Capítulo 4

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PETER

No se explicar lo que estoy sintiendo ahora, si es dolor, o tal vez odio, quien sabe rencor hacia una persona que destruyo mi vida, destruyo la única persona que realmente me importaba en esa puta vida.

No sé qué hablar, no sé si puedo hablar alguna cosa, lo único que se es que quiero abrasarla, necesito, la necesito muchísimo y no sé si es lo correcto de hacer, pero no aguanto más...

-        Peter que hac...-no le di tiempo de terminar la frase cuando ya estaba apretándola contra mi pecho. Hace tanto soñé con eso, soñé con tenerla así conmigo. No sé qué me pasa, la odiaba, no la quería ver más y en cuestión de segundo volvió a ser lo que más importa en el mundo. Solo con escucharla decir estas palabras. Solo de pensar en ella con aquel hijo de puta, si lo veo en la calle me aseguro que lo mato.

-        Tranquila chiquita...-le bese el pelo y ella suspiro- Ahora estoy acá, y te aseguro que nada, pero nada te va a pasar nunca más. -la apriete mas a mi pecho y ella no se quedó atrás, me abrazo con fuerza, como si estuviese extrañando esto tanto como yo. -

-        No me dejes Peter. por favor no me dejes sola. -intentaba decir, pero sollozaba mucho, así que le bese fuerte el pelo y le susurre en el oído.

-        Nunca más de voy a dejar sola. Nunca más te vas librar de mí. -finalice y la acomode en mi para que descanse, que por lo que veo ahora esta muchísimo más tranquila.

LALI

Él siempre me hace sentir así, amada, cuidada, protegida. Es su esencia, está en el ser así. Desde de que nos conocimos el me cuida como si fuera su mundo. Fue lo mejor que me paso en la vida.

Ahora no sé qué hacer, si sigo mi vida como siempre ha sido y vuelvo a casa con Mariano, que sé que cuando vuelva y vea que no estoy allá se va a poner como loco, o continuo acá, con mis amigos, mi familia y con mi lunares, que a pesar de ser MUCHO mayor que yo, siempre será mi chiquito, mi lunares, mi TODO.

PETER

Siento que se está despertando y la aprieto con más fuerza a mí, para que sepa que nunca más la voy a dejar, que nunca más nadie le va hacer mal.

-        Peter? -hablo somnolienta, es tan linda cuando acaba de despertar. - Hola-sonrió, sonreí también y le di un beso en la frente. - Te quedaste dormido también? -pregunto y yo asentí. - Re incomodo te deje, perdón. -miro el piso. -

-        Ey, mírame. -la hice levantar la mirada. - Cuando estoy con vos nada me pone incomodo, y los sabes muy bien. -sonreímos, pero ella seguía con esa mirada triste. - O ya te lo olvidaste? -no sé porque pregunté eso, seguro la hice sentir mal y me odio por eso. -

-        Que tarado que sos...-conocía esa sonrisa, intentaba demostrarle que todo estaba bien, pero en realidad estaba destrozada. -

-        Te conozco Lali. -ella me miro- Te conozco más que a mí mismo, y se cuándo fingís una sonrisa, o cuando estas triste...o....-tenía que hacerlo, no podía aguantar más, y sabía que ella también no.- o cuando estas tanta loca por besarme, tanto como yo, que no paras de mirarme la boca. -finalice, ella estaba mirando tan sorprendida como yo estoy de haber dicho eso. -

-        Estas paranoi...-no la pude dejar terminar, la bese, hace tanto quería esto, hace tanto espero este momento que no me seguro, le doy todo, el beso más apasionado y duradero de mi vida. -

  LALI

No me lo puedo creer, lo estoy besando, después de todo lo que le hice el me beso, y dios que beso, profundo, apasionado, determinado. Sabíamos lo que sentíamos y queríamos demostrar en ese beso, que por hablar el más duradero de mi vida, no sé cuándo estamos acá besándonos, pero no quiero parar, no quiero que ese beso termine porque sé que después vamos a tener que hablar, y en este momento solo que más quiero es seguir besándolo, eses labios divinos, que me llevan a la locura, que hacer cosas inimaginables.

Solo nos separamos cuando ninguno de los dos tenía más aire, y sí que duramos en ese beso, el mejor de mi vida.

El junto su frente a la mía y permaneció con los ojos cerrados, sentía lo mismo que yo y sabía que tenía que controlar las ganas que nos teníamos, que no eran pocas, pero que teníamos que controlar por nuestro bien.

-Lali yo...-intento hablar, pero después de eso no puedo dejar que intente explicar algo que los dos queríamos mucho. -

-No digas nada-el me miro, estaba tan sorprendido como yo. - Los dos queríamos, sé que sí, pero fuiste el que tomo la iniciativa. Gracias-susurré, estaba tan cerca de sus labios que no pude aguantar más tiempo, lo necesito tanto que no consigo controlar mis ganas, y al carajo el mundo. Lo bese. Con todas las ganas que tenía, y por suerte el me correspondió el beso con la misma intensidad.

Sabíamos que ese beso nos llevaría a otra cosa, y no estábamos muy preocupados que digamos, él se tumbó encima de mí, pero no me aplasto, y siguió besándome hasta que escuchamos un ruido. No sabía dónde meter mi cara, no sabía a donde mirar, no sabía qué hacer en ese momento.

Después de tanto tiempo... [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora