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Tras la visita al departamento, todos los allegados a Chris comenzaron a buscarlo. No había dejado nada dicho a nadie con excepción de Lenna, pero ella no lo había escuchado, y esto los mantenía preocupados. Sin embargo, por más que lo intentaron nadie lo encontró.

Chris había desaparecido de la faz de la tierra.

Un par de meses después, Lenna se disponía a empezar la universidad. Aún le costaba no sentirse decaída, pero no podía seguir así. Su vida seguía y ella no debía estancarse por ningún chico.

—¿Ya te vas?—preguntó Tania, pero Lenna no le respondió.

La relación con su madre no había mejorado, por el contrario empeoró cuando Lenna se enteró que Chris había desaparecido.

Ya nada era como antes.

Salió de su casa y se dirigió a la parada del bus. El día estaba fresco, con algunas nubes en el cielo. Sería un día tranquilo, igual que los anteriores a ese.

Mientras esperaba el autobús, puso música y se colocó los auriculares, para evadir los recuerdos que le traía ese lugar. Le dolía recordar que había estado tan cerca de su gran amor y ahora ya no lo podía ver.

—¡Vamos, Lenna! ¡Puedes superarlo!—se animaba a sí misma.

—Lo siento, no creo que puedas superarme.

La voz de Mike la sacó de sus pensamientos y le produjo una sonrisa. Llevaba un par de semanas sin verlo, por lo que estaba feliz de tenerlo en frente soltando sus ocurrencias.

Mike era mucho mayor que ella, pero era atractivo y muy divertido. Le agradaba la facilidad con la que podía sacarle una sonrisa y también la confianza que le inspiraba. Él era diferente a Chris, ella no se sentía nerviosa a su lado, se sentía muy cómoda.

—¡Mike!—dijo en lo que se ponía de pie—Seguías vivo...

—Que mala.

—¿Qué haces aquí?—preguntó curiosa y él sonrió.

—Pasaba por aquí y te vi—dijo mientras señalaba el carro—, ¿Quieres un aventón?

—No estaría mal.

—¿Puedo obtener algo a cambio de llevarte?—dijo con una gran sonrisa.

—Que interesado eres...—dijo ella con los ojos entrecerrados—¿Qué es eso que quieres?

—Una cita.

Esas dos palabras lograron desconcertarla de una manera inimaginable. Lo miró incrédula, porque no esperaba esa petición de parte de él.

—Zoe me dijo que has estado deprimida por... Ya sabes—dijo rascandose la nuca—, creí que ir a divertirnos sería buena idea... Si no quieres está bien.

—Zoe es chismosa...—soltó. Lo pensó por un minuto y luego asintió—De acuerdo, iré. Yo también creo que debería divertirme un poco. Quiero poder reír como antes, en cualquier momento y no sentirme fatal.

—Entonces ya está decidido.

Mike quería ayudar a Lenna a sentirse mejor. Pensó en las palabras de Chris muchas veces y también pensó en su antigua relación. Él también tenía que dejar atrás el pasado y avanzar. Eso era algo que Lenna había provocado en él, al igual que muchos otros sentimientos que creyó no volvería a sentir.

A Mike le gustaba Lenna, le había agradado desde el principio, pero fue algo que creció rápidamente y que no se atrevía a decir. Primero porque ella era muy joven y segundo porque ella amaba a Chris.

Sin embargo, cada vez iba perdiendo más resolución de mantenerse al margen, cada vez le era más difícil no intervenir. Era una lucha consigo mismo que iba a perder muy pronto.

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