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—¿No crees que estás exagerando?—dijo Lenna al mirarse al espejo—Parece que voy a una cena romántica no a una cita en un parque de diversiones.

—Si, es verdad. Me emocioné demasiado—soltó—. Bueno, próximo look.

Lenna llevaba un buen rato probandose ropa porque Zoe había insistido en ayudarla a arreglarse. Quería implementar lo que había aprendido en el salón.

—Ese me gusta mas—soltó cuando Lenna salió vistiendo unos jeans azules y una blusa blanca—, ponte está chaqueta gris—le dijo entregándole la prenda—. Perfecta.

—Estaré demasiado producida.—dijo sin pensar.

—Querida Lenna, nunca se está demasiado producida. Debes resaltar tus puntos buenos.

—¿Tu crees?—dijo viéndose al espejo.

El timbre sonó y Zoe se asomó por la ventana, para ver quien era. Cuando Mike la vio la saludó con la mano y ella hizo lo mismo.

—Es él—soltó y sonrió— y se ve super guapo.

—Es hora de irme—dijo y Zoe asintió.

Lenna salió afuera para encontrarse con un Mike sonriente apoyado sobre la puerta del copiloto. Éste se acercó a ella y le dio un beso en la mejilla, causando un cosquilleo en su interior.

—Hola, ¿lista para ir a divertirte?—dijo y Lenna asintió—Vamos, entonces.

Decir que no estaba nerviosa era mentir, le había dado tantas vueltas a las palabras de Zoe que ahora no podía verlo a la cara sin acordarse de ellas.

Tardaron un rato en llegar al parque de diversiones que, al ser fin de semana, se encontraba lleno. Mike le puso la tomó por el hombro para guiarlo hasta la boletería. Si bien había una fila larga, les tranquilizaba ver que avanzaba rápido.

La primer atracción fue la montaña rusa. Si, directo al grano.

—¿Qué ocurre?—dijo al ver como Lenna se ponía blanca como papel—¿Tienes miedo?

—Si.

—Me gusta tu sinceridad—dijo con una sonrisa—. ¿Sabes algo?—Lenna lo miró y negó con la mirada — Yo también tengo miedo, pero eso no me va a impedir subirme contigo.

—No te creo, eres un adulto y...

—¿Crees que los adultos no tenemos miedo?—dijo y ella asintió—Pues déjame decirte que nadie es exento de sentir miedo. Yo le temo a muchas cosas, Lenna.

«Le temo a mis propios sentimientos» pensó.

—Vaya...

—Con probar a ver si te gusta no pierdes nada.—dijo sonriente y Lenna hizo eco de él.

Ambos se subieron en la tercer fila de asientos, con los nervios a flor de piel. Lenna observó que Mike también estaba inquieto y tomó su mano, acto que atrajo su atención de inmediato.

Los ojos de Lenna se conectaron con los de Mike por un momento, hasta que ella sonrió y apretó fuerte su mano.

—Si no sobrevivo, dile a las chicas que las quiero.—dijo y entonces notó que ya casi estaban en la cima, al borde del descenso.

—Si no sobrevivo, dile a mi hermano que es un mocoso.

Acto seguido, comenzaron a descender y los gritos eufóricos se hicieron presentes. Lenna abrió los ojos y pudo sentir la adrenalina recorrer cada centímetro de su cuerpo. Una prueba de que estaba viva, de que tenía mucho por lo que seguir adelante.

Así había sido su vida, igual que una montaña rusa, llena de altibajos que había logrado superar. Ella no era tan fuerte como Millie ni tan dura de roer como Zoe, ella era tímida y sensible, pero eso no le impidió salir adelante cada vez y no habría excepciones.

En medio del frenesí, creyó oír unas palabras que se llevó el viento. Unas que hicieron que volteara a ver a su compañero de asiento en busca de una confirmación de que había oído bien, pero este solo estaba mirando hacia adelante y gritando junto al resto.

El viaje terminó dejándole un revuelo tanto físico como emocional, pero aún así sentía que todo había válido la pena.

Let's GoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora