Nada es lo que parece

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... Flashback ...

Hoy era el cumpleaños número de 14 de Clarke, el mío fue un mes antes, pero no quise hacer nada, solo pasarlo con mi familia, Clarke y Octavia.

En todo este año hemos repetido y compartido muchos besos, tratábamos de hacerlo siempre en secreto y hasta ahora nunca nos han descubierto.

Su madre había dejado que Clarke hiciera una fiesta en su casa, con algunos amigos de la escuela, su padre iba hacer una parrillada para todos.

Yo había comprado un regalo especial para ella, como ese año me regalo la cadena de corazón, yo opte por regalarle una con el dije de una llave, si lo sé, terriblemente cursi, pero ella empezó, aparte ¿Qué quieren? tengo 14 años recién.

Estaba llegando tarde, que la fiesta sea en frente de mi casa, no implicaba que tuviera que ser puntual. Cuando llegué ya había unos cuantos chicos allí, se escuchaba la música fuerte, le pregunté a Abby donde podía estar Clarke ya que no quería darle el regalo frente a toda esta gente. Me dijo que, si no estaba acá abajo, tendría que estar arriba, me di vuelta y rodee los ojos - que gran deducción Abby - digo para mis adentros.

Voy subiendo rápido las escaleras queriendo verla, miro hacia arriba, y veo al final de ésta, que Clarke está hablando con Roan, un chico de nuestra clase, éste la tenía muy cerca de él. Por mis venas comenzó a correr sangre extremadamente caliente, me puse roja de rabia. Cuando Clarke mira a mi dirección, me ve, su cara es de terror, le da un empujón a Roan, mientras yo me doy media vuelta, yéndome, no tenía nada que hacer ahí.

- Lexa, espera - escucho que me grita, pero voy tan cegada que hice caso omiso a su llamado. Cruzo la calle furiosa, y escucho que ella corre detrás de mi hasta alcanzarme. Era de noche y por suerte el barrio no era muy iluminado. Me agarra del brazo y hace que me de vuelta.

- Lexa, espera por favor - me dice agitada por la carrera - deja que te explique -

- No necesito que me expliques nada Clarke, te vi - le digo molesta.

- Eso que viste - para de hablar cuando vemos que cruzan unas personas por la calle, cerca de nosotras. La agarro del brazo sin hacerle daño y nos metemos en el pasillo que esta al costado de mi casa, que está dividido con la casa contigua por unos arbustos altos, prolijamente podados, dándonos sombra para que no corriéramos riesgo de que nos vean o escuchen. Me cruzo de brazos, apoyándome en la pared de mi casa, dándole lugar a que siguiera hablando.

- Mira, Lexa - suspiró - no sé qué crees que viste, pero no fue lo que pasó - aclara.

- No me importa Clarke, tú y yo no somos nada, en si puedes hacer lo que quieras, con quien quieras - dije de forma dura, aún estaba molesta, y mis celos no me estaban ayudando. Ella bajó la mirada triste.

- Él quiso besarme - continúo hablando como si no me hubiese escuchado - y cuando nos viste, fue justo cuando lo rechacé por eso estaba tan cerca. No paso nada, porque no quiero estar con otra persona que no seas tu Lexa, ¿por qué no me crees? - me dijo sincera, creí que mi corazón se iba a salir de mi pecho, ¿Cómo podía cambiar mi estado de ánimo con tan solo unas palabras? - ¿es que eso tampoco te importa? - Negué con la cabeza, mi enojo se iba aminorando, ella estaba siendo honesta y yo solo me estaba comportando como una novia posesiva y celosa, aun sin serlo verdaderamente.

- Hey - le acaricie su suave cara - claro que me importa, todo lo que te involucra lo hace, perdón, el imaginarte con alguien más que no sea yo, me hizo hervir la sangre - le confieso con vergüenza. Ella sonríe levemente.