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Había llegado el cumpleaños de Leo y todos estaban ansiosos por felicitarlo. No iba a ser la gran fiesta, pero sería algo importante para él. Su primer cumpleaños junto a Millie y quizá el último por un largo tiempo.

Lenna llegó junto con Zoe, con comida y los regalos. Chris ya estaba desde hacía un rato y Millie llegó última con una sonrisa.

Ella observaba las demostraciones de afecto entre ellos y se ponía nerviosa, era demasiado dulzura. Se sentaron en una ronda y le entregaron los regalos a Leo. Para su sorpresa, Chris se sentó a su lado.

Platicaron un rato y luego Millie le pidió a Chris que lo acompañe afuera un momento. Él fue a regañadientes y Lenna se sintió ansiosa. Se preguntaba de que estaban hablando tan seriamente. Zoe notó el detalle y comenzó a hablar con Lenna, le contó una anécdota graciosa que hizo reír a carcajadas no sólo a ella sino a Leo también.

—Gracias.—soltó Lenna.

—Entiendo que te sientas ansiosa, pero vinimos a divertirnos, nena.

—Lo siento...—dijo apenada— ¿Te ha pasado algo así? ¿Enamorarte locamente de alguien?—preguntó con las mejillas sonrojadas.

Zoe se quedó pensativa un rato y luego negó con la cabeza. Leo les sirvió alcanzó los vasos con jugo que había preparado su madre y les sonrió.

—A mi si me pasó...—dijo viendo a Millie de reojo— y no me arrepiento de haberme acercado a ella.

—Lo tuyo era obvio—bufó Zoe— y lo de Lenna también. Chris debe saberlo ya.

—¡No lo digas así!—dijo cubriendo su rostro con sus manos para ocultar el sonrojo.

Los tres rieron hasta que Millie regresó junto a Leo. Ella notó el ambiente animado y sonrió. Lenna vio que Chris estaba entrando, pensativo, y Millie la miró y le guiñó un ojo. No entendía que significaba, pero seguro lo haría luego.

La celebración duró hasta la noche tarde, se habían divertido muchísimo. Jugaron todo tipos de juegos, vieron películas y comieron pastel. Había sido un gran día.

Antes de que se hiciera más tarde, Chris se ofreció a acompañar a Zoe y a Lenna a su casa, mientras que Leo se encargaba de Millie.

El camino se vio iluminado por la conversación animada entre Zoe y Lenna. Ambas iban entretenidas, caminaban con los brazos entrelazados y Zoe apoyando su cabeza sobre el hombro de Lenna.

—Bueno hasta aquí llego yo—dijo Zoe una vez que llegaron a su casa—. Nos vemos mañana, ¡no se casen sin avisarme!—gritó mientras corría a su puerta.

—¡Zoe! ¡No digas eso!—exclamó apenada.

Lenna miró a Chris, esperando que dijera alguna negativa, pero no hubo nada parecido. Solo se quedó en silencio con la mirada perdida.

Siguieron camino, sin soltar palabras. Lenna pensando que él estaba molesto y Chris pensando en las palabras de Millie.
La novia de su amigo lo había alentado a avanzar, ella había notado el secreto que guardaba Chris y supo que debía darle un empujón.

Él no pudo evitar pensar en Lenna, en la vez que la vio en el prado, cuando se encontraron en la parada del autobús, en cada uno de sus encuentros. Y entonces, la imagen de Lenna con Mike se cruzó por su mente, el ambiente armonioso y el aura brillante que despedían. Eso no le agradó.

—Lenna...—Chris rompió el silencio cuando llegaron al parque—el beso... si significó algo para mí.

Esas palabras impactaron profundamente en Lenna quien clavó su mirada en el chico.

Una fuerte declaración.

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