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—Lenna... ¿No notas a Millie algo rara?—dijo Zoe pensativa.

Lenna sabía de lo que su amiga hablaba. Millie parecía guardar algo y no les gustaba mucho. Aún así decidieron esperar a que les contara.

Octubre transcurría rápidamente, mientras Lenna se enfocaba en estudiar. Las mañanas eran frescas y las hojas anaranjadas tenían los suelos. El otoño era la estación favorita de Lenna.

—Debería haber traído más abrigo...—bufó y se fregaba los brazos en un intento de suprimir un poco el frío que provocaba el viento.

—Toma...—dijo Chris mientras le extendía su abrigo—yo no tengo frío.

Desde hacía unos días Chris y Lenna viajaban juntos al colegio. Para ella era como un sueño, el poder compartir más tiempo con él era maravilloso. Durante ese tiempo, ella aprendió muchas cosas de Chris. La distancia entre ellos se había acortado. Sin embargo, había algo extraño en él. Había algo que él guardaba en su interior, algo que lo hacía retroceder cada vez que se acercaban mucho a él. Lenna estaba curiosa, quería saber que era aquello, pero si preguntaba temía que se distanciara para siempre.

—Estás muy pensativa hoy, ¿Ocurre algo?—Chris la miró de reojo y ella negó.

—No es nada...—dijo intentando restarle importancia.

Chris iba a desmentirla, pero entonces llegó el autobús y Lenna se subió a él sin voltearse. Ella estaba muy sumida en sus pensamientos, lo suficiente como para obviar ciertos detalles.

Durante la hora del descanso, Millie las reunió a todas y les contó sobre sus planes a futuro.

Al principio se sentían molestas porque no les había contado antes de algo tan importante, pero al cabo de un rato se suavizaron. Comprendían a Millie, pues ellas también tenían sueños que cumplir.

Octubre terminó con una fiesta de halloween. Millie fue disfrazada de bruja, mientras que Lenna y Zoe se pusieron de acuerdo para ir de Freddy Cruger y Jason en versión femenina. Lenna estaba nerviosa porque su disfraz era algo revelador. También porque Chris la miraba intensamente y no sabía que hacer con ello.

Mientras Millie y Leo bailaban, Zoe y Lenna platicaban en un costado, alejadas de la gran multitud.

—¿Cuándo le dirás a Chris?—preguntó Zoe.

—No tengo planes sobre eso Zoe—dijo mirando su vaso de ponche-, aún sigo creyendo que en cualquier momento desaparecerá de nuestras vidas... No quiero espantarlo antes de tiempo con mis sentimientos.

—Lenna, no creo que lo espantes... Juraría que le gustas.

—No lo sé—Lenna lo buscó con la mirada y lo encontró siendo acosado por un par de chicas—, no creo que ese sea el caso.

—Oh vamos...—Zoe bufó.

De pronto, Chris apareció frente a ellas y miró a Zoe, quien captó enseguida la orden y se alejó con la excusa de que tenía que ir al baño. Lenna se había puesto nerviosa. Tenerlo ahí frente a ella, disfrazado de vampiro, tan lindo y sexy a la vez.

—¿Qué ocurre?—preguntó intentando no sonar nerviosa.

—¿Bailas conmigo?—Chris le tendió la mano y Lenna se puso roja como tomate.

Aquello resultó tan extraño para ella que se había quedado sin palabras. Asintió y tomó la mano de Chris con delicadeza. Juntos se dirigieron a la pista de baile y se perdieron al ritmo de la música.

Esa noche era perfecta.

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