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La graduación era un momento que muchos esperaban con ansias, emoción y alegría, sin embargo, no era el caso de Lenna. Ella, más que cualquiera de esas emociones, sentía incertidumbre.

El hecho de que una vez que acabara el colegio ya no podría ver tan seguido a Chris, Millie se iría a otro país, Zoe empezaría a trabajar y que ella tendría que dedicarse a sus estudios, era algo que le provocaba sentimientos encontrados.

Significaba que sus caminos se separarían.

Suspiró una vez más y Zoe intentó animarla un poco. Las tres ya estaban listas a la espera de Chris y Leo.

—Debes relajarte y disfrutar, Lenna. No te graduas todos los días—dijo Millie con una sonrisa.

—Es verdad, tienes que aprovechar que te ves maravillosa y clavarle tus garras a Chris—dijo Zoe mientras hacía un gesto de garras con las manos.

—¿Tu crees? ¿Debería engatusarlo y hacerlo mío?—dijo en tono burlón pero no tardó en sonrojarse.

—¡Lenna tiene un lado sádico! ¡Me muero!—chilló Zoe y Lenna le golpeo el hombro.

—No digas tonterías, Zoe.

Las tres se miraron y rieron a carcajadas. La tensión en el ambiente había desaparecido.

El timbre sonó unos minutos después anunciando la llegada de los chicos.

—Wow...—Leo corrio hacia Millie y la besó rápidamente— te ves hermosa.

Chris por su parte se quedó embobado viendo a Lenna. Sus miradas se cruzaron y ella sonrió dulcemente. Pensó que sería genial si él hiciera lo mismo que Leo, pero era claro que no lo haría.

Zoe se paró frente a él y chasqueó loa dedos varias veces hasta que reaccionó.

—Despierten. ¡Tenemos una graduación a la qur asistir!—bufó Zoe.

—Ya quiero ver cuando tengas novio, Zoe. Seré el primero en molestarte.—dijo Chris y Zoe le sacó la lengua.

Las risas no tardaron en aparecer y Lenna decidió que sería bueno tomar una foto para recordar ese momento.

Salieron afuera, acomodaron la cámara sobre el trípode y pusieron el temporizador. Diez segundos y la foto ya estaba lista.
—Quiero una copia luego—dijo Zoe mientras veía a Mike bajar del auto—Sigo pensando que es sexy...—susurró.

—Zoe, ¿Te gusta él?—preguntó Lenna.

—¿Qué? No, solo me parece lindo.—dijo con una sonrisa.

—Mmm... ¿segura?—dijo con picardía y Zoe asintió segura de sus palabras.

—Ademas parece que está interesado en ti...—dijo en tono de burla y Lenna le golpeó el hombro.

No quería que Chris malinterpretara las palabras de su amiga, pero no podía negar que Mike le había clavado la mirada y no fue hasta que Leo le hablo que reaccionó. Lenna miró a Chris y notó que parecía molesto, por lo que se acercó a él y tomó su mano, atrayendo su atención.

—¿Pasa algo?—preguntó con inocencia y él negó con la cabeza.

Mike sonrió y les hizo señas para que subieran.

— Se ven hermosas chicas—dijo sonriente—, vamos así pueden deslumbrar a todos allí.

—Tu hermano me agrada—dijo Millie y Leo se cruzó de brazos—Ahora veo que la genialidad viene de familia.

—Yo soy más genial que él.—dijo y todos rieron.

De uno se fueron subiendo al auto y cuando fue el turno de Lenna, Mike la frenó un segundo.

—Te sienta bien ese color, te hace ver muy bonita, Chris es muy afortunado—susurró para que sólo ella lo escuchara—, demuestrales a todos en la fiesta quien es la mejor.—dijo con una sonrisa y Lenna asintió.

—Lo haré sin falta.—Lenna le guiñó un ojo y se subió.

La fiesta duro unas horas y fue muy emotiva. Las tres amigas fueron las más lindas de toda la fiesta y los chicos estaban orgullosos de ellas.

Lenna bailó con Chris por mucho rato y sentía un montón de mariposas revoloteando en su estómago. Sentía como flotaba el amor en el aire y todo era maravilloso. Amaba a Chris Reyers.

Y con el fin de la noche, llegó el fin de una etapa más de sus vidas y dio comienzo a otra.

Let's GoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora