27

102 12 3
                                    

—¿Qué te parece ese?

Lenna miró a donde señalaba Mike y entró en pánico. Se trataba de un pilar altísimo dónde había un vagón con gente que subía y bajaba en distintas velocidades.

—Prefiero pasar...—dijo aterrada y Mike soltó una carcajada.

-Supongo que no es agradable para mi tampoco. Vayamos a otra.

—Solo querías burlarte de mí.

—No, como crees...—soltó entre risas y Lenna le dio un codazo.

Ambos se estaban divirtiendo, hacia rato que no se reían de esa forma, que no se divertían de esa forma. Lenna pensaba en un principio que el parque era divertido, pero pronto botó que no era así. Lo que era divertido era estar ahí con Mike.

Un par de horas después, ya se habían subido a la mayoría de las atracciones y habían decidido descansar un rato. Se sentaron en un banco y Mike compro un par de crepes para saciar un poco el hambre.

—Me alegra verte sonreír-soltó de repente y Lenna lo miró—, he logrado mi cometido.

—Tu también sonries...—dijo con suavidad—Leo me contó una vez que su hermano no solía sonreír a menudo, pero vaya que se equivoco.

—No, él tenía razón...—dijo bajando la mirada un poco—digamos que tuve una mala experiencia y mis días se volvieron grises. Al menos hasta que te conocí, tu le das color y alegría, cuando estoy contigo puedo sonreír como tonto sin reparo.

Lenna se quedó en silencio, sin saber que decirle. Mike era alguien especial para ella, era un amigo, un confidente, era muchas cosas, y ahora le estaba diciendo eso, no sabía cómo tomarlo.

—Tranquila, solo quería decirlo—dijo y al ver que se relajaba se recostó contra el respaldo—. ¿Quieres ir a comer? Siento que este crepe no va a ser suficiente.

—Si, aunque están ricos.

—Bueno no se diga más.

Abandonaron el parque y se dirigieron a un restaurante. La plática estaba muy animada, se iban de un extremo a otro y siempre había un tema sobre el que hablar. A Mike le gustaba la sabiduría de Lenna, nunca se aburría con ella.

Mientras comían una voz cantarina llegó a sus oídos. Ambos voltearon a ver y, definitivamente, era Diana junto a un hombre rubio.

—Oh, no esperaba verlos por aquí—dijo ella mientras los saludaba con un beso en la mejilla—, él es Scott Green, mi amigo.—dijo en un tono dudoso.

—Hola—saludó el aludido.

—¿Están en una cita?—preguntó Diana y Mike asintió—Bueno les deseo suerte, hoy será un lindo día. —dijo sonriente.

—Gracias.—dijo Lenna tímida.

—Suerte con tu novio, Diana.—soltó Mike y ella le dio un golpe en el hombro.

—Amigo.—corrigió ella mientras se iba a una mesa algo alejada de ellos.

Ni bien desaparecieron, Lenna y Mike se rieron. Se miraron con complicidad. Ambos sabían lo que algo había allí.

—¿Amigo? Si, claro.—dijo Mike.

—He visto ese tipo de mirada que le estaba echando el tal Scott a Diana y es muy obvio que algo hay ahí—dijo con picardía—, quizá sean amigos ahora, pero dudo que les dure mucho.

—Yo creo lo mismo.

Y ni bien cayó en la cuenta de lo que había dicho Lenna, su mente de llenó de pensamientos. ¿Sería posible qué ellos pudieran ser algo más que amigos? ¿Qué Lenna sintiera algo por él? ¿Qué ella se de cuenta de que él también la miraba de esa forma?

—¿Qué ocurre?—preguntó al verlo perdido en sus pensamientos.

—No es nada—dijo y sonrió.

Seguramente sería imposible.

Let's GoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora