Después de enterarse de todo lo que su madre había hecho, Lenna ya no le dirigía la palabra.
Un par de días después, cuando había reunido el valor para hablarle, llamó a Chris. Tenía la esperanza de que él contestaría ésta vez, pero tampoco tuvo suerte.
El año ya casi terminaba y no podía dejar que pasara más tiempo, tenía que hablar con él. Así que tomó su bolso y comenzó a andar hacia la casa de Chris.
Ella tenía la dirección anotada en un papel, pero nunca había ido antes. Sabía que vivía en un departamento solo y que su vecina era Diana, la chica que había conocido antes.
Tras veinte minutos, logró dar con el edificio.
Estaba nerviosa, no sabía que esperar de todo eso. No quería que él lo tomara a mal, pero tenía que verlo. Tenía que saber que seguía vivo.
—Oh —una voz cantarina la sacó de sus pensamientos—, ¿Lenna?
Diana estaba parada a su lado con un montón de bolsas. Lenna se ofreció a ayudarla y ambas se dirigieron al ascensor.
—¿Has venido a ver a Chris?— preguntó y Lenna asintió—Ya veo...
—¿Lo has visto?—preguntó con timidez.
—Para serte sincera, no lo he visto desde hace casi dos semanas, desde que nos escuchó hablando al doctor y a mi sobre el accidente de su hermana—soltó de repente y cuando notó lo que había dicho se cubrió la boca.
—Está bien, mi mamá me contó sobre eso.
De pronto, el celular de Lenna sonó y en la pantalla apareció la foto de Chris. Los nervios la recorrieron de repente y no dudó en contestar.
—¿Chris?—preguntó ansiosa— ¿Dónde has estado?
—Le...yo...—se le oía entrecortado.
—¿Chris? Estoy en un ascensor y no te escucho bien, ya casi llego.—dijo mientras escuchaba palabras entrecortadas.
La ansiedad de Lenna comenzó a aumentar, sentía que se estaba perdiendo de algo importante.
Escuchaba como Chris seguía hablando y no era algo bueno, la garganta se había hecho un nudo y la voz no le salía. Las lágrimas amenazaban con salir.Entonces, el ascensor llegó, las puertas se abrieron y la interferencia terminó. Ella salió apurada y dejó las bolsas en el suelo.
—Lo siento, adiós.—se escuchó tan claro como el agua y luego la llamada se cortó.
El corazón de Lenna se rompió una vez más. ¿Qué había pasado? ¿Por qué se estaba despidiendo?
—¿Lenna? ¿Está todo bien? ¿Qué te ha dicho?— preguntó curiosa.
—Me dijo adiós...— soltó con la voz quebrada y Diana se enserió.
Ambas caminaron rápidamente hasta la puerta de Chris, dieron varios golpes y tocaron el timbre, pero no había respuesta.
Diana llamó al portero y le preguntó si había visto a Chris y éste dijo que no, así que le pidió que le diera las llaves de emergencia para que pudieran abrir la puerta.
Lenna estaba triste, ajena a lo que ocurría a su alrededor. No dejaba de lamentarse el no haber escuchado las palabras de Chris. Se regañó mentalmente una y otra vez, pero ya nada servía. Desear que, al abrir la puerta, Chris estuviera ahí, tampoco servía de nada.
Las esperanzas se esfumaron cuando ésta se abrió.
El departamento estaba vacío.
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Let's Go
Teen FictionLenna es una chica tímida en lo que al amor respecta. Ha estado enamorada durante dos años, observandolo desde lejos. Cuando por fin reúne el valor para acercarse, el chico deja de asistir al colegio. Ahora que ha vuelto, ¿Podrá avanzar hacia el amo...