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LEXA POV


Después de que Raven nos echara de la fogata diciéndonos que era hora de que le sacáramos polvo a las sábanas, típico de ella, no puede ser sutil y menos si se trata de Clarke, le encanta avergonzarla en público y con público me refiero a estar solo yo. Clarke se tapaba la cara con las manos mientras nosotras nos reíamos, Raven parecía arreglárselas bien y creo que necesitaba estar sola, era entendible, creo que era el primer momento a solas desde el accidente.

Íbamos por la calle caminando abrazadas, cada día nos importaba menos las miradas de la gente, apenas teníamos tiempo para nosotras, así que tratábamos de aprovechar cada minuto a solas al máximo.

Cuando llegamos a casa nos encontramos con mi madre y Zane saliendo, estaban bien vestidos, no había que ser adivina para darse cuenta que iban a salir. Se nos acercan en cuanto nos ven llegar.

- Llegan justo, nosotros nos estamos yendo, vamos a cenar afuera ¿si no les molesta? claro - me pregunta mi madre.

- Claro que no má, vayan y diviértanse - digo a la vez que le aprieto un poco la mano a Clarke, al fin en la casa a solas.

- Auch, Lexa - se queja Clarke, creo que me emocioné mas de la cuenta, me toco la frente para disimular un poco mi cara, obviamente Clarke no me había entendido y no, aún no sabía leer mentes, que tonta eres Lexa.

- Perdón amor, no me di cuenta - siento que mis mejillas comienzan a arder, miro a Zane y me devuelve la vista sonriendo, tira sutilmente de mi madre.

- Vamos yendo Becca, no vaya a ser que lleguemos tarde - me guiña el ojo... cada día lo aprecio mas.

- Bien, bien, solo quiero que sepan que tienen que cerrar bien todo y - la interrumpo.

- Mamá, no es la primera vez que me quedo sola, aparte Clarke está conmigo, ve tranquila, no va a pasar nada - la tranquilizo.

- Ok, ok, tienes razón - abraza a Clarke primero y luego a mi - la puerta abierta señorita - me susurra.

- Maaaaa - la reto, ahora si estaba completamente colorada, todos se ríen, claramente no fue tan susurro como pensé.

- Te quiero - dice al final.

- Yo también - veo como entran al auto de Zane y se van.

Entramos a la casa, Clarke iba a irse a preparar la cena, agarro su mano y hago que voltee a verme.

- ¿Pasa algo Lexa? - me mira extrañada sin acercarse.

- Si, es que, que yo, viste que la otra, yo no, pero ahora si - ni yo misma me entendía y por lo visto por su cara Clarke tampoco.

- ¿Es un nuevo idioma que quieres que aprenda? - pregunta divertida, niego sonriendo.

- No tengo hambre, o sea, si tengo, pero no de comida - digo finalmente, veo que en Clarke se dibuja una de esas sonrisas pícaras que solo en ella se ven perfectas, contagiándome al instante.


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Nada es lo que pareceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora