Amor a Segundo Riel ©

Te quiero

Pasaron varios segundos y él no me respondía.

Me alteré, ya no quiero saber nada. Me desabroché el cinturón, abrí el pestillo del auto para bajarme, pero antes de que pudiera abrir la puerta me detuvo agarrándome la mano.

Evan:- Chloe no te vayas... no quiero intervenir en lo que decidas, lo que quiero es que pasemos tiempo solos, sin interrupciones, y que pienses bien las cosas.

Lo miré molesta, solté mi mano de la suya, estoy harta de jugar.

Chloe:- ¿Estás enamorado de Annie?

Él dió un suspiro, botando aire por la boca haciendo un ruido grave. Luego, giró su cabeza mirando al timón, y al fin me dió una respuesta.

Evan:- ... No.

Escuchar eso, hizo que tenga la fuerza suficiente para seguir aclarando las cosas.

Chloe:- ¿Vas a dejar a Annie?

Giró a verme a los ojos, estaba serio.

Evan:- ¿Vas a dejar a Liam?

Chloe:- Depende... si me demuestras que realmente me quieres, sí. Pero no has hecho mucho para que confíe en tí, sólo me confundes, siento que juegas conmigo.

Evan:- Odio los juegos Diamond. No es eso, es que tengo miedo... de... cambiar mi vida, herir a mucha gente. Enfrentar a mis padres, tener problemas con Liam, lastimar a Annie. Para los ojos de todos, te vas a casar con mi hermano menor... el mundo se me va a venir encima si hago lo que realmente quiero y... no tengo idea de lo que sientes por mí. ¿Entiendes eso?

Llegó el punto de quiebre. Acá, uno de los dos va a tener que aceptar lo que le pasa con el otro. Y escucharlo tan asustado por lo que le pasa, me dió seguridad para yo dar el primer paso.

Me bajé del auto, y me quedé apoyada en la puerta del copiloto.

Él se bajó también, dió la vuelta y caminó hasta donde estaba.

Evan:- ¿A dónde ibas?-(dijo en tono preocupado)-

Chloe:- A ningún lado, quería saber si vendrías por mí.

Evan:-(dió una carcajada)-... claro, y yo soy el de los juegos... hmm?

Lo miré con una sonrisa, y él puso sus manos en mi cintura acortando la distancia entre nosotros.

Chloe:- Te quiero mucho, Evan Harding.

Sus ojos se iluminaron con una luz especial.

Evan:- ¿Sólo a mí?

Acentí con la cabeza. Evan soltó una mano de mi cintura, me quitó el gancho que sostenía mi moño haciendo que mi cabello caiga suelto en ondas, me acarició un mechón que cayó al lado de mi rostro, pasó la mano debajo de mi oreja por mi nuca y me atrajo hacia él, con la punta de su nariz acarició la mía, luego me miró a los ojos, me dió un beso corto en la mejilla, otro beso corto en el cuello (que erizó mi piel acortando mi respiración), y finalmente sus labios tocaron los míos.

No dudé en corresponderlo. Sentí electricidad recorrerme el cuerpo, la química que tenemos llegó a otro nivel.

Al terminar de besarnos, me dijo algo que realmente no esperaba.

Evan:- Mañana temprano voy a ir a casa de Annie, quiero hablar con ella para terminar nuestra relación. No lo haré por una llamada o un texto, eso es para cobardes. ¿Harías lo mismo con Liam?

Chloe:- Sí.

Evan me recordó que tenía una sorpresa preparada, volvimos al auto y retomamos el camino al lugar especial al que me había invitado en mi camerino.

Resultó ser la azotea del edificio donde estaban las oficinas de la empresa de su familia.

Al subir, habían tiras de focos pequeños iluminando el lugar en lo alto, una mesa baja (con quesos, tostaditas, uvas, y un postre), una alfombra gruesa llena de almohadones grandes. Era una especie de picnic nocturno.

Nos sentamos en la alfombra, disfrutamos de la comida, y luego nos echamos abrazados sobre los almohadones para intentar ver estrellas.

Las dos horas que le prometí, se convirtieron en cuatro, cinco, seis, hasta que comenzó a amanecer. Hablamos toda la noche, pero no me sentía cansada, sino feliz.

Evan se había quedado dormido, entonces aproveché para buscar algo con qué taparnos porque comenzó a enfriarse la temperatura. Me levanté y bajé de la azotea al nivel inferior más cercano. Noté una manta en la silla de un escritorio.

Al acercarme por la manta, en el escritorio ví una revista grande de sociales, en la tapa estaba una foto de Evan junto a Annie. El encabezado decía: "El hijo mayor de los dueños de Harding Enterprises se casa!".

Mi corazón empezó a acelerarse, abrí la revista buscando el artículo principal. Un dolor se hacía presente en mi pecho cuando leí que se habían comprometido después del accidente de Liam.

Me mintió.