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Estaba estudiando cuando siento un golpe en la ventana, me sobresalto, pero enseguida veo que es Clarke que está del otro lado del vidrio. Cuando me dijo que me extrañaba y que queria un beso, era imposible negárselo, ya que yo también me moría por besarla. Hoy no pude sacármela de la cabeza en todo el día, y mas aun después de nuestro encuentro en el baño, si, fue una locura, cualquiera hubiera podido entrar y descubrirnos, pero afortunadamente no pasó, y tuve que entrar a clases luego de tan fogoso encuentro. La que sospechó algo fue Octavia, que me miro divertida y me dijo por lo bajo que me acomodara bien la ropa, mis mejillas ardían mas de lo normal. Si bien lo disfrute, sentía que ahora todos estaban pendientes de mi, pero luego me di cuenta que solo era imaginación mía.

Después de estar unos minutos besándonos profundamente en el cuarto, olvidándonos del resto del mundo, mi madre irrumpe en la habitación, Clarke impulsivamente y literalmente me tira a un costado, haciéndome caer, mi madre nos da cinco minutos para bajar y hablar, tenia un nudo formado en mi estómago y Clarke estaba blanca como un papel, tenia miedo de que se fuera, que me dejara afrontando todo esto sola, y mas aun cuando la vi dirigirse hacia la ventana sin decirme una sola palabra, suspire cuando solo la cerró, y me miro como solo ella sabe mirarme, con amor. Respiramos hondo y salimos agarradas de la mano, el paso que estábamos por dar, no era fácil, pero si necesario.

Llegamos a la cocina, mamá estaba ya sentada de espaldas a nosotras, esperándonos, cuando me dispongo a entrar, noto que Clarke tira de mi mano, la miro y veo que está inmóvil, sus manos transpiraban, y en su cara se veía el miedo que la invadía. Acaricio su mano con mi pulgar y trato de que me mire a los ojos.

- Lexa, Clarke, tomen asiento - dice mi madre fríamente, no puedo negar que un escalofrío recorrió mi cuerpo al escucharla tan seria, he instintivamente me aferro fuerte a la mano de Clarke, hecho que parece despertarla de su ensimismamiento, ambas caminamos y cuando cruzamos por su lado, me suelto de su agarre, no estaba acostumbrada a que nadie nos viera así, mucho menos mi madre, era normal tener miedo.

Nos sentamos justo al frente de ella, se la veía tranquila, su cara no expresaba nada y realmente eso me preocupaba, estaba tomando un café, ni siquiera levanto la vista para mirarnos, en cuanto tomamos asiento, las dos buscamos nuestras manos por debajo de la mesa y las entrelazamos, nunca sentí tanto miedo como hasta ahora. Con Clarke nos mirábamos y la mirábamos a ella, no nos animábamos ni a respirar, hasta que por fin levanta la cabeza y solo se dirige a Clarke.

- ¿Desde cuando pasa esto? - dice, trato de contestar pero me calla - le estoy hablando a ella - Clarke traga en seco, y siento como aprieta mas mi mano. Dios ni siquiera hablamos de lo que le íbamos a decir.

- Emmmm, yo, bueno, ella, su hija y yo - comienza a balbucear, apoyo mi codo en la mesa y apoyo la frente en mi mano, queria ayudarla, pero sabia que mi madre no me lo permitiría - ufff - suspira en forma de frustración - perdón estoy nerviosa - se excusa.

- No tengo ningún apuro, puedo esperar - dice secamente.

- Ma - trato de hablar.

- Cuando hable contigo, me voy a dirigir a ti Lexa, ya tendrás tu turno - me dice - continua Clarke - dice mi madre.

- Te, tengo una duda señora, ¿desde cuando se refiere a ahora, ahora o desde cuando comenzó todo? porque hay años de diferencia - mi madre abre los ojos de par en par.

- Clarke - le tironeo la mano, queriendo que se calle, cuando está en modo nerviosa, es una maquina de meter la pata.

- ¿Que? - me mira, no entendiendo en el lío que se estaba metiendo sola.

- Bueno basta - alza la voz mi madre, ambas pegamos un sobresalto del susto - ¿ustedes no estaban peleadas, o eso también era mentira? - esta vez me mira directamente a mi.

Nada es lo que pareceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora