Por aquí, por aquí, los secretos que los pájaros cantan. Una voz aguda. Vos. Yo si proclamo los días y el sol que aún clama verdades a oscuras. Nunca te supuse. Es algo que a mal vino siempre cuando no tenía cómo decir las palabras que querías escuchar, o leer, porque siempre estás olisqueando y presiento tu olor. Aroma de la vida constante; plegaria; miniaturizadas rutinas con sonrisas los viernes, el baño para los domingos soleados y azul celeste de a poco como entre destellos porque es el mejor modo de explicarte cuando no entiendes. Hasta ahora fresas, y para el resto de unos veranos nuevos que se aproximan, bullita en dosis mínimas, pastillitas edulcoradas y la bien sabida educación de el hola y los buenos días. Si por la tarde es tarde, no me despiertes no me levantes, sueño los sueños, es elegante.