Nada es lo que parece

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LEXA POV

Hoy desperté con los rayos de sol en mi cara, me desperece, mientras me sentaba en la cama. Me refregué los ojos a la vez que bostezaba, me mire al espejo que justo estaba en frente - no era la mejor versión de mi - pensé, los pelos todos enredados y parados, mi cara totalmente destruida y con unas ojeras tremendas, dios, me asuste y me levante de un salto de la cama, acercándome al espejo. - Si me podía ver las ojeras desde esa distancia, lo que serían de cerca- dije estirándolas son mis dedos, haciendo que mis ojos se deformaran - mamma mía, tengo que volver a nacer para recuperarme de esto - pero ya no me daba el tiempo. 

Entre al baño, me higienice y me di una ducha muy relajante, esperando que eso al menos calmara mi mal aspecto. Esto de volver acomodar mis horarios y levantarme medianamente temprano, no era lo mío. Supongo que comenzar la segunda semana de estudio, tendría que llevarlo mejor, mi cuerpo tendría que ir acostumbrándose, pero mi imagen en ese espejo, me decía exactamente lo contrario - y pensar que era tan linda - me dije con pesar. 

Termine de bañarme, me cambie, hoy hacia mucho calor, así que elegí algo más cómodo, un pantalón jean color negro, y una camiseta de tirantes de color rosa pálido, con unas zapatillas converse blancas. Acomode mi pelo en una coleta alta, ya que no tenía ganas de peinarlo tanto. Me maquille sutilmente, ya que aún se notaban mis ojeras, agarre mis lentes de la mesita de luz y me los puse, tomé mi mochila en la que llevaba los libros de las materias que hoy teníamos, y las cuales nos habían mandado tarea, ya que todo lo demás quedaban en los casilleros de cada uno. Baje las escaleras y mi madre ya me había hecho el desayuno, como excedí mi tiempo en la ducha, le pegue un sorbo al café con leche que mi madre preparó, y agarré al vuelo una tostada con mermelada que había hecha, y me dispuse a salir, a lo que mi madre me frena.

- Lexa, lexa, lexa, ven para acá - me volví hacia ella con resignación, hasta quedar de frente.

- ¿Qué pasa ma? - le dije rodando los ojos.

- ¿Qué son esos modales? esa actitud no te la enseñe yo, muchachita - me dijo seriamente.

- Lo siento mamá, es que voy tarde, y Octavia me está esperando, perdón, no se va a volver a repetir - le dije sinceramente, mi mamá estaba más pendiente de mí, desde que Gustus se fue a trabajar al exterior, hace apenas 3 meses, la entendía, el tiempo que le dedicaba a él, ahora los tenía todos para mí, y la verdad a veces me asfixiaba, no me juzguen, soy joven, y linda, que pretenden de mí? quería libertad aun si no hiciera nada, saber que estaba ahí, para cuando yo quisiera tenerla, me gustaba, pero como en estos momentos no la necesitaba, se lo dejé pasar, capaz con el tiempo se tranquilizaba.

- Solo te estoy pidiendo, un "buenos días mama" y un beso. No me hagas caras lexa, te estoy viendo, tampoco te estoy exigiendo tanto - bien la sutileza no era lo mío me dije -

- Lo siento, lo siento... buenos, días, mamá - le dije de forma lenta, ella miró hacia un costado dándome a entender que me faltaba darle un beso, rodé mis ojos, le di un beso y luego sonreí.

- Ves que no fue tan difícil?, anda vete que llegas tarde.

- Gracias ma, te quiero - esto último lo dije gritando, ya que me estaba yendo.

- Yo también - fue lo último que le escuché gritar, volví a sonreír, aunque me quejara de ella, que haría yo sin esta mujer? después de todo era adolescente, mi ley era quejarme por todo y yo lo cumplía al pie de la letra.

Me fui corriendo a casa de Octavia - me va a matar, me va a matar - pensaba mientras iba llegando, ella vivía a dos cuadras de mi casa, era ritual éste último año, que la pasara a buscar y de ahí irnos juntas caminado a clases, total quedaban a 6 cuadras de allí. Antes ella nos esperaba a Clarke y a mí, pero entre ellas no se daban mucho, se saludaban, solo porque yo estaba de por medio - El que te pelearás con ella fue lo mejor que me ha pasado Lexa - me confesó O. un día, yo no pude darle la razón.