—¿Te gusta Lenna?—preguntó y al no obtener respuesta repitió la pregunta con un tono más severo—¿Te gusta? ¡Diablos, Mike! ¡Responde!
Mike lo miró y asintió. Hacia unos minutos estaba siendo confrontado por su hermano y ahora tenía a Chris delante suyo haciéndole las mismas preguntas.
—Que demonios...—se pasó las manos por el cabello sin poder ocultar su frustración—¡Demonios!
—Cálmate, no es para tanto. Te aseguro que no voy a interferir entre ustedes.—dijo Mike intentando calmarlo, pero Chris estaba lleno de rabia y de muchos otros malos sentimientos que no podía controlar.
—¡Si, lo es! Porque no pensaban decirmelo, aún cuando llegase a notarsele, ¡iban a negarmelo! ¡Iban a mentirme en la cara!—gritó.
—¡Chris!—le reprendió Leo—Él no hizo nada malo.
—Es malo que la persona que admiras como profesional esté enamorado de la misma chica y que ni siquiera intente pelear por ella.
—Eso debería ser algo bueno, Chris.—dijo Mike.
—¡No! ¡No seas cobarde! ¿Acaso no crees que esté a tu altura para poder pelear contra ti?—gruñó y Mike lo miró fijo.
—Ella tiene nueve años menos que yo, Chris. Tu eres mejor candidato que yo para ella—soltó—. No creo que debamos discutir por esto.
Chris parecía un manojo de nervios, estaba dolido y no siquiera el mismo entendía bien por qué.
—Hoy todo el mundo me decepcionó.
Después de soltar tales palabras, la expresión de Chris cambió a neutra. Se dio media vuelta y comenzó a andar.
Leo lo quiso detener pero Chris se soltó bruscamente y lo miró con odio. Definitivamente algo no andaba bien con él.
—Chris, hermano...
—Callate, no quiero hablar más con ustedes ahora.
Leo se quedó perplejo, viendo como su amigo desaparecía por la esquina de su casa.
El día, que antes estaba soleado, ahora estaba gris. El viento soplaba anunciando una tormenta. Estaba igual que el corazón de Chris.
Desde ese momento, ya no respondió las llamadas de Leo y Mike. Incluso ignoro los mensajes que le llegaban.
Lenna estaba preocupada, ese encuentro entre su madre y Chris no había sido muy grato y no sabía por qué. Pudo notar que había un trasfondo en las palabras de su madre, que se estaba comportando de una manera diferente, muy diferente.
Ella quiso hablar con su madre de eso, pero Tania no fue un hueso fácil de roer. Aún así le prometió a su hija que le contaría después de navidad.
Acepto los términos del acuerdo porque creyó que sería mejor esperar y disfrutar de la cita primero. Quizás hasta podría preguntarle a Chris directamente.
Si, eso iba a hacer.
El día llegó. Hacia mucho frío, por lo que Lenna decidió ponerse su mejor abrigo para que le cubriera del viento.
La emoción y la ansiedad volvieron a ella pero con más fuerza que antes.
Mientras caminaba hacia el parque, donde habían acordado encontrarse, comenzó a imaginarse como seria todo y pensó en como se vería él vestido para una cita.
Llegó con los nervios a flor de piel, esperando encontrarlo, pero no lo veía por ningún lado. Seguramente se le había hecho tatde, pero eso no importaba. Ella lo iba a esperar.
Las palabras de Zoe retumbaron en la mente de Lenna, una y otra vez, como un ritmo pegadizo.
"Mientras más tiempo espere, más probabilidades hay de que algo malo pase"
A medida que pasaban los minutos y las horas, la emoción fue desapareciendo y el miedo se adueñó de ella.
La nieve comenzó a caer y el parque se iluminó, dando a conocer el árbol de navidad que los vecinos habían decorado para la fecha. Las parejas caminaban de la mano o abrazadas, creando un ambiente animado y lleno de amor. Todos parecían felices. Todos menos Lenna.
Ese día había sido el más frío del año y el más triste. Zoe tenía razón.
Chris nunca llegó.
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Let's Go
Teen FictionLenna es una chica tímida en lo que al amor respecta. Ha estado enamorada durante dos años, observandolo desde lejos. Cuando por fin reúne el valor para acercarse, el chico deja de asistir al colegio. Ahora que ha vuelto, ¿Podrá avanzar hacia el amo...