Constipados

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Posturas indecentes te hacían estremecer de asco. Pálpitos, señales de animal que te venían de mi carne, suculenta. Yo la etnia, el país, todos los rasgos vestidos con traje de palabras; las hallaba para ti, metafórico, ensimismado porque en las canciones que recuerdo las rimas de los coros trinaban el brillo de tus ojos. Era así, siempre un día más y la costumbre inaudita de quererte. Como suelo hacerlo si recuerdo que sos pellejo y del cielo el reflejo son tus besos, tus demonios dan al traste los modos elegantes y me tratas como una arpía, con interes de pirata.

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