36

119 11 3
                                    

—Ya veo—dijo Millie desde el otro lado de la pantalla, estaban en una videollamada por Skype—, estas confundida.

—No quiero admitirlo, me siento como una gran perra, pero si...—soltó, suspiró y se encogió de hombros—tengo una bola de sentimientos todos enredados y no se que hacer.

Millie se rió y Lenna sonrió. Extrañaba a su amiga como nunca, extrañaba los viejos tiempos.

—Deberías hablar con Mike—dijo al cabo de unos segundos—. Quizá puedas encontrar la respuesta que buscas.

—Lo haré.

Lenna pensó seriamente en el consejo de su amiga. A pesar de que no quería sentirse confundida, no había podido evitarlo y eso la dejaba triste. Mike había sido muy bueno con ella, la había respetado y amado con tanta dulzura, que no merecía que ella dudara, no merecía que ella pensara en otro chico, él merecía algo más.

Decidida a hablar con él, tomó su bolso y comenzó a caminar hacia su casa.

El invierno ya se estaba llendo y los días estaban cada vez más cálidos. Las flores ya adornaban los jardines, llenaban de colores las calles y eso le agradaba.

—Vaya...—la voz de Mike la sacó de sus pensamientos—que linda coincidencia.

Mike estaba frente a ella, vestido con una camisa blanca cubierta por el suéter azul que ella le había regalado y un pantalón de mezclilla oscuro. Viéndolo así podía notar su cuerpo bien trabajado escondido tras la ropa y en su mente aparecieron recuerdos acalorados que tuvo que dispersar para poder hablar.

—Hola—sonrió tímida y se acercó a besarlo.

Llevaba varios días sin verlo, en los que sólo habían hablado por teléfono. Él le correspondió el beso y le siguió con un abrazo.

Se miraron un segundo y supieron que tenían mucho que decirse. Habían palabras en el aire, sentimientos escondidos que deseaban ver la luz y sólo bastaba una mirada para entender lo que necesitaban.

—¿Quieres ir al parque?—preguntó, ella asintió.

La caminata no les tomó más de diez minutos, en los que sólo reinó el silencio. Pero no un silencio incómodo, más bien tranquilo y cómodo, en los que no hace falta decir nada.

Ambos se sentaron en un banco, dejando un espacio estrecho entre ellos. Lenna dejo pasar un par de minutos mientras observaba la puesta de sol, admiraba la forma de las nubes y la tranquilidad qur le transmitía la escena. Miró a Mike un momento y supo que ya debía empezar, pero él se le adelantó.

—Tengo una idea de lo que venias a decirme—dijo sin quitar la vista del horizonte—. Se que el regreso de Chris te afectó, aunque me hubiera gustado que no fuera así, se que no pudiste contra ello.

—Lo siento—dijo apenada y Mike sonrió con tristeza.

— Estuve enamorado de una chica brillante como tú, una que me tenía loco, por la que hubiera dado todo—dijo, recordando su pasado—. Ella era preciosa, aunque no tanto como tú, era todo lo que quería en ese momento y, al menos durante dos años, lo fui para ella también.

—¿Qué pasó con ella?

—Un día conoció a otro hombre, alguien que la complementaba, que la hacia feliz, mucho más que yo—soltó sin mucho ánimo—. Sin embargo, ella no me dijo nada, no fue capas de terminar sanamente con la relación porque yo era bueno con ella. Íbamos a casarnos, Lenna.

Ella lo miró consternada, pensando en lo doloroso que podría haber sido enterarse de eso.

—Era joven, pero sabía que la quería lo suficiente para poner un anillo en mi dedo. Estaba dispuesto a vivir mi vida con ella.

Mike hizo una pausa, suspiró y miró a Lenna, quien lo miraba expectante, a la espera de sus palabras.

—El día de la boda, ella decidió que ya había tenido suficiente de las mentiras, se plantó frente a mí y me dijo que ya no me amaba, que lo sentía y que estaba enamorada de alguien más, el que era padre de su hijo.

—Zorra—masculló Lenna, sacándole una risotada a Mike.

—La vi tirar el vestido al bote de basura e irse con todas sus cosas, sabiendo que llevaba en su vientre el hijo de otro. Estuve deprimido por mucho tiempo, me negué a volver a enamorarme porque creía que no resultaría—dijo, tomó la mano de Lenna y sonrió—, hasta que te conocí. Tu hiciste que cambiara de parecer, me diste motivos para volver a amar e incluso...—dejó la frase en el aire.

—Mike, yo...

—Agradezco que seas sincera conmigo. Agradezco que me hayas dado una oportunidad, que me hayas dejado amarte tanto como quise y que me hayas correspondido todo este tiempo—dijo con una sonrisa y los ojos de Lenna se cristalizaron—, por eso quiero darle un buen final.

Lenna no podía retener las lágrimas, el nudo en su garganta era cada vez más fuerte, no estaba preparada para eso.

—Yo no quiero eso...—protestó Lenna, pero Mike la calló poniendo un dedo sobre sus labios.

—Creeme que me vuelve loco saber que quieres intentarlo, pero no es lo correcto. Se que me sentiré como un idiota miserable sino hago esto, si te mantengo a mi lado incluso sabiendo que aún sientes algo por Chris. Te aprecio demasiado, quiero que seas realmente feliz, así que...—volvió a suspirar y limpió las lágrimas de Lenna con el dorso de su mano— te estoy dejando ir, dulce damita.

Dicho eso, cerró la distancia con un beso. Un beso dulce y apasionado, en el que le pudo transmitir todo lo que sentía. Era un beso de despedida. Era el último beso.

***


N/A

Ay mi kokoro </3

Capítulo largo para no interrumpir el momento y cortarlo a la mitad.

Espero les haya gustado.

Un beso.

Let's GoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora