______ Stone, una chica que busca por cielo y tierra a su padre, solo que en su búsqueda no estaba previsto encontrarse con el grupo de Rick Grimes, tampoco que él y otros de ellos le ocultaran un secreto... Un secreto que para ella era muy importan...
- ¿Qué? El no es... - escuche a Rick. - ______, sabes que tenemos que hacerle preguntas. Debe hablar con Deanna.
- Sigues vivo. - ignore a lo que Rick había dicho.
- Lo mismo digo. -acomodó un mechón de mi cabello tras mi oreja.
- _______, gracias por... - Spenser dejo la frase en el aire. Me pare y volteé a verlo, le sonreí.
- Debes hablar con la líder para poder quedarte. Rick es el líder de nuestro grupo. - mire a Rick. - ¿Puede estar con nosotros?. -le pregunté.
- Primero debe hablar con Deanna. - hablo serio y se fue ¿Que le pasa?.
- Creo que no le eh caído bien. -dijo mi papá.
- Tranquilo, solo es así con la gente que no conoce. - le sonreí. - Ven. Vamos a hablar con Deanna. - lo tome de la mano y lo guíe hacia la gran casa de la líder. Golpeé la puerta y en seguida abrió Deanna. Mi padre entró y yo me quedé afuera.
- Ey. - fruncio el ceño. - ¿Que haces aquí?.
- Carl, no creerás quien llegó. - me acerqué y lo abracé, el correspondió mi abrazo estrañado.
- ¿Quién llegó?. - se separo de mi y me miró.
- Ya lo verás. - me senté en la escalera de la entrada y Carl compio mi acto.
- ¿Debo preocuparme?.
- No. Bueno... No se. - me removí nerviosa en mi asiento, él me miró preocupado.
La puerta se abrió y de allí salió mi papá y Deanna. Ella le estaba diciendo algunas cosas que no escuché y mi papá solo asentía. Luego de unos minutos, mi papá se acercó a nosotros.
- Bien. Ya me puedo quedar. - sonrió. Luego miro a Carl, y miró nuestras manos entrelazadas. Fruncio el ceño.
- Oh, papá. - Carl al oír eso, giro rápidamente su cabeza hacia mí. - El es Carl, mi novio. Carl él es mi papá. - mi padre se quedó fulminando a Carl con la mirada. Y Carl solo miraba confundido a mi padre
- Ah... Soy Carl Grimes. - reaccionó Carl después de unos minutos, estrechándole la mano a mi padre.
- Soy Louie Stone. - tomo la mano de Carl en un saludo. Carl estaba muy confundido.
- Oh... Princesa, ya debo irme, Judith está esperándome. - beso mi mejilla algo incómodo por mi papá mirándolo seriamente. - Ah, casi lo olvido, Daryl está buscando–te.
- Daryl... - susuro mi padre para el mismo... Creo.
- Dile que ya voy. - le sonreí y él asintió y se fue.
- No me agrada tu novio. - dijo mi padre mientras miraba a Carl irse.
- ¿Que? ¿Por que?. - me puse alfrente de el para que me mirara a los ojos.
- Solo no me agrada. - se cruzó de brazos. - Termina con él.
- ¿Diculpa?. - reí sin ninguna pizca de gracia. - Tú no vendrás ahora a hacerte el padre sobre–protector después de años de no verte más. - me acerqué a el y con mi dedo índice toque su pecho. - Tú no eres nadie para decidir lo que YO hago con mi vida. - le dije fría y dura. - Espero que quede claro. Por que yo amo a ese chico y no voy a terminar por nada en el mundo con él. Ni siquiera por tí. - él me miró sorprendido. Me di la vuelta y me fui.
¿Quién se cree ese? Después de prácticamente desaparecer de mi vida, viene a mandarme. Que se vaya por donde nació.
Ví a Daryl en el pórtico de nuestra casa limpiando su ballesta, me paré enfrente de el cruzándome de brazos, mientras lo miraba con una sonrisa burlona. Dixon me miró y arqueó una ceja.
- ¿Me buscabas?. - arqueé una ceja.
- No. - dijo frío, miró otra vez su ballesta y empezó a limpiarla. Bufo y se paró, me miro. - Si te buscaba. Sigueme. - empezó a caminar hacia el garage de la casa. En el medio habia una mesa con algo arriba, pero lo tapaba un mantel rojo. - Ayer salí con Aaron y en una tienda encontré eso. - se rasco la nuca nervioso, yo solo seguía mirando el mantel, ¿Que habrá allí?. Daryl agarró la punta del mantel y lo haló, habían una ballesta hermosisima allí en la mesa, abrí los ojos sorprendida.
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- Sabía que la tuya la habías perdido en... Terminus. Y quería... - no lo deje terminar, me lancé a los brazos de Daryl, sentí como él se tensó, sabía que ah Daryl no le gustaba este tipo de cosas, pero me da igual.
- Gracias. - dije aún sin separarme de él.
- De nada. - inseguro, me rodeo con sus brazos.
- Me encanta. - me separé de él y tome en mis manos mi hermosa ballesta. - Pero... - lo mire. Él fruncio el ceño. - Me gustaría tu ballesta. - le sonreí burlona.
- No. Eso si que no, mi ballesta es mi bebé. - reí. - Ahora no creas que te daré de mis fechas, has la tuya. - dijo llendose. Reí. Escuché unos murmullos afuera, así que coloque mi ballesta en mi espalda y salí del garage. Ví a Daryl y mi padre hablando, si mi vista no me engañan, creo que discutían.
- Ey. - ellos voltearon rápidamente al oír mi voz. - ¿Sucede algo?.
- Claro que no, hijita. - mi padre me abrazo por los hombros y miró a Daryl, el Dixon miraba con odio a mi padre. Eso es raro.
- Ni crean que no me doy cuenta. Se que ustedes dos se traen algo. Y también se que no me dirán, así que lo averiguaré yo sola. Y Daryl sabe que eso será peor. - les dije sería. - Daryl. - lo llamé, él me miró. - Gracias. - le sonreí falsamente. Él sintió. - Tú. - señale a mi padre, me miró. - Aún estoy enojada contigo. - pase entre mdio de ellos dos, empujándolos y entre en la casa. Carl estaba en la sala con Judith mientras le daba la mamadera.
- ¿Que quería Daryl?. - preguntó curioso.
- Me regalo una ballesta. - le mostré y el sonrió, yo traté de soneir–le pero se me hacia raro la situación de Daryl y mi padre, también Rick. Carl dejo a Judith en el piso jugando con unos vasos y se acercó a mí, rodeandome la cintura con sus manos, deje mi ballesta en el sofá y enrolle mis brazos en su cuello.
- Así que... Tengo un suegro. - susurro burlón en mis labios. Reí.
- Si. - hice una mueca.
- ¿Que sucede?. - lo mire. No sabía si decirle o no.
- Él me dijo que terminara contigo. - fruncio el ceño. - Claro que no lo haré. - me separé de su agarre y me senté en el sofá. - Me da rabia el hecho de que se aparece después de prácticamente años, y luego viene a querés mandar mi vida. - murmure con rabia. - Además, note la tensión que había entre Daryl y él... También tu padre. - lo mire cuando dije lo último. Carl se notaba nervioso y preocupado. - ¿Ocurre algo?. - le pregunté. - me sonrió nervioso, se agachó a mi altura y me dio un beso corto, se levantó y salió de la casa. ¿Qué mierda está pasando?.