______ Stone, una chica que busca por cielo y tierra a su padre, solo que en su búsqueda no estaba previsto encontrarse con el grupo de Rick Grimes, tampoco que él y otros de ellos le ocultaran un secreto... Un secreto que para ella era muy importan...
Deanna había organizado una fiesta esta noche para "Presentarnos" la verdad no se, no pienso ir, ¿A quién se le ocurre hacer una fiesta en un apocalipsis? Pues, a esta gente.
— Siquiera se que ponerme. — le dije a Carol mientras yo jugaba con una manzana.
— La manzana se come. — me regaño. — Y ¿Por que no le pides a Jessie que te preste algo?.
— Nah, siquiera quiero ir. — le di un mordisco a la manzana. — ¿A quién se le ocurre hacer una fiesta en el apocalipsis?. —, seguro Carol no me entendió nada ya que tenía comida en la boca.
— Primero; traga antes de hablar. Segundo; no se, a ¿Deanna? Quizá. — se giró y sonrió burlona.
— No me cae esa señora. Es una vieja pesada. — escupí con asco. De verdad no tolero a Deanna.
— ______. — me regaño. — ¿Por que no te cae?.
— Sólo no la tolero.
— Pues, que pena, ella es la líder.
— Si. Bien, voy a casa de Jessie. — me levate de la silla en donde estaba sentada y salí de la casa. Camine hacia la casa de Jessie y golpeé la puerta, me atendió Ron con una sonrisa.
— Si. Pasa. — se hizo a un lado y entre. — Esta en su habitación, sígueme. — seguí a Ron hacia la habitación de su madre, Jessie estaba arreglando la ropa. — Mamá, _______ esta aquí. — Jessie giro y nos sonrió.
— Hola, cariño. — se acercó y beso mi mejilla, luego me abrazo brevemente. — ¿Cómo estas?. — ¡Estupendo! Vendré una fiesta en el medio de un apocalipsis.
— Estupendo. — gire mi cabeza hacia mi izquierda para ver a Ron, pero este no estaba. — ¿Necesitas algo, cariño?.
— Si. Carol me obligó a ir a esa estúpida fiesta, y no tengo que ponerme. No si tu...
— ¡¿Quieres que te preste algo de ropa!?. — me interrumpió emocionada. Asentí. — ¡Cariño! Tengo unos hermosos vestidos que te quedarán genial, tu tienes un cuero de modelo.
— ¿Que dices, Jessie?. — hablé entre risas.
— Es verdad, cariño, sólo mírate. — me señaló. Saco un vestido de su armario, color... ¿Turquesa? La verdad que no se me da bien descifrar los colores.
— No. Definitivamente ese no. — mire con horror el vestido, no me gustaba para nada.
— Bien... — guardo ese vestido nuevamente y saco otro color salmón, la verdad que no estaba nada mal. — ¿Que te parece este? Se te verá de maravilla. — coloco el vestido sobre mi cuerpo y se quedo mirándome.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
— Mmm... — la verdad es que no se, si me gusta pero no estoy decidida en ir. — Esta bien.
— Pruebatelo. — me tiró el vestido y me guió hacia el baño de su habitación. Cuando salí, Jessie me miro asombrada.
— ¿Tan mal me veo?. — fruncí el sueño y me encamine hacia el espejo que estaba a un lado de la cama. Y debo decir que... Wow... Me encanta. — ¿Quién es esta?. — señalé al espejo y luego mire a Jessie.
— Te queda... Hermoso, _______.
(...)
— ¿Iras a la fiesta?. — le pregunté a Carl, que estaba recostado en la cama jugando con una pelotita.
— No lo se, ¿Tú?.
— Carol me obligó a ir. — me encogí de hombros. — ¿Puedes creer que usaré un vestido?. — lo mire fingiendo sorpresa. Se sentó y me miro fijamente con el ceño fruncido.
— ¿Que usarás que?.
— Un vestido. — le repetí. — ¿Iras o no?. — enarque una ceja.
— Si. Debo asegurarme de que ningún chico se te acerque. — me agarró de la cintura y me sentó arriba de sus piernas.
— ¿Que dices?. — reí. — Oye, ¿Has visto a Daryl?.
— Salió con Aaron a buscar a mas sobrevivientes. — se encogió de hombros. — ¿Por qué?.
— Nada, es sólo que no lo veo desde... ¿Ayer a la mañana?. — suspire. Nos quedamos en un silencio, para nada incómodo. Se me vino una idea a la cabeza y lo mire pícara.
— ¿Qué?. — me miro de la misma manera.
— Vamos. — me levanté y le agarre de la mano. Salimos de la casa y nos dirigimos hacia unos de los muros.
— ¿Que haces, ______?. — pregunto preocupado, ya que vio que estaba trepando el muro.
— Vamos. Sígueme. — seguí subiendo y luego salí del muro, segundos después, Carl ya estaba a mi lado. Lo tome de la mano y corrimos un poco lejos de Alexandria. Nos detuvimos por que ya estábamos cansados. Nos sentamos en el suelo y yo apoye mi espalda en un tronco que estaba atrás nuestro.
— ¿Que hacemos aquí?. — pregunto después de unos minutos en silenció.
— ¿Que? ¿No podemos estar solos unas horas?. — lo mire, el me miraba fijamente pero luego la comisura de su labio se curvo hacia arriba, formando una pequeña sonrisa. — Es que... No me gusta estar encerrada allí adentro como un animal. — mire mis botas negras, que jamás cambiare. — Necesito estar afuera, necesito matar caminantes.
— Te entiendo. — asintió con la cabeza. — Ven. — me agarró de la mano y me estiro hacia el. Abrazándome por los hombros, yo tenía mi cabeza metida en el hueco de su cuello. — Extrañaba estar así contigo. — suspiro. — Desde que llegamos a Alexandria... Ya no estamos muy juntos.
— Si. ¿Sabes?... Creo que llegar aquí no ha sido una buena idea.
— ¿Por qué lo dices?.
Me encogí de hombros.
— Es que... La gente de aquí, son débiles... — me separé de el y lo mire fijamente. — ¿Y si nos volvemos débiles?. — lo mire con preocupación.
— Claro que no. Pero es verdad, la gente de Alexandria no se sabe defender. — suspiro y miro para otro lado. — Papá dijo que hablaría con Deanna, que de alguna forma papá se haría el líder de aquí. Quiere enseñar a defender a la comunidad.
— ¿Crees que... Deanna acepte?. Sinceramente Deanna no me agrada... Su hijo Aiden tampoco me cae bien.
— ¿Por que?. — le estaba por contestar, pero unos gruñidos me interrumpieron. — Debemos volver. — nos levantamos y nuevamente corrimos hacia el muro y trepamos. Somos estúpidos al salir sin nada que defendenos, sólo un estúpido cuchillo. Caminamos normalmente en las calles de Alexandria, hasta que vimos a un Rick vestido de sheriff con las manos en su cadera y mirándonos seriamente.
— ¿Donde estaban?. — hablo al fin, firmemente... Y serio. — Los eh estado buscando hace tiempo.
— Pues... Aquí estamos. — camine hacia el, seguido por Carl. — ¿Que ocurre?.
— Carol te busca. Y tú. — apunto a Carl. — Ven conmigo. — dicho eso, siguio de largo. Mire a Carl con el ceño fruncido. Me encogí de hombros y me acerque a él y planté un casto pero suave beso en sus labios y me encamine hacia la casa donde... Supongo que Carol estaria.