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LEXA POV


Había pasado una semana, una semana relativamente tranquila y aburrida. No había vuelto a saber de Clarke desde esa noche en la fogata, aunque parezca mentira, extrañaba verla, aun si era para pelearme, si entiendo soy masoquista, pero prefiero tenerla así de algún modo, a no tenerla en lo absoluto. Según pudo averiguar Octavia se reportó enferma toda la semana. Eso me llamo la atención, ella no era de faltar, y menos por tantos días, algo no andaba bien.

Era lunes y Clarke nuevamente no daba señales de vida, realmente me estaba preocupando, pero estaba en clases y aunque me costara admitirlo, yo ya no formaba parte de su vida.

Esa mañana entra el director a clases, seguido de una chica, de aproximadamente nuestra edad, tenía el pelo rubio, tez blanca, delgada y la verdad es que era muy bonita. El director presenta a la chica como Costia Geller informándonos que, a partir de hoy, formará parte de nuestra clase. Pasa tomando asiento a mi derecha, donde había una silla vacía, cuando llega me sonríe y prosigue a sentarse.

Ya era la hora del almuerzo, y estaba esperando a Octavia, sentada ya en una mesa. La chica nueva se acerca tímidamente.

- Hola, éstas en mi clase ¿verdad? - sonrío amigablemente, se lo difícil que es ser nueva y no conocer a nadie.

- Si, soy Lexa, Lexa Woods - le extiendo mi mano como parte del saludo oficial.

- Mucho gusto Lexa, yo soy Costia Geller - me dice con una sonrisa, aceptando con gusto mi saludo.

- ¿Quieres sentarte con nosotras? estoy esperando a Octavia, ella también esta con nosotras en clase, seguro que te caerá bien - agrego.

- Claro, sino es molestia, obvio - acepta tímida.

- Para nada, toma asiento, estoy que no doy más del hambre - me río, masajeando mi panza.

- No te preocupes que yo estoy igual - dice volviendo a sonreír. Al rato O. se nos une, excusándose de que tenía que elegir cuidadosamente la comida, porque aquí a todo le ponían carne, cabe destacar, que ella es vegetariana.

- Entonces Costia, ¿con que motivo has llegado a parar a esta escuela? - pregunta O.

- Mmmmm - dice limpiándose la boca con una servilleta, terminando de masticar su comida - A mi madre la han ascendido en su trabajo, y le han pedido que forme parte de una sucursal nueva que abren en esta parte de la ciudad. Tuvimos que cruzar de punta a punta, por lo que me es imposible seguir cursando en la otra escuela, así que aquí me tienen, fin - dice divertida, las tres reímos y proseguimos comiendo y charlado.

Por suerte la hora se pasó bastante más rápida de lo que me esperaba, Costia fue una de las razones de que eso pasara. Es muy divertida y nos hacía tentar de risa con sus ocurrencias. Por suerte mientras volvíamos de la escuela, descubrimos que no vive muy lejos de nosotras, ésta a tres cuadras de la casa de O. Así que nos ponemos de acuerdo y quedamos de ir juntas a clases, reuniéndonos como punto de encuentro en la casa de Octavia. Me despido de las dos y sigo hacia mi casa, cuando estoy por abrir la puerta, me giro, miro arriba hacia la ventana de Clarke - ¿En qué andarás? - pienso, suspiro y finalmente entro.

Ya en mi habitación, me dispuse a poner en su lugar con cuidado, el llavero, la muñeca y la cadenita, suspiré, me tiré en mi cama boca arriba, pensando nuevamente en Clarke. No sé quién estaba más loca, si ella al cambiar radicalmente su actitud conmigo o yo al morirme por verla pese a eso. Se que estaba mal, sé que debería odiarla, debería estar feliz de no haberla visto en días, pero la realidad no era precisamente esa. La necesitaba, así sea para gritarnos y tratarnos mal, así sea verla por un minuto, la necesitaba como el aire para respirar, era mi mal necesario y no podía evitar sentir todo esto por ella. Es mi primer y gran amor, ¿Cómo se olvida algo así?, un amor que terminó sin ninguna explicación, sin motivo, al menos yo no los tenía.

Nada es lo que pareceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora