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Los rayos de sol se filtraban a través de la ventana, dejando una sensación cálida en el ambiente y Lenna sonrió al ver a Zoe a su lado.

—Hola, ¿Desde cuando estás ahí?—su voz mostraba una notable mejora.

—Desde hace tres días...—dijo y Lenna abrió los ojos como platos—Si, nena estuviste en cama por tres días con mucha fiebre. Casi muero del susto cuando te encontré en tan mal estado.

—Chris... ¿Has sabido algo de él?—preguntó temerosa.

—Lo siento, no ha dado señales de vida aún.

—Oh...

—Todavia quiero golpearlo—soltó alzando su puño—, ¿Cómo se atrevió a dejarte plantada?

—Seguramente tuvo un imprevisto.

—Espero que su excusa sea suficientemente buena o de lo contrario se las verá conmigo—gruñó.

Ahora que Lenna estaba mejor, iría a hablar con su madre ya que todavía tenía pendiente la charla con ella.

Despidió a Zoe por la tarde y ni bien cerró la puerta la enfrentó.

—Y bien... ¿Me dirás por qué Chris se puso pálido al escuchar tu nombre? ¿Qué tienes que ver tu con eso?—preguntó seria.

Tania se sentó en el sillón y le hizo un ademán para que se sentara a su lado, pero Lenna decidió sentarse en frente. Quería ver que escondía su madre.

-Lenna, mi cielo, tu eres lo más importante que tengo, ¿sabes?-dijo en un tono cariñoso.

—No intentes evadir el tema, mamá. Lo prometiste.

—¡Bien!— bufó, su tono y expresión cambiaron notablemente—Hablemos de ello.

—Te escucho.

—Esto se remonta a cuando eras una bebé. Tu padre era un imbécil, no hacía nada para complacerme, solo trabajaba y volvía a dormir—escupió con odio—. Yo necesitaba más atención y la busqué en otra parte.

—Tu trabajo...

—Claro, allí habían muchos hombres dispuestos a complacerme. Diría que todos, todos excepto uno—una sonrisa maliciosa se posó en el rostro de su madre y Lenna tuvo que mantener la calma—. Alexander Reyers. Él era todo un bombón, era apuesto y trabajador. Era mi tipo.

—Pero en esa época ya...

—Si, él ya estaba casado y tenía hijos—soltó—, pero eso no me importaba. Quería a ese hombre en mi cama y use cada artimaña que conocía para conseguir mi objetivo.

Lenna levantó su mano para pedirle que se detenga un momento, necesitaba digerir las palabras de su madre.

—¿Estás diciendo que...—tragó saliva con dificultad— te acostaste con el papá de Chris?

—Si—Tania ensanchó su sonrisa, provocando un escalofríos en Lenna— y no sabes cuanto lo disfrute.

Escuchar esas palabras de la boca de su madre le revolvieron el estómago.

—Mamá... Él tenía su familia...

—¿Y? Ya dije que eso no me importó—soltó restándole importancia—. No me importó tampoco proponerle una segunda vez, incluso habiendo visto que su mujer nos estaba escuchando.

—Oh, por dios...—Lenna se cubrió la boca con una mano y con la otra se sujetó la panza—Ella se enteró...

—Si y también me los crucé en la calle—dijo esta vez con un tono más serio y sin la sonrisa—, esto pasó un tiempo después y yo ya había sido confrontada por tu padre, habíamos resuelto nuestros problemas. Sin embargo, para ellos parecía ser algo delicado. Mi presencia reabrió heridas viejas en su mujer.

—No puedo creerlo...

—¿Sabes que Alexander tenía tres hijos?—dijo provocando que Lenna la mirara desentendida— La más pequeña murió ese día. Los vi discutir desde lejos y luego escuché el estruendo. Todo lo que supe fue que su familia se destruyó.

—No puedo creerlo...—soltó Lenna mientras se ponía de pie—Ahora todo tiene sentido...

—Lamento tener que mostrarte este lado de mi, cariño.

—¿Estás bromeando? ¡Destruiste su familia! ¡Todo fue tu culpa!—gritó sin poder soportarlo más.

—Hija...—dijo intentando calmarla—debes tranquilizarte...

—¡No!—gritó mientras se alejaba, su cuerpo temblaba por los espasmos y la histeria— ¡No puedo creer que hayas hecho algo tan vil! Me has decepcionado...

Dicho eso Lenna se fue a su cuarto y se encerró. Ahora entendía muchas cosas. Su madre había causado estragos en la familia de Chris. Tania Mason era una arpía.

Y ella era su hija.

Let's GoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora