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—Ya llegué—anunció Mike—. Les traje una sorpresa.

Leo asomó la cabeza, vio a Lenna y a Zoe entrando, pero no le hizo muy feliz. Millie no estaba entre ellas. En cambio, cuando Chris vio a Lenna, todo su mal humor se esfumó.

—Hola—dijo Lenna acercándose a Chris.

—Hola bonita...—susurró y la abrazó.

Mike los observó por un momento y luego fue en busca de vasos para todos.

Durante la velada, Chris no se apartaba de Lenna. Le gustaba estar a su lado, le gustaba el aroma de su cabello y la delicadeza con la que se movía. Ella era opuesta a Zoe, quien parecía tener resortes en todo el cuerpo y que no dudaba en molestarlo, al igual que en ese momento.

Leo por su parte, no dejaba de observar a su hermano hablar con Lenna de vez en cuando. Ellos parecían amigos de toda la vida y eso era algo raro.

—¿Qué ocurre?—le preguntó Mike al notar su mirada fija en él.

—No, no es nada—dijo corriendo la mirada hacia la tv—. Me alegra verte sonreír tan seguido.

Mike le revolvió el cabello y Leo soltó un gruñido que provocó unas cuantas risas.

La casa de Mike parecía haber cobrado vida nuevamente. Las risas, las pláticas sin sentido y los juegos de mesa animaban el ambiente. Todos se estaban divirtiendo.

Luego de un par de horas, Mike levantó a Zoe en brazos, porque ya se había quedado dormida, y la llevó hasta el auto. Lenna también se alistó.

—¿Ustedes se quedarán?— preguntó Lenna.

—Si, invadiremos está casa hasta mañana—dijo Leo, señaló a Chris y continuó—. Además, Chris ya está muy cansado.

—Leo, acompañanos—ordenó Mike desde la puerta—. Chris puedes ir a acostarte yo me encargo del resto cuando vuelva.

—De acuerdo, nos vemos-se despidió de Lenna con un suave beso en los labios—. Ten dulces sueños.

Lenna se encaminó hacia la salida sin poder ocultar su sonrisa.

Una vez en el auto, Lenna se sentó atrás junto a Zoe y Leo en el asiento de adelante. Mike puso música bajita para romper el hielo y se puso en marcha.

—Gracias por aceptar la invitación—soltó de pronto y Lenna se sobresaltó—, el ambiente cambio mucho debido a ustedes. Si no hubieran venido, Chris...

—Creo que lo molestamos mucho hoy—acotó Leo entre risas—, por poco y nos golpea.

—Vaya... Que malignos —soltó ella conteniendo su risa—. Al menos se llevan bien.

—Lenna, cuida bien de él. Es un chico con un pasado turbio.—soltó Leo y Mike lo reprimió con la mirada.

—Eso es algo de lo que no nos corresponde hablar.—dijo y Leo se encogió de hombros.

—No he dicho nada.

El resto del camino estuvo sumido en un silencio incómodo, que sólo se pudo romper cuando llegaron a casa de Zoe y Leo bajo del auto para ayudarla a entrar.

—Lo siento, por mi culpa todo se puso tenso.

—No re preocupes, Mike. Se que él guarda muchos misterios, pero no le he preguntado por miedo—dijo mientras jugaba con un mechón de pelo—, no soy una chica valiente.

—Yo si creo que eres valiente—soltó—. Has tenido un amor por varios años que recién ahora está siendo correspondido. Hay gente que se rinde porque no lo soporta o se apresura a acercarse y no les resulta, pero tu... tu eres...

—Ahh casi me quedo sordo...—dijo Leo mientras entraba—la tía de Zoe la regañó con mucho esmero.

Leo notó que ambos lo estaban mirando estupefactos y se cruzó de brazos.

—Ustedes dos se llevan muy bien... ¿Desde cuando?—preguntó con los ojos enteecerrados.

—Te contaré la historia...

Y así se encaminaron hacia la casa de Lenna. Mientras las anécdotas salían una tras otra.

Let's GoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora