Capítulo 38

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LALI

Abrí los ojos lentamente, pero los tuve que cerrar otra vez, la luz me cegó, intente otra vez lentamente hasta que mis ojos se acostumbran con la luminosidad, miré al mi alrededor y veía blanco, paredes blancas y cortinas blancas, y un muchacho acostado a mi lado en el sillón, era Peter, se había quedado, y dormido muchísimo incomodo en este sillón. Intente levantarme, pero el dolor era muy fuerte, solo quería abrazarlo y tener paz, quería no sentir este miedo y dolor que tengo cuando no está cerca de mí.

Intenté una vez más ponerme sentada pero otra vez no pude, esta vez solté un grito ahogado y desperté a Peter, tenía ojeras y estaba flaco, se levantó deprisa y con una mirada asustada y vino hacia mí.

-Mi amor, ¿estás bien? ¿Te paso algo? ¿Te duele algo? Decime.... -hablo tan rápido que mal pude entender todas las palabras, sonreí levemente-

-Estoy bien. -susurre, no tenía voz, gritar tanto me dejo así- Acóstate conmigo, mal dormiste en este sillón, hay espacio para los dos. -me miro, pero no recibí una respuesta inmediata, tenía miedo, no sé de qué, pero lo tenía-

-No, no da.... No puedo. -las palabras entraran en mi como un costillo, tenía asco de mí, así como Mariano me lo había dicho-

-Ándate entonces, no necesito que tengas asco de mí, mi proprio asco ya basta. -abrió los ojos, una mirada medio confusa y medio de rabia había en sus ojos- Ándate Peter...

-No, no me voy a ir. ¿Estás loca?  -lo mire extrañada-

-No estoy loca.

-A mí me parece que sí, ¿cómo se te ocurre decir que tengo asco de vos?

-No puedes acostarte conmigo, o no quiere no sé, para mi es asco de que...

-Estás loca. -me miro unos segundos más y se acostó en la cama conmigo, intento abrazarme, pero no lo deje, solo lo hizo por lastima- Deja de hacerte la dura, no tengo asco de vos, tengo miedo a lastimarte, a hacerte daño más de lo que ya hice. -se le escapo una lagrima que la seque con mi pulgar, ahora veía una mirada desesperada- Deja que te abrace, por favor....

Asentí y me abrazo, sus fuertes brazos me rodearon y para mí fue como la primera vez, como el primero abrazo, medio inseguro y fuerte, tímido, pero a la vez seguro, con miedo y curiosidad, como si realmente tuviera miedo a lastimarme.

Me acomode en sus brazos y puse mi cabeza en su pecho, escuchar su corazón siempre fue una de mis cosas favoritas, y ahora, después de tanto tiempo poder sentirlo así otra vez me renueva, me hace querer nunca haberme peleado con él y nunca haberme quedado sola, pero las cosas pasan, siempre por un motivo, no sé cuál fue el motivo de haberme pasado eso pero... algo Dios tiene preparado para mí en el futuro, porque... no para mí no hay explicación lo que me paso, no hay un porque, no deseo eso ni a mi peor enemigo.

Lo que pase allá fue lo peor, lo más insano, lo más deshumano que alguien puede hacer. ¿Cómo puede pasar por la cabeza de alguien hacer algo así? Destrozar vidas así, porque con lo que me hizo Mariano, no destrozo solamente mi vida, si no a la de todos a mi alrededor, principalmente la de Peter.

Creo que dos horas se pasaron y me desperté, Peter aun me tenía abrazada con fuerza, como en sus pesadillas en las que me iba y así se aseguraba que me quedaría con él, pero ahora no era necesario hacer eso, nunca más me quería separarlo de él, nunca más haría algo tan estúpido.

Unos minutos después se despertó el también, con los ojitos chicos y carita de dormido de siempre, continúa siendo mi niño, mi hombre, mi todo.

-Hola -susurro dejando un beso en mi frente-

-Hola.

- ¿Cómo dormiste?

-Esto tendría que pegúntatelo yo a vos no? Dormiste toda la noche en el sillón Peter, debió de ser muy incómodo.

-Te tenia a mi lado, ahora a salvo, segura, nada sería incómodo. -sonreí y lo abrace- Como te extrañe mi amor, como extrañe tenerte en mis brazos, y despertarme con vos, mismo que sea así. -sonreí otra vez en su pecho y dejé un beso allí-

-No sabes lo bien que me haces, lo cuanto te extrañe. -dice susurrando y abrazándolo mas fuerte- Hubo días en el que pensé que nunca te vería otra vez, en el que pensé que nunca más me acostaría en su pecho para oír tu corazón... -mi voz de quebró y me apretó, acaricio mi pelo y seguí- Gracias, por sacarme de allá y nunca desistir de mí. -me miro y sonrió, como extrañe esa sonrisa-

-Gracias a vos por ser tan fuerte, por pelear por nosotros, por ser vos. Ahora no importa más porque te tengo conmigo, pero... nunca más te separes de mí, ¿me oíste? Nunca más. -sonaba angustiado, asentí y me abrazo, enterró su cara en mi cuello y dejo y beso allí, con delicadeza, con amor, con seguranza.

Estaba por quedarme dormida otra vez en sus brazos y susurré.

-Nunca más mi amor... -cerraba los ojos lentamente bajo su profunda mirada de ojos verdes penetrantes- te lo prometo. -susurre otra vez y ahí me dormí, segura de que esta vez, cuando me despierte, el estará ahí, conmigo-

Después de tanto tiempo... [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora