Nada es lo que parece

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LEXA POV

Ese día llegamos temprano y se nos ocurrió desayunar en el patio de la escuela, como era costumbre como cuando almorzábamos O. y yo elegimos una mesa más bien alejada, no queríamos que cuando llegaran el grupito de Clarke nos vieran fácilmente, y comenzaran a molestarnos. No tuve tanta suerte, en cuanto Bellamy me visualizó, aprovechando que O. se había levantado al baño, se acercó.

- Hola Woods ¿qué cuentas?, lindo día para hacer tijereta con tu amiga ¿no crees? - dijo refiriéndose a Octavia obviamente, haciendo la forma de una tijera con sus manos.

- Ya quisieras estar en mi lugar Bellamy - le dije con una enorme sonrisa en mi cara, desde chico, siempre le gustó Octavia, pero ella nunca lo miró con otros ojos, simplemente era un conocido más del barrio, y yo sabía que eso lo iba a molestar.

- Maldita lesbiana - dijo despectivamente y se acerca furioso a mí, me levanté de mi asiento y lo enfrenté, tampoco me iba a dejar pisotear por él.

- ¿Qué está pasando? - escucho que habla Clarke acercándose, sacándose los lentes de sol que traía puestos.

- Ni idea, él ha venido a molestar, y no se banca que le contesten, tendrá mucho cuerpo, pero si no le crece el cerebro, no le veo el sentido - le digo mirándolo seriamente. Él cierra los puños, sino estuviera Clarke enfrente, seguro hubiera intentado golpearme, típico machista que solo se mete con mujeres.

- Mi madre es la directora de esta escuela, sigue buscándome la boca, y te juro que soy capaz de decir cualquier mentira, para que te echen a patadas de aquí y podrías ir olvidándote de ir a la universidad - dice orgulloso, iba abrir mi boca para retrucarle cuando...

- Basta Woods, si no quieres tener problemas, no los busques - hablo al fin Clarke autoritariamente, Bellamy me miraba con aires de grandeza. Volvía a ser la Clarke de este último año, cuando creo que puedo tener un poco de esperanza en ella, llega y me demuestra cuan equivocada estaba.

- Cada día me sorprendes más rubia, desde cuando defiendes a homofóbicos como él ¿he? - la miro desafiante, su cara cambia a una de susto, pero solo yo puedo verla.

- Desde que descubrió que tú eras gay, ¿verdad Clarke? - acotó Bellamy, yo la miré con el ceño fruncido y pude notar como sus ojos iban tornando en un tono cristalino.

- Exacto - dijo con una voz que intentó hacer sonar segura, pero yo la conocía demasiado bien como para saber que estaba mintiendo - vamos -  volvió a ponerse sus lentes oscuros, intentando ocultar sus emociones, vi como tragó saliva, y se fue, Bellamy la siguió, como un perrito faldero. Aun así, no pude evitar que su actitud no me doliera - gran comienzo de día Lexa - me dije.

Esa mañana la escuela entera era un caos, hoy se jugaba unos de los partidos más importantes, nuestro equipo de fútbol se batía a duelo con otra escuela con la que siempre han tenido rivalidad, Polis. Prácticamente era un día de fiesta, nadie hacia nada, y daba la casualidad de que hoy justamente también coincidía con "la noche de la fogata". Es una tradición que se hace todos los años, en un camping cerca de la escuela, es obligatorio asistir, allí se prende una enorme fogata, y cerca a la hora de la medianoche se va tirando dentro, todo aquello que nos hace mal, todo aquello que queremos olvidar, ya sea escrito en un papel o algo físico que represente para ti un impedimento de salir adelante, aquello de lo que queremos despegarnos, es una noche en la que puedes sacarte esa mochila que llevas a cuestas, ya sea porque te la has impuesto tú mismo o te la ha impuesto otra persona. 

Es hacer borrón y cuenta nueva, soltarte de todo aquello que te hace daño, dejar que todo lo malo se consuma, se haga cenizas, y así poder recibir el nuevo día con otro aire, con otros propósitos, volver a empezar, sentir que podemos seguir adelante sin todo aquello a lo que nos aferrábamos inútilmente en el pasado, es el comienzo de un nuevo presente. Es una linda tradición - ¿quién no tiene algo de lo que quiere olvidarse y dejar atrás? - pensé para mí.