Cuando la persona que alguna vez fue tu mejor amiga, hoy día se ha transformado en tu mayor enemiga, es sinónimo de problemas, me llamo Lexa Woods, y esta es la historia de mi vida.
Ese día después de la gran noche que habíamos tenido con Lexa en donde fluyó todo el deseo contenido que sentíamos la una por la otra, ya todo en la escuela estaba mas calmado, como si lo de Finn nunca hubiera ocurrido, todos vivían su día como un día normal. Lexa y yo no podíamos ocultar la sonrisa que traíamos dibujadas en nuestras caras, fuimos todo el camino juntas, echándonos miradas cómplices y sintiéndonos muy tontas, cuando llegamos Lexa se separa de mi y se aleja yéndose para el lado contrario al que íbamos. - Hey - le hablo, haciendo que se de la vuelta - ¿a donde crees que vas? - le pregunto extrañada. - ¿Como que a donde voy? ¿hacia allá? - me señala la dirección con su dedo un tanto nerviosa, es tan tierna. - Sí me pude dar cuenta Lexa, pero ¿porque? - mira alrededor. - Porque ellos no saben lo nuestro y se que puede llegar a ser chocante vernos juntas después de vernos peleando por tanto tiempo, aparte de que no saben que te gustan las mujeres - me contesta, me acerco a ella despacio, la miro fijamente y noto como se pone nerviosa y comienza a mirar de reojo alrededor - ¿que, que estás haciendo Clarke? - pregunta inocente. - Lo que debí haber hecho hace mucho tiempo Lexa - agarro su mano entrelazando nuestros dedos, llegando a una distancia muy muy cercana, nuestras narices rozándose, sonríe ante mi gesto. La gente comienza a murmurar, soy consciente de que no estamos pasando desapercibidas y la verdad no me puede importar menos. Levanto nuestras manos unidas y con la mano libre me aferro a su cintura. Acerco despacio mis labios y la beso lentamente, no es un beso casto, profundizo en cuanto siento sus labios temblar, nuestras lenguas saborean cada rincón, cada espacio vacío, deleitándonos en el proceso, nos separamos despacio, suspirando, con nuestros ojos cerrados, los cuales vamos abriendo de a poco. La miro, me mira y sonreímos como dos chicas bobas y enamoradas, porque eso es lo que somos. - ¿Por que lo hiciste? - pregunta. - Porque ya no tengo nada que ocultar, ya no tengo nada que temer Lexa, lo único que me separaba de ti, de esto, era el chantaje de Bellamy y por primera vez en mucho tiempo me siento libre, siento que puedo ser yo misma, sin fingir ser alguien que no soy, sin necesidad de ocultar lo locamente enamorada que estoy de ti - la vuelvo a besar - te amo demasiado - confieso. - Eres increíble... siempre tienes las palabras adecuadas, siempre logras derretirme con todo tu amor, está demás decirte que yo también te amo hermosa - me besa. - Nunca está demás - nos sonreímos y seguimos agarradas de la mano como si nadie nos mirara, como si nadie mas existiera y así iba a ser de ahora en mas - aparte... ¿quién te dijo que me gustan las mujeres? - nos reímos a carcajadas yéndonos a nuestras respectivas clases.
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Había transcurrido un mes desde el accidente que desencadenó en la muerte de Finn, todo el suceso fue denominado como un siniestro de tránsito sin ninguna intención de dañar a terceros, la madre de Finn no quiso que la investigación fuera mas profunda, ya era mucho el dolor de haber perdido a su hijo que creía que alargarlo mas era en vano y solo le traería mas dolor. En mi casa ya habíamos vuelto a la normalidad, mi madre volvió a trabajar en sus horarios habituales, así que dejé de quedarme en lo de Lexa, nos vemos casi todos los días, no tengo ojos para nadie mas la verdad, es la única que me hace sentir que estoy en el cielo y sin ella era como estar en el mismísimo infierno. Faltan menos de un mes para que las clases terminen, ya entregaron las becas, por suerte Lexa recibió la suya que con arduo trabajo se la había ganado, ahora era cuestión de que llegara el momento de elegir las universidades a las que queríamos ingresar, porque sí, tenemos una especial elegida, pero siempre hay que tener un plan B en lo posible por si las cosas del plan A no funcionan, eso nos habían recomendado los profesores. Estábamos con Lexa y Octavia desayunando en la cafetería de la escuela, cuando vemos que llega Raven en muletas, si bien ya le habían dado el alta, el tema de su pierna aun le dificultaba para poder volver a ser la que era, con las chicas la notamos rara hace ya un tiempo, por momentos esta alegre, con una sonrisa de oreja a oreja y por momentos esta de un humor de perros que mejor no cruzartela en esos días. Lo mas raro de todo es que notamos que Octavia y ella no cruzan palabra alguna, cuando llega Raven, Octavia se levanta y se va o viceversa. Con Lexa intentamos hablar con ellas por separado para saber que estaba sucediendo pero ninguna quiso darnos una respuesta coherente de lo que ocurría entre ellas, del porque del cambio tan brusco de hacer como que la otra no existiera, a veces me gustaría volver a escucharlas peleando, al menos así se desahogaban y su relación no era tan mala como ellas querían hacer ver. Vemos que se acerca en nuestra dirección y Octavia estaba aprontando sus cosas para marcharse, toco su brazo negando, toda ésta situación me estaba cansando cuando de pronto escuchamos un ruido a metal y un golpe, giramos en dirección al ruido y vemos como una Raven estaba tirada de lleno en el piso, claramente se había caído.