Siete llaves

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Perdí la noción del tiempo, no tengo idea de hace cuanto rato estoy sentada aquí.

Las siluetas que se veían pasar afuera de la carpa parecían divertirse, mi ausencia o la de Liam en la fiesta no les incomodaba.

Me quité los zapatos, los dejé tirados en el piso, no aguanto estos tacones por más tiempo. Deshice mi trenza cascada, desenredado los mechones.

Sus palabras fueron duras, pero supongo que ningún rompimiento es algodón de azúcar.

Siento una mezcla rara de alivio con agobio, aclaré la verdad con Liam pero no sé qué consecuencias vendrán con eso.

Me levanté del sillón antes de que se me adormeciera el cuerpo de tanto estar inmovilizada en este lugar.

Lo que tengo claro ahora, es que quiero buscar a Evan y decirle que lo elegí a él.

No sé qué tenemos, pero estar juntos es lo único que me importa.

Salí entre las telas de la carpa, lo más discreta posible, atravesé las puertas del salón sin mirar a nadie y a paso rápido.

Recorrí los pasillos del hotel hasta encontrar la habitación donde dejé a Evan hace un par de horas, la piel de mis pies tocar la suave alfombra al caminar es una sensación que me calma.

No me había dado cuenta que sostuve la tarjeta llave en una mano todo este tiempo, la introduje en la hendidura, el foquito dió verde y abrí la puerta sin avisar.

Al entrar él estaba por meterse a su cama, se sorprendió al verme, jaló la sabana y envolvió su cuerpo desde la cintura abajo para taparse, porque sólo usaba boxers.

Nunca lo había visto así, casi sin ropa, no pude evitar sonrojarme.

Evan:- ¿No te enseñaron a tocar la puerta antes de entrar?¿Qué haces acá?

Su tono de voz sugería que estaba molesto conmigo, pero noté que intentaba contener una sonrisa.

Chloe:- Vengo a decirte algo importante.

Comencé a acercarme hasta donde estaba, él hizo lo mismo. Me causaba ternura verlo caminar ofuscado con una mano agarrando la sábana para que no se caiga de su cuerpo. Al encontrarnos cara a cara en la mitad de la habitación hizo algo que no esperaba. Siguió avanzando, aún los dos frente a frente, haciendo que yo retrocediera.

Él avanzaba agarrando por momentos con su mano libre mi espalda, para asegurarse de que no me cayera para atrás mientras me guiaba hasta la puerta.

En medio de esto, comenzamos a discutir, muy cerca como estábamos con casi nuestras narices chocando, hablando rápido y casi al mismo tiempo.

Evan:- No, mañana, mañana hablamos.
Chloe:- Es urgente.
Evan:- No, mañana me dices, leeme los labios, no quiero escucharte hablar, te vas.
Chloe:- Te lo quiero decir ahora.

Chocamos contra la puerta. Evan me sostenía la mirada y por momentos sus ojos iban a mi boca. Nuestras respiraciones comenzaron a acelerarse.

No entiendo por qué quiere que me vaya, siempre se las arregla para desordenarme la mente.

Rompió la tensión hablando suave y bajo.

Evan:- No, esto ya no da más, me cansé. Dame esa llave.

Lo miré indignada.

Chloe:- No te la pienso dar.

Comenzó a intentar quitármela de la mano, yo lo evitaba esquivando sus movimientos.

Evan estalló en una carcajada que me contagió la risa porque la verdad la situación se estaba pasando de absurda, cuando la voz de Eleonor, la mamá de Evan, rebotó del otro lado de la puerta donde estábamos apoyados.

Amor a Segundo Riel ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora