13

4.8K 261 58
                                    



Cuando la ventana se abrió, mi corazón se detuvo por un momento, creí que me caería, ya que todos mis músculos se aflojaron - es ahora o nunca Lexa - pensé, así que traté de cerrar mis pensamientos y tomar el valor de entrar a su habitación, esa habitación que tiene mil recuerdos juntas. Cruzo la ventana con miedo, la verdad no tengo idea que es lo que me espera adentro. Está anocheciendo, se puede notar como la oscuridad de a poco se va apoderando de la habitación. Mi mirada busca de inmediato que Clarke esté allí, encontrándola en el piso junto a su cama, abrazándose a sus piernas, hundiendo la cabeza entre ellas.

Me acerqué despacio, me coloqué de rodillas frente a ella, para quedar a su altura, aunque quisiera que todo esto me saliera natural, no podía, pensaba demasiado que paso tenía que dar, yo la seguía amando, pero el último año cambio absolutamente todo entre nosotras, incluida la amistad, era inevitable no pensar, que tal vez esto terminara siendo parte de una cruel broma, quería pensar que no, pero mis autodefensas estaban alertas, como si tuviera un botón rojo al lado de mi cabeza tintineando, diciéndome que tenga cuidado. Mi mano se acerca dudosa a su brazo, habían pasado segundos, lo que para mí creería que pasó mucho más.

- Hey Clarke, soy yo Lexa - dije con voz temblorosa - ¿Qué te pasa? - en cuanto termino de hablar, ella se lanza hacia mí de golpe, asustándome, me sorprendo al verla abrazada a mi cintura, con su cabeza apoyada en mis piernas, llorando, dios, como me mata verla así.

- No te vayas Lexa, por favor, no te vayas - me suplica con su voz completamente rota - no me dejes vos también - confiesa.

Al escucharla decir aquello, no pude evitar pensar en Finn, que él la había dejado y por eso estaba en ese estado. Mi corazón se encogió, se me hizo un nudo en la garganta, al pensar que Clarke podría querer a alguien más, que podría amar a alguien como sé que me amó a mí, porque lo hizo, de eso no tengo dudas, solo yo sé cuánto suspiraba en cada beso que nos dábamos, como temblaba cada vez que yo la tocaba, solo yo escuchaba el latido de su corazón cuando simplemente estábamos acostadas abrazándonos, se lo que le provocaban mis caricias, su cuerpo siempre me hablaba por más que ella no me dijera nada.

Tenía ganas de salir corriendo, de querer volver el tiempo y no haber entrado a este cuarto, el cuarto donde tantas veces nos amamos y que ahora ella lloraba de amor por alguien que no era yo. Pero no me fui, aunque me muriera de pena, ella en este momento me necesitaba, y me dolía saber que me necesitaba, pero no de la forma en que yo la necesitaba a ella, sino simplemente como amiga. Y si eso era lo único que me quedaba de ella, pues lo tomaría.

- No me voy a ir a ninguna parte Clarke, quédate tranquila - le dije lo más serenamente posible, tenía mi corazón en la boca, pero tenía que sonar fuerte, segura, ella era la que estaba rota, pero yo sentía que me estaba rompiendo junto a ella.

Se abrazó con más fuerza, y yo trataba de calmarla, dándole pequeñas caricias en su espalda y cabello. Mis piernas se estaban entumeciendo, pero no me importaba, no sentía mayor dolor que el que habitaba en mi alma.

Comenzó a calmarse, sabía que mis caricias la tranquilizaban, al menos eso no había cambiado en ella. De a poco se fue despegando de mí, y por primera vez nos miramos a los ojos. Los suyos son tan bonitos que hacen perder la compostura a cualquiera, aunque en este momento estén rojos y se vean sumamente tristes. Me estaba perdiendo en ellos, pero recordé el motivo de su llanto, he inmediatamente desvié la mirada, me dolía, sí, me dolía, quería ser como ella, quería seguir adelante, entregarle a alguien más mi corazón y mis sentimientos, quería llorar por alguien que no sea ella, pero ¿Cómo entregas a alguien algo que ya no te pertenece?, mi corazón, mis sentimientos, mi mente, mi alma, y también mis lágrimas, todo le pertenecía a esa chica que estaba frente a mí. Ella corta el silencio y a la vez mis pensamientos.

Nada es lo que pareceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora