito maquillaje hoy.
Fui por mi cartera, metí el cartel doblado en dos dentro, mi celular, mi billetera, algunos chicles de fresa con limón sin azúcar, un libro de bolsillo y unos audífonos pequeños. Me la crucé por el cuerpo para tener las manos libres.
Salí de mi casa, caminé sin que nada me distrajera hacia la estación del tren.
Tomé mi ruta usual y esperé.
En el momento en que llegamos a la parada tres, yo ya estaba nerviosa. Mis ojos viajaban por el vagón del frente buscando señales de Liam, hasta que lo encontré.
Me paré de mi asiento, saqué mi tonto cartelito de la cartera y me paré muy cerca a la luna de la ventana.
Él levantó la mirada, me quedó viendo sorprendido mientras yo esperaba su respuesta aguantando la respiración en una sonrisa.
Se pasó la mano por el cabello, asintió con la cabeza y con las dos manos me señaló la puerta de salida de su tren.
Volví a llenar mis pulmones con aire.
Al verlo bajarse del tren reaccioné, intenté abandonar mi tren abriéndome paso entre la gente, apurada con temor a que esto avance sin yo poder lograrlo.
Cuando pisé el suelo de la estación sentí un gran alivio.
Y lo ví, estaba a unos metros de mí, mirando distraído a su alrededor.
Me quedé observándolo mientras los trenes desaparecían de los rieles y encontraba algo de valor para acercarme.
Él tenía puesto un abrigo largo negro, con jeans oscuros y zapatillas blancas.
Estaba con las manos metidas en los bolsillos del saco y una media sonrisa decorando su rostro que emanaba ternura, para mí era simplemente perfecto.
Comencé a caminar hacia él, lo notó y levantó una mano saludándome.
De pronto ví a dos tipos con aspecto desprolijo y con una actitud amenazante acercándose hacia él.
Mi corazón se saltó un latido cuando vi que uno de esos hombres sacaba un arma. Paré de caminar, me quedé helada sin saber qué hacer.
Las cosas a partir de aquí las viví en cámara lenta.
Ví como uno de ellos intentaba revisarle los bolsillos del abrigo mientras el otro lo apuntaba con el arma. Pensé que esto acabaría pronto, que era un robo común, que todo iba a estar bien pero me equivoqué.
Liam puso resistencia, en segundos había golpeado al tipo con el arma en el abdomen haciendo que se encogiera de dolor y soltara el arma de la mano dejándola caer al piso, Liam la pateó tirándola lejos del grupo.
Al ver esto, el otro hombre en dos simples movimientos, agarró a Liam del abrigo y lo empujó con todas sus fuerzas haciendo que retrocediera varios pasos perdiendo el equilibrio, resbalándose.
Lo ví caer de espaldas a los rieles del tren.
Los dos extraños hombres al ver esto se evaporaron en el aire.
El sonido de un tren acercándose hizo que sintiera vivo mi cuerpo otra vez. Comencé a correr hacia el lugar de la caída. Me arrodillé en el piso y me asomé para ver mejor.
Él estaba inconsciente, no se movía, y el tren no iba a parar.
Mi respiración era casi nula, un escalofrío recorrió mi cuerpo.
Sin pensarlo dos veces me senté en el borde de la acera y salté a los rieles.
Me puse arrodillada al lado de Liam tratándo de hacerlo despertar, lo sacudí un par de veces mientras decía su nombre pero sin respuesta.
El tren sonaba cada vez más cerca. No puedo dejarlo aquí, si no hago algo vamos a morir los dos.
Intenté levantarlo pero era imposible, es un chico alto y no soy la persona más fuerte del mundo. Lo único que se me ocurrió fue tratar de hacerlo rodar, como a una alfombra enrollada, pero no pude moverlo mucho.
Listo, yo y mis estúpidas ideas. Bravo Chloe, ahora vas a entender y bailar como nadie el final de Romeo & Julieta, aunque una muerte doble no había sido mi idea de una primera cita perfecta exactamente.
Levanté mi cabeza y pude ver claramente como el tren se aproximaba a toda velocidad.
¿Cómo lo muevo? ¡Dios! Me puse hechada ensima de él, pase mis brazos por detrás de sus hombros, y con mis piernas rodee las suyas. Tome aire y con todas mis fuerzas rodé hacia un costado llevándolo conmigo, y funcionó. Lo hice una vez más hasta quedar muy pegada al muro, lo más lejos de las vías que pude.
El tren pasó por nuestro lado. Yo cerré los ojos pensando que acá se acababa todo, pero después de unos largos segundos, al sentir el viento y el silencio otra vez, me hizo pensar que tal vez seguíamos en este mundo.
Abrí mis ojos despacio.
Yo había quedado encima de él, Liam despertó brevemente y dijo mi nombre, pero antes de que pudiera responderle volvió a cerrar los ojos.
No me pude mover, sólo absorví el olor a menta y chocolate que salía de su abrigo.
De pronto escuche voces distorsionadas en el fondo, sentí gente a mi alrededor y ruidos de la sirena de una ambulancia.
ESTÁS LEYENDO
Amor a Segundo Riel ©
RomanceChloe Diamond, encuentra al chico de sus sueños en el tren del frente leyendo el mismo libro que ella... pero, él cae a los rieles ¿Amor perdido? Pues no, ella va tras él ¿Fin? Bueno, digamos que acompañar al lindo chico herido e inconsciente al hos...